Los precios de la alimentación registran su mayor alza en 34 años, según el último estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Miércoles 28 de septiembre de 2022
La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha certificado en su último estudio algo que todos los hogares del Estado español llevan sufriendo los últimos meses. Los precios de la alimentación reflejan un alza en comparación con el año pasado. Pero no un alza cualquiera.
La diferencia de precios alcanza de media un 15,2% respecto a 2021, una cifra incluso mayor a la actual inflación. El Estado español cerró agosto con una inflación del 10,5%. Esta alza de precios es la mayor registrada en 34 años, es decir, la mayor de toda la serie histórica.
Prácticamente la totalidad de los productos han sufrido un encarecimiento (algunos como el champú o el aguacate muestran ligeros descensos). Entre los que más aumentaron de precio destaca el aceite de girasol (118%), las magadalenas y margarina (75%), los plátanos (64%), la pasta (56%), el aceite de oliva un 53%, la harina registra subidas de más del 50%, y los huevos un 47%.
"Además, este año el ahorro anual medio no supera los 1.000 euros, se nota que se ahorra un poco menos que el año pasado, un 7,3% menos", ha explicado en rueda de prensa la directora de comunicación y relaciones institucionales de OCU, Ileana Izverniceanu. Lo que quiere decir que un hogar puede llegar a ahorrar hasta "994 euros según dónde realice la compra", y es que el estudio de la OCU también analiza la variación de precios en diferentes grandes marcas de supermercados.
Por lo tanto, el informe de la OCU viene a constatar que absolutamente todas las cadenas de supermercado, por primera vez, han subido sus precios, sin excepción. Y además, como decíamos, subidas por encima del IPC.
Todo esto se enmarca en la inflación generalizada que está experimentando la economía y que, como siempre, afecta en mayor medida a la clase trabajadora y a la población más humilde.
Varios nutricionistas han criticado ya la falta de acceso a una alimentación de calidad a causa de los altos precios. Falta de productos frescos, por su alto precio, frutas en formato zumo o la presencia del aceite de girasol en varios productos es lo que más llamó la atención.
Por no hablar de la escasez en términos de cantidad. Como apuntan nutricionistas, como Zumpablo en su cuenta de Instagram "por 30 euros se puede comer una cesta así. El problema es cuánta gente come de ahí".
Es necesaria una medida inmediata que ponga un tope al precio de la cesta de la compra, que corte de raíz el sobrecoste que se suma en cada paso en la cadena de distribución a la vez que también se realice un aumento de los salarios acorde con el IPC de forma automática.