¿Cuáles fueron las claves de la derrota? ¿Qué méritos tuvo Arabia? La influencia del VAR y las posibilidades que quedan para clasificar.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Martes 22 de noviembre de 2022 10:16
¿Cómo se dirá potrero en árabe? ¿Cómo serán los potreros en la exótica (para nosotros y nosotras) Arabia Saudita? Lo único que podemos reflexionar a pocos instantes de culminado el partido debut de la scaloneta en el Mundial de Qatar 2022 es que el equipo verde dirigido por el experimentado DT francés Hervé Renard tuvo más potrero que Argentina, en términos de picardía y resto anímico. La selección celeste y blanca no tuvo recursos para resolver un esquema cauto y defensivo que le ofreció el rival una vez que en esa ráfaga del segundo tiempo encontró la ventaja. Pero ya en el primer tiempo el equipo argentino estaba desconcentrado: la evidencia estuvo en la cantidad de veces que la scaloneta cayó en la trampa del achique (recurso más criollo, imposible) que tiró el combinado árabe para dejar al ataque argentino en orsai (para denominarlo en términos de potrero). Los árabes fueron más vivos.
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También el VAR pareciera que tuvo una influencia contradictoria en el ánimo argentino: la selección se encontró ganando demasiado fácil a los 10 minutos con un penal que en otras circunstancias del fútbol en las que no se repara en el mínimo detalle, no se hubiera cobrado. Se desnaturaliza el juego, no tiene sentido pararlo y darle la ventaja a un equipo de la misma forma en que no cabe la anulación del gol de Lautaro por tener un hombro adelantado (¡!), más allá de que el reglamento dice eso y se supone que corre y correrá igual para todos los equipos. Entonces, en este fútbol pasteurizado y desnaturalizado, la selección entró en esa misma frecuencia desabrida.
Dos desatenciones en el arranque de la segunda etapa, no solamente errores propios sino también mérito de la lucidez de Al-Shehri y Al Dawsari, y una desventaja que de tan inesperada encontró a la scaloneta sin libreto. Pero lo más preocupante (aunque todavía con tiempo para cambiar y corregir) fue el poco orgullo o amor propio que exhibió el equipo argentino.
Arabia tuvo la picardia de un equipo débil ganándole a un poderoso, como si fuera Unión ganando en la Bombonera: empezó a hacer tiempo, metió cambios con ese único objetivo, su 5 grandote Ali Albulahyi apuraba e increpaba al capitán argentino, trataba de sacarlo del partido. Jugó como en el potrero.
También hubo aspectos estrictamente futbolisticos: floja tarea de Di María que en principio era uno de los recursos predilectos para desarmar a la defensa rival, tal vez la salida de Papu Gómez podía haber esperado un poco (era uno de los que más picante le aportaba al equipo), Lautaro algo embarullado, y pocas ideas para desorganizar una defensa por momentos muy cerrada. Entró bien Julián Álvarez pero no alcanzó. También hubo puntos fuertes de Arabia: el arquero Al Owais fue poco exigido pero respondió cuando tuvo que hacerlo.
Así las cosas, se presenta difícil el camino para la scaloneta pero no imposible. Las alarmas sonaron a tiempo. Todavía quedan dos partidos y 6 puntos en juego.