Con demandas ambiciosas sobre la mesa y miles de millones de dólares en juego para Ford, General Motors y Stellantis, la lucha por los contratos del UAW se perfila como una de las acciones obreras más importantes y sin precedentes en años.
Viernes 15 de septiembre de 2023
Durante muchos meses, los trabajadores de la industria automotriz han estado involucrados en una acalorada batalla contractual que es casi seguro que conducirá a una huelga en varias automanufactureras a partir de esta tarde. El plan para esta huelga fue presentado por el nuevo presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, en un evento transmitido en vivo por Facebook el miércoles por la noche, al que asistieron más de 30 mil espectadores. En ese evento, Fain describió las terribles condiciones que han estado enfrentando los trabajadores automotrices y explicó los planes del sindicato por lo que llaman a una “huelga de pie”.
El presidente expuso de manera bastante convincente y clara la situación económica actual que enfrentan los trabajadores de base del UAW. Los tres grandes fabricantes de automóviles ─Ford, General Motors (GM) y Stellantis-, conocidos como “las Tres Grandes”-, han obtenido un cuarto de billón de dólares en ganancias en los últimos cuatro años, han autorizado 5 mil millones de dólares en recompras de acciones y la remuneración de sus directores ejecutivos (CEO´s) ha aumentado en un 40 %.
Las estadísticas también muestran cuánto ha perdido la clase trabajadora debido a décadas de compromiso y neoliberalismo, mientras que los que están a cargo de los Tres Grandes están obteniendo ganancias récord.
Para combatir las duras condiciones de la clase trabajadora, el sindicato presentó una lista de demandas para esta lucha contractual que incluye el fin del sistema de dos niveles y de los trabajadores suplementarios (permanentemente "temporales"), aumentos salariales de dos dígitos, restitución de salarios para contrapesar la inflación (reponer así el sistema COLA, el cual se perdió durante la crisis económica de 2008).
El UAW también exige pleno empleo y beneficios para todos los trabajadores después de 90 días de contratación, incluidas pensiones y beneficios para jubilados, el derecho a huelga ante el cierre de plantas y, lo más radical de todo, una semana laboral de 32 horas. Estas demandas expresan un aumento de la conciencia de clase y la ira dentro del UAW, una ira ya expresada en la huelga de GM de 2019 que finalmente fue traicionada por la vieja burocracia sindical. Los trabajadores quieren todas las concesiones a las que renunció la burocracia... y más.
Sin embargo, la estrategia revelada en la conferencia de prensa de Facebook no se iguala con la audacia y la militancia que se ha mostrado a lo largo de esta campaña de contrato. En su lugar, tiene el potencial de frenar toda la fuerza del sindicato que seguramente será necesaria si quiere lograr sus justas demandas.
El plan de huelga presentado por Fain recibió una respuesta menos que estelar e incluso una franca ira de algunos sectores de la base. Su plan de acción es realizar huelgas limitadas en las plantas de las Tres Grandes. Si las empresas no ceden a las demandas, el sindicato aumentará constantemente la presión.
Si bien es cierto que las huelgas estratégicas en plantas importantes que fabrican motores o transmisiones eventualmente detendrán toda la producción, fragmentan el poder unido del sindicato y el deseo de los trabajadores de estar hombro con hombro unos con otros. Además, realizar una huelga limitada sin contrato permite que quienes aún trabajan estén bajo la presión de una posible pérdida de beneficios, como la cobertura sanitaria, durante la duración de la huelga. Esta presión, combinada con el aislamiento de los trabajadores en huelga, podría dañar la estrategia general del sindicato.
Seamos claros: nuestra crítica a esta táctica no quita el apoyo total que tenemos a la huelga, incluso si es una huelga “estratégica”.
Incluso por su comportamiento parecía que Fain estaba bajo mucha presión. Sin duda, parte de esa presión provino de la Casa Blanca, donde la administración Biden está preocupada por el impacto que la huelga tendría en la economía y la campaña de reelección de Biden. Otros han señalado los límites del fondo de huelga y la necesidad de que el sindicato ahorre parte del mismo para el largo plazo. Sin embargo, estas presiones no deberían llevar a fragmentar el poder de sacar de los centros de trabajo a todos los trabajadores al mismo tiempo.
Para compensar los límites del fondo de huelga, el UAW tendrá que depender de la solidaridad del movimiento sindical, que ha expresado solidaridad en el pasado. El futuro de todos los trabajadores está en juego en esta lucha; Si el UAW ganara sus demandas cambiaría el equilibrio de fuerzas y colocaría al movimiento sindical en una posición de pasar a la ofensiva contra los patrones.
Más que nada, los trabajadores de base tienen que organizarse más para garantizar que el UAW esté en el punto más fuerte posible para resistir cualquier obstáculo que la dirección les ponga en el camino. Para ganar la demanda crucial de “Igual salario por igual trabajo” y derrotar las divisiones impuestas por los patrones a los trabajadores, las bases deben organizarse intencionalmente para que los trabajadores se apoyen unos de otros para llevar adelante la huelga, en lugar de depender de la dirección sindical para que lleve todo el peso y organicer la huelga.
Los trabajadores de la UAW pueden comenzar a autoorganizarse conectándose y colaborando con aquellos que ya están en huelga, como los compañeros trabajadores de la UAW en Blue Cross Blue Shield.
Los trabajadores de Ford, GM y Stellantis están luchando y sobreviviendo de sueldo en sueldo, y estas demandas no sólo mejorarían sus medios de vida y los de sus familias, sino que también elevarían el listón para otros trabajadores de otras industrias. Esta es una lucha no sólo para los trabajadores automotrices sino para la clase trabajadora en su conjunto, y el jueves por la noche a las 11:59 p. m., los trabajadores harán oír su voz.
Traducción: La Izquierda Diario México
Esta nota se publicó originalmente en Left Voice, la edición estadounidense de la Red Internacional de la Izquierda Diario.