Este 10 y 11 se Septiembre se desarrolló un seminatrio intensivo gratuito de Teartro del Oprimido con estudiantes, docentes y artistisas de Bahía, Viedma, Patagones y la zona.
Lunes 19 de septiembre de 2016
Con alrededor de 60 personas se llevaron adelante las jornadas en la Universidad Nacional del Sur que estuvieron coordinadas por Armindo Rodrigues Pinto, alumno de Augusto Boal, quien sistematizara por los años 60 esta tendencia teatral. En el currículum de Rodrigues Pinto se destaca, entre otras cosas, el dictado de talleres de formación en países como Senegal (jóvenes y educadores), Cuba (jóvenes, educadores populares, pedagogos, profesores de arte), Italia (jóvenes en situación de riesgo), España (educadores) , Portugal ( presidiarios, educadores, jóvenes de comunidades carentes), Uruguay y Argentina (educadores y jóvenes ), Canadá (con jóvenes en evento contra el racismo), Guatemala ( campesinos, estudiantes), México ( profesores y alumnos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México) además de Bolivia y Nicaragua.
La jornada fue organizada por la docente Mariela Rígano junto con estudiantes de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur, donde recientemente se aprobó un proyecto presentado por consejeras alumnas de la agrupación Puño y Letra (Comunismo Revolucionario) para implementar la Educación Sexual Integral en ese departamento, y exigir al Estado el presupuesto necesario, a 10 años de la aprobación de esa ley.
Armindo Pinto coordinó en dos niveles el seminario, actuando a la vez como curinga (quien en esta disciplina teatral coordina los ejercicios y las actividades) y a la vez haciendo reflexionar sobre el rol del curinga, orientado a formar a los asistentes en esta tarea. Muchos de quienes concurrieron, participan de proyectos sobre sexualidad y violencia en escuelas de Bahía Blanca y la zona, donde utilizan técnicas de TdO para trabajar esos temas con estudiantes secundarios.
Las distintas caras de la opresión
Las actividades, tanto grupales como individuales, consistían en ejercicios de desmecanización del cuerpo y la representación de las opresiones mediante la composición de imágenes y esculturas, obviando el uso del lenguaje verbal. Una temática recurrente en estas representaciones fue la violencia de género, algo que demuestra la sensibilidad creciente de la juventud por una opresión que, sólo en nuestro país, se cobra la vida de una mujer cada 30 horas. Además en una ciudad que, por citar un sólo caso, fue testigo este año de la desaparición y femicidio de Micaela Ortega,en el marco de un operativo desde el gobierno del PRO y los medios locales (como La Nueva Provincia y La Brújula 24) para culpabilizarla a ella y a su familia.
Las reflexiones que se produjeron en distintos momentos del seminario tendieron a problematizar las diferentes formas de opresión y explotación que vivimos actualmente bajo el sistema capitalista. Si bien Armindo remarcó que el teatro no puede en sí mismo modificar la realidad, y que no podemos pensar que hacer teatro del oprimido va a terminar con el capitalismo, sí genera que quienes pasan por esta experiencia repiensen, a partir de las puestas y debates colectivos, las opresiones que viven y reproducen.
Voces de participantes
Desde La Izquierda Diario conversamos con tres participantes sobre sus expectativas con respecto al seminario y sobre lo que puede aportar el ejercicio de esta técnica teatral en bahía blanca hoy, una ciudad cruzada por la violencia policial, y una moral patriarcal y conservadora. Reproducimos parte de lo que nos respondieron:
Carla, docente de inglés, nos contaba sobre una de las escenas en las que se trabajó la violencia de género: “(...) Primero se vio únicamente el acoso de la chica y el curinga marcó que reflexionemos sobre su postura ’vencida’. Juntos llegamos a conclusiones parecidas a lo que dice también Freire, la liberación es mediante la lucha, se requiere de un esfuerzo, de voluntad. Durante la segunda puesta en escena el chico oprimido por el rechazo y la puja social machista, se vuelve opresor de la chica y el curinga debe detener la escena. (…) hay otro opresor que ’educa’ al chico en el ’piropo’ callejero, me tocó hacer este papel, que odio y sufro, y me vi muy atrapada cuando el chico oprimido se vuelve más físicamente opresor. (...) Creo que es necesario el reencuentro para poder pensar de manera creativa en escapes frente a los roles opresor-oprimido. Pasado este encuentro, al salir de mi lugar de trabajo a la noche, recibí un ’piropo’ y pude meramente ’maldecir’ en voz baja. Es necesario ensayar otros posibles escapes.”
Ali, estudiante de música, nos cuenta: “Fui porque me pareció que iba a ser uno de esos lugares en los que surgen las cosas que realmente nos importan y que por ahí no salen todos los dias. Mi expectativa era que se diera el ambiente para que sucedieran esas cosas y me parecio re piola que, a traves de las problematicas personalisimas de cada uno, surjan los temas sociales y se puedan laburar desde ahí. Y eso tambien para pensar todas las cosas chotas que pasan en las calles y casas de la ciudad.”
Pame, estudiante de Letras, nos dijo que el seminario superó sus expectativas, y comenta: “La liberación que producen las actividades también cambia un poquito a las personas, y algún tipo de cambio positivo de ese estilo no le vendría mal a Bahía, jaja. Ojalá todos pudieran pasar por un seminario de TdO y sentir aunque sea una leve transformación positiva para llevarla a cabo día a día para uno y para los demás.
(…) Una simple pose en un cuerpo como si fuera una estatua podía transmitir violencia, represión, dolor (….) Pero me quedo con las imágenes de las estatuas liberadas, fueron pocas pero a modo de metáfora lo pienso como una posibilidad entre tantas otras estatuas que se encuentran oprimidas hoy en la sociedad. Ojalá todos podamos pasar de ser oprimidos a liberados”
Cuando los oprimidos se rebelan
Una de las obritas que surgieron el último día durante el teatro foro (una técnica que implica momentos de debate, en la que los “expectactores” pueden interrumpir las escenas y reemplazar a quienes hayan identificado como oprimidos para modificar lo que sucede) representaba una “máquina” de alienación y opresión, y las intensas intervenciones sobre la escena llevaron a pensar el tema de la violencia, y si la respuesta de los oprimidos y explotados contra este sistema puede darse de forma pacífica.
Quedó puesto sobre la mesa, entonces, el concepto de revuelta colectiva, y surgieron múltiples posiciones al respecto, marcando el cierre de una jornada intensa. Sucede que al ponerle el cuerpo a la opresión y luego debatir las obras, se produce, en palabras de Augusto Boal (citando a Lenin), un análisis concreto de las situaciones concretas.