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Red Internacional
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Elecciones 2021. Se pican las internas en Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, sin cuestionar el ajuste

Gerardo Morales acusó a Larreta de creerse el dueño de Juntos por el Cambio, en medio de la disputa entre Manes y Santilli. En Santa Fe, Rossi diputa la lealtad cristinista, aunque CFK apostó por Perotti. Igual, todos llevan de candidato al ajuste.

Jueves 29 de julio de 2021 22:30

A penas acaban de cerrar las alianzas electorales y los partidos del régimen ya empezaron a sacarle filo a la faca, en sus respectivas internas de cara a las PASO. ¿A caso son grandes debates sobre cómo darle salida al flagelo de la informalidad laboral, la precarización o la desocupación? ¿Cómo revertir la situación de pobreza que padece casi la mitad de la población argentina? ¿O sobre cómo destinar recursos para combatir la pandemia que todavía nos azota? Veamos por partes.

Dentro Juntos por el Cambio

La UCR se juega a pelearle los votos al PRO. Esta disputa se concentra entre Facundo Manes y Diego Santilli en la populosa provincia de Buenos Aires y tira dardos hacia la CABA, donde encabeza la exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Que no usen los impuestos de los porteños para la campaña, lanzó Manes a Horacio Rodríguez Larreta; "Facundo... solo sembrás desconfianza y dudas en tu propio espacio", respondió el exministro de Seguridad de Vidal y actual diputado del PRO, Cristian Ritondo; "es un mitómano" remató Lilita Carrió. Y el gobernador jujeño, Gerardo Morales, este jueves dijo que Larreta "se cree el dueño de Juntos por el Cambio" y que "es el responsable de los ataques a Facundo Manes".

Aunque sí hay algo en lo que coinciden dentro esta coalición derechistas, además de en sus similares intentos por despegarse lo más posible del gobierno que integraron con Mauricio Macri. Lo que no está en discusión es la voluntad de continuar el camino de la mano dura, de entrega al capital financiero y de abierto ajuste neoliberal. Contradictoriamente, el macrismo salió derrotado en las últimas elecciones sin haber logrado llevar hasta el final sus planes. Por ejemplo, les quedó pendiente la reforma laboral, porque quemaron todos los cartuchos con el saqueo a los jubilados, que no pasó sin un gran despliegue de lucha callejera y combate de sectores de la clase trabajadora y de la juventud.

Ahí fue que la fórmula Alberto Fernández y Cristina Kirchner capitalizó esta bronca, que usaron para volver al poder como "mal menor" frente a desastre de Juntos por el Cambio. Y que hoy necesitan revalidar frente a grandes sectores desencantados por sus promesas incumplidas, mientras aplican un duro ajuste y organizan las prioridades de la economía para satisfacer las demandas del FMI, continuando la entrega que comenzó el macrismo.

En el Frente de Todos

Dentro de los armados acordados por Cristina (y, con menor injerencia, también por el Presidente), sorprendió la candidatura Agustín Rossi, quien acaba de renunciar a su cargo de ministro de Defensa de la Nación, para disputar con Omar Perotti en la provincia de Santa Fe. Curiosamente, Rossi juega la carta de la lealtad a CFK, aunque fue la propia vicepresidenta la que cerró el pacto con su contrincante, impulsando al actual gobernador santafesino como cabeza de la lista de senadores. Agustín Rossi declaró: “Voy a seguir siendo cristinista en la provincia de Santa Fe, porque cuando haya que defenderla a Cristina el único que va a estar seré yo. ¿O alguien cree que Perotti la va a defender?”.

La pregunta podría ser a quién o qué defiende Cristina. Porque parece que eso de amenazar con alguna que otra medida soberanista o de control a los grandes grupos económicos y después retroceder, no es solo patrimonio de Alberto Fernández. En su discurso de campaña electoral, donde habló por sus candidatos, la vicepresidenta se guardó en el bolsillo la idea que había deslizado sobre unificar el sistema de salud, planteando que defiende las ganancias del sector privado y alardeando que ella misma se atiende a través de una prepaga. Además, el sábado también dejó en claro que los 4.350 millones de dólares que el FMI dará al país en concepto de DEG no se usarán -como había impulsado con Oscar Parrilli, en su pedido al ministro Guzmán- para financiar políticas públicas destinadas a resolver los problemas derivados de la pandemia, si no a pagar los vencimientos deuda con el Fondo, que prevén cancelar entre septiembre y diciembre.

La izquierda

La única alternativa que plantea una salida concreta a la decadencia nacional y la entrega del país, que mantiene en la pobreza al 42% de la población, es el Frente de Izquierda Unidad, junto a Nicolás Del Caño en provincia de Buenos Aires y Myriam Bregman en CABA. Con la apuesta a emerger como una poderosa tercera fuerza nacional, no solo política, si no social, los candidatos del PTS en la lista 1 A, en todo el país, van por terminar con la precarización laboral y la desocupación: con la propuesta de reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, sin rebajar los sueldos, con un salario mínimo igual a la canasta familiar. Además, de un plan de obras públicas que genere trabajo genuino y construya viviendas para las miles de familias que pelean por tierra y techo. Este es el tipo de debates que merecen encarar los trabajadores y los sectores populares, para no dejarse abatir por la crisis, afectando los intereses de los grandes grupos económicos.

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