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Red Internacional
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Editorial. Sobre derrotas y desarmes

Una reflexión a propósito de “El kirchnerismo desarmado” de Alejandro Horowicz. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9.

Fernando Rosso

Fernando Rosso @RossoFer

Jueves 28 de septiembre de 2023 23:34

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  •  En estos días terminé de leer El kirchnerismo desarmado. La larga agonía del cuarto peronismo, un libro escrito por el ensayista Alejandro Horowicz y publicado recientemente por la editorial Planeta.
  •  Horowicz es autor de Los cuatro peronismos, un texto clásico en los estudios sobre el peronismo. Más allá de si se concuerda con todos los postulados de ese trabajo, es un libro ineludible para entender el devenir de ese movimiento que estuvo en el centro de la política argentina por más de medio siglo.
  •  Repasemos: los cuatros peronismos, para Horowicz, están conformados por el primero, el cásico, el que fue de 1945 a 1955 cuando Perón es derrocado por el Golpe fusilador; el segundo en el que cobra protagonismo la dirigencia sindical tradicional (la “columna vertebral”) con Perón en el exilio y que va desde 1955 a 1973; el tercero cuando el centro de gravedad pasa a la “izquierda peronista” (el Gobierno de Héctor Cámpora; los Montoneros, el Peronismo de Base) entre 1973-1974 y el cuarto que se inicia con la muerte de Perón y el Gobierno de María Estela Martínez de Perón y especialmente con ese plan de ajuste fenomenal conocido como “Rdrigazo”. En cierta medida se confirma con el peronismo que emerge con la restauración democrática en 1983 y se sostiene hasta a hoy.
  •  Este peronismo, el cuarto, está enmarcado en la reconfiguración social, económica y política que tuvo lugar con la dictadura y después de la dictadura que implicó una derrota del movimiento obrero que transformó a todo el sistema político. Impuso un programa económico y político de saqueo que, según Horowicz, se mantuvo en sus bases estructurales hasta el presente. Un modelo de saqueo que tiene como vector el endeudamiento externo, la fuga legal de capitales permitido a las empresas que provocan la escasez de dólares que conducen a nuevos endeudamientos que obligan a nuevos ajustes. Dice que los planes de ajuste y estabilización que recurrentemente se intentaron imponer en estas cuatro décadas fueron variaciones de un mismo plan: el plan Austral (la creación de una nueva moneda sobre la base del ajuste). Lo que el autor llama la “alfonsinización sistémica” y la imposición de esa hoja de ruta económica como programa del “Partido del Estado” frente al cual los distintos “Partidos de Gobierno” fueron impotentes. Cualquiera que haya leído, una vez más, el famoso Diario de una temporada en el quinto piso de Juan Carlos Torre (el libro en el que narra los años en el ministerio de Economía bajo el gobierno de Alfonsín) pudo verificar cómo el programa económico desbarrancó por la subordinación a los mandatos del Fondo Monetario y a cualquiera que planteara apartarse de esas recetas se le decía que ponía en riesgo no sólo al Gobierno sino a la democracia misma. Por eso, estos textos, hay que leerlos con otro que prologó a varias ediciones de Los cuatro peronismos y que se incluye también en El kirchnerismo desarmado y es “La democracia de la derrota”. Sintético: la democracia podía mantener un triunfo institucional sólo a condición de no apartarse del programa que había dejado la dictadura.
  •  Menem, como es sabido, profundiza todos estos lineamientos, y en 2001 la situación se revierte en parte: el kirchnerismo emerge como respuesta al 2001 para intentar contenerlo y reconducirlo. Esto obligó a cambios que sin embargo para Horowicz fueron cambios en la “música” que tocaba este nuevo peronismo (la música del tercero), pero sin apartarse sustancialmente de la letra del cuarto.
  •  "La deuda no es mala praxis —escribe Horowicz—, un error de gestión. Es un instrumento estratégico de disciplinamiento político" y agrega: "El ’programa’ kirchnerista fue sólo superficialmente distinto (NdR: al de Mauricio Macri). La deuda pública trepó con la gestión amarilla hasta el 77 por ciento del PBI, pero el gobierno K la había dejado en 66 puntos porcentuales. Esa es toda la diferencia en materia de endeudamiento".
  •  La clave del título es la lectura de una fórmula de Carl von Clausewitz, un general prusiano del siglo XIX y teórico de la guerra que decía que el objetivo de la guerra era desarmar al enemigo y esto no es sólo a quitarle las armas, sino, y sobre todo, doblegarlo en su voluntad de combate. Intentar imponer nuestra voluntad a alguien que ha sido “derrotado”, pero no desarmado sería un error fatal. En tal sentido, un prerrequisito para imponer la voluntad a otro es el desarme porque mientras el otro esté armado estará potencialmente en lucha. Plantearse imponer la voluntad sin este prerrequisito del desarme, es continuar la guerra sin saberlo.
  •  Traducido a la política en general y al kirchnerismo en particular, está diciendo algo muy profundo y crudo: no está solamente derrotado, sino que está desarmado en su voluntad de pelea. Una derrota más profunda que en 2015 cuando decían que la sociedad se equivocó, ya vamos a volver o que en 2019 cuando a través de una “genialidad” táctica se creyó se había designado a un delegado (Alberto Fernández) en la Casa Rosada.
  •  Personalmente creo el diagnóstico es bastante certero ¿Cuáles son los factores o hechos que explican ese desarme? Bueno, uno lo conocimos ayer: más del 40 % de pobres. Un movimiento que a lo largo de su historia enarboló la bandera de la justicia social y que desde el 2001 a esta parte planteó la inclusión social como su objetivo, con un 40 % de pobres no tiene argumento que le pueda dar fuerza moral para disputar nada.
  •  Pero además, en lo estrictamente político se notan en la superficie las consecuencias de ese desarme: en las volteretas para explicar que en realidad los resultados de la gestión fueron culpa de Alberto Fernández, de Martín Guzmán o de todos los ministros que renunciaron. Pero más aún: en su última intervención, Cristina Fernández dijo que había una cosa que reivindicaba de Sergio Massa y era que le decía la verdad a la gente ¿Cuál era esa verdad? Que se vio “obligado” a hacer la devaluación posterior a las PASO (con la disparada inflacionaria y nuevo saqueo al salario que eso implicó) porque se lo pidió el Fondo ¿Se entiende? El “arma” positiva que se rescata del nuevo representante de unidad del peronismo es que en el marco de que ajusta al pueblo, se lo dice abiertamente: te voy a ajustar. Porque toma el programa del Fondo como propio, y de esa manera impone a todos su voluntad.
  •  Como sucedió muchas veces en la historia quieren hacernos pasar su desarme, su derrota como un desarme y una derrota de todos. Todos los integrantes del “Partido Nacional del Ajuste” (Horowicz dixit) nos quieren convencer —como Margaret Thatcher en su momento— de que “no hay alternativa” y lo máximo que se puede hacer es “decir la verdad”: ajuste + sinceridad.
  •  Bueno, nunca “no hay alternativa” y la peor derrota es creer que ese dictamen fatalista es realmente cierto.

  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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