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Red Internacional
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Taselli en Aceros Zapla: despidos y suspensiones sí, paritarias no

El ajuste y la persecución contra los trabajadores no cesan. El gobierno provincial apaña a la patronal vaciadora

Viernes 19 de agosto de 2016 10:29

Luego de doce años en los que obtuvo ganancias millonarias de la mano del gobierno kirchnerista, Taselli nos dice ahora a los trabajadores que Aceros Zapla atraviesa una situación de crisis. Asegura que la fábrica no es rentable. Sin embargo, hasta ahora no ha abierto los libros contables para demostrarlo, tal como muchos de nosotros exigimos reiteradamente en las asambleas.

Taselli se sirve de este argumento de la “crisis” para justificar el ajuste que viene aplicando contra los trabajadores. Entre marzo y abril despidió a veintiocho compañeros tercerizados, y suspendió por una semana a otros noventa y seis, sin pago alguno. Esta semana volvió a suspender, esta vez a cincuenta y seis compañeros.

Por otra parte, continúa apurando jubilaciones y, de esta manera, avanzando en la reducción de personal, puesto que no se toma a nadie en reemplazo de los que se van.

No contento con ello, también dejó de pagar el presentismo en abril de este año —ya había dejado de pagar los premios de producción desde septiembre del año pasado—, y nos paga el salario en tres partes.

A esto se suma que hasta la fecha se ha negado a iniciar las discusiones sobre las paritarias (la anterior ya venció el 31 de marzo de este año).

Mientras muchos gremios cerraron paritarias hace rato e incluso varios de ellos están discutiendo la reapertura de las mismas —puesto que sus direcciones burocráticas acordaron porcentajes muy bajos ante una inflación que acumuló en el último año un crecimiento del 47,2 %—, en Aceros Zapla estas nunca se abrieron.

Así, si en el país los trabajadores en blanco han perdido en los últimos doce meses en promedio el 13 % del poder adquisitivo de sus salarios, producto de las negociaciones a la baja en las paritarias, el golpe al bolsillo de los trabajadores de Aceros Zapla es mucho mayor.

Los favores del gobernador Gerardo Morales

Si la “crisis” le sirvió a Taselli para atacar a los trabajadores, también le sirvió para presionar al gobierno de Gerardo Morales, y exigirle subsidios a cambio de continuar operando en la provincia. Ni lerdos ni perezosos, Morales y su ministro de Trabajo Jorge Cabana Fusz accedieron a gestionarle ante el gobierno nacional el programa REPRO, el subsidio para fabricantes de Bienes de Capital, entre otros jugosos negocios. Mucho más de los que el propio Taselli esperaba.

Esto llevó al dueño de Aceros Zapla a envalentonarse y a redoblar la apuesta contra los trabajadores, proponiendo pagarnos como remunerativo solo 25 % del total del salario, lo cual fue rechazado rotundamente en asamblea.

Asimismo, en medio de las discusiones por los subsidios, Taselli se cerró en que no iba a cesar con las suspensiones de personal (una de las condiciones para acceder al REPRO), razón por la cual los miembros de la comisión directiva del sindicato decidieron firmar de forma unilateral la aceptación para que el gobierno de la Nación le dé a la empresa el REPRO, creyendo que de esto frenaban las suspensiones.

Todos vimos en la tele al ministro Cabana Fusz anunciando pomposamente que “no hay más despidos y suspensiones” en Aceros Zapla. Los resultados están a la vista.
Por otra parte, al mismo tiempo que empezaban los despidos y las suspensiones, la justicia de la provincia reactivó una vieja causa contra el secretario del sindicato, Víctor Aguirre, el delegado Walter Calapeña y contra mí, que también soy delegado.

El fiscal solicitó la elevación a juicio de una causa abierta por el paro que hicimos en junio 2014, acusándonos del delito de “compulsión a la huelga”, cuando la huelga es un derecho consagrado en la Constitución nacional. Un gran favor de la justicia de Morales a la patronal vaciadora. La intención no podía ser más clara: perseguir y amedrentar a los trabajadores, aplacar todo intento de lucha contra el ajuste.

Los trabajadores solo debemos confiar en nuestras propias fuerzas

Lamentablemente, en todo este tiempo la comisión directiva del sindicato se limitó a hacer denuncias ante el ministerio de Trabajo. Llamó a los trabajadores a tener paciencia y a confiar en Cabana Fusz y en Gerardo Morales. Estos prometieron interceder para solucionar los problemas, y lo hicieron, intercedieron, pero no a favor de los trabajadores sino de Taselli. Las largas reuniones en las oficinas ministeriales tenían ese fin, la de dilatar y evitar que trabajadores avancemos en tomar medidas de fuerza.

Así, en vez de preparar la lucha para hacer frente a las suspensiones y los despidos, buscando la unidad hacia dentro de la fábrica y también con otros sectores obreros que venían y vienen luchando (como los estatales, azucareros) y con el pueblo de Palpalá, esta política de generar confianza en el gobierno y sus ministros —quienes no dudaron en reprimir los trabajadores del ingenio Ledesma por reclamar por salarios dignos— terminó por imponer la desmovilización entre los trabajadores, allanándole el camino a Taselli, como lo acabamos de ver esta semana con las nuevas suspensiones.

Hace unas semanas los trabajadores de Aceros Zapla pasamos formar parte la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), un sindicato con un fuerte poder de movilización, con más de doscientos mil obreros. Nuevamente, sin sacar ningún balance serio, la comisión directiva llama a tener más paciencia y a esperar, a confiar —esta vez— en Caló. Ahora tenemos que “acatar lo que se decide allá”, nos dice Aguirre.

Pero lo cierto es que el simple hecho de pertenecer a la UOM no resuelve los problemas automáticamente. Y menos aún si “acatamos” ciegamente lo que decide entre cuatro paredes Caló y compañía, quienes hasta acá han dejado pasar más de cinco mil despidos y cincuenta mil suspensiones en la industria metalúrgica.

Los ataques de la patronal van a seguir, como lo vimos esta semana con las nuevas suspensiones. Los trabajadores no podemos seguir confiando en gobernadores y ministros que son empleados obedientes de los empresarios, como tampoco podemos dejar que la cúpula de la UOM decida nuestro futuro a espaldas nuestras.

Si algo nos ha enseñado la experiencia a los obreros de Aceros Zapla, es que nada se logra esperando de brazos cruzados. Las cosas que conquistamos, las conquistamos con la lucha.

Por eso, lejos de confiar en Gerardo Morales o en Caló, los trabajadores debemos confiar en nuestras propias fuerzas, en la unidad con nuestros hermanos de clase y con el pueblo pobre, y organizarnos desde las bases para con la lucha imponerle nuestras demandas a la patronal.