A dos meses de la lucha de los trabajadores del Puerto La Plata contra el cierre y los despidos masivos, un balance necesario con las principales conclusiones que dejó el conflicto en esta primera parte.
Martes 7 de junio de 2016
Ni bien conocida la noticia de los despidos el 28 de marzo por la noche, los trabajadores con mucha decisión se movilizaron a los portones de Tec Plata, para hacer un bloqueo del acceso N°2 de Puerto La Plata (PLP) ante el rumor y la posibilidad de un vaciamiento de la empresa. El bloqueo pronto se convirtió en un acampe y piquete por 3 días, donde pasaron decenas de delegaciones a brindar la solidaridad con la lucha. Christian Castillo, dirigente del PTS y ex Diputado provincial por el Frente de Izquierda (FIT) se acercó al acampe para llevar el apoyo y la solidaridad de la bancada de diputados. También pasaron el diputado Kane del FIT y el diputado Funes del Frente para la Victoria. Los trabajadores de Media Caña (YPF) y Copetro hicieron punta llevando el primer fondo de lucha, y también se acercaron al acampe decenas de estudiantes universitarios y de la escuela de Arte de Berisso. El sindicato de petroleros, Ate, y los Suteba de la región también dijeron presente.
En el acampe los trabajadores organizaron la primera movilización al Ministerio de Trabajo. Ante ésta rápida y contundente respuesta el Ministerio de Trabajo dictó la primera conciliación obligatoria del conflicto que se le arrancaba al gobierno de Vidal. Así quedaron suspendidos los despidos y se mantenía el vínculo laboral, pero con una pequeña trampa, los trabajadores no ingresarían al puerto sino que quedarían suspendidos con goce de sueldos. Esta primera semana de lucha iba a cerrar con un gran Festival solidario, en el playón de Berisso, donde pasaron más de 3000 personas. Los trabajadores del Bingo La Plata, echando mano a los mejores ejemplos de solidaridad obrera donaron ese mismo día la propina trabajada.
Así cerraba la primera etapa del conflicto y dejaba planteada una enseñanza importante: con organización, unidad y lucha se le podía frenar la mano a la empresa.
Coordinación, solidaridad y militancia obrera
Con la conciliación de por medio y los trabajadores suspendidos en sus casas empezaba una nueva etapa, donde el gobierno se jugaba a planchar el conflicto. Pero Los trabajadores por su parte, votaron continuar de asamblea permanente, buscando la coordinación y la solidaridad de todos los sectores. Con los trabajadores de la Marrón del Astillero Río Santiago (ARS) organizaron una volanteada y movieron el fondo de lucha en la fábrica donde juntaron 9000 pesos. También los trabajadores recorrieron las Facultades de Humanidades, Bellas Artes y Psicología, la escuela Técnica N°10 y la Escuela de Arte de Berisso difundiendo el conflicto y moviendo el fondo de lucha. En Trabajo Social un festival organizado por la juventud del PTS y Marcha Guevarista, convocó a más de 400 estudiantes de la UNLP que escucharon atentamente a los trabajadores en lucha. Con una bandera gigante contra los despidos los trabajadores dijeron pesente también en la convocatoria de la CGT el 29 de abril, y en las marchas del Astillero, junto a los médicos y judiciales, por paritarias. El Concejo Deliberante de Berisso también se hizo eco del reclamo, cuando una delegación de trabajadores se movilizó para exigir a todos los bloques una respuesta política frente a los despidos. Así los trabajadores continuaron organizados y alertas frente a las negociaciones en el ministerio, quien primero dicta una conciliación voluntaria por 15 días, y finalmente en la última audiencia la Empresa, el Ministerio y la representación gremial cerraron un acuerdo momentáneo, pero que tenía como punto de apoyo el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Un paso adelante para avanzar en la organización. Por la incorporación efectiva de todos
El acuerdo firmado por el Sindicato de Guincheros y Marina Mercante plantea en el punto 1 “Hacer reingresar formalmente a los 79 trabajadores que fueron parte del conflicto, hasta el 31 de Enero del 2017”. Los trabajadores habían logrado mantener sus puestos de trabajo, pero a cambio de varias condiciones que impuso la empresa y el sindicato cedió: por un lado los trabajadores seguirían suspendidos y con una rebaja salarial que va desde los 7000 pesos a los 1500 según la escala de los sueldos. Por otro lado, la empresa ya no pagaría “los aportes y contribuciones a la seguridad social y obra social”. El punto 6 plantea que en el caso de que cualquier trabajador “obtuviera un nuevo empleo, ello implicara la finalizaciones su relación laboral con Tec Plata”. La empresa retrocede de su plan original y no puede despedir, pero avanza sobre el salario y los derechos de los trabajadores y logra desvincularse de una parte de su plantel (supervisores, capataces y administrativos) que por no estar bajo convenio se los desvinculó. Estos trabajadores no se sumaron al conflicto y el sindicato no tuvo ninguna política para plantear resolver su situación. Los trabajadores tercerizados de comedor, limpieza y obras también corrieron la misma suerte.
El rol de los sindicatos en el conflicto
El sindicato de Guincheros y Marina Mercante jugaron un papel que no se puede dejar de nombrar. Una comitiva de los gremios llegaba al tercer día del acampe, donde los trabajadores lo esperaron ansiosos para hacer una asamblea. El pedido fue claro y preciso, todo el apoyo y un paro de los puertos contra el cierre de Tec Plata y en defensa de los puestos de trabajo. Muy lejos de esa medida, la política de los dos sindicatos se limitó a acompañar tibiamente las actividades y las movilizaciones de los trabajadores, con el discurso de que ellos la peleaban adentro, en la mesa de negociaciones. En más de una oportunidad también se convirtieron en un freno frente a la voluntad de lucha de los trabajadores, boicoteando la iniciativa de difundir el conflicto por las facultades y en otras fábricas, coordinar con otros sectores y sobre todo sacar el conflicto a la calle.
Si la voluntad estaba, un paro de los puertos de Capital y Dock Sud hubiesen sido suficiente presión política y económica para convencer a la gobernadora Vidal de ofrecer una solución al conflicto. Los sindicatos portuarios también contaban con la posibilidad de parar a los amarradores de PLP, lo que hubiese significado una gran complicación para los buques petroleros que cargan combustibles en la ensenada que da a YPF.
Pero nada de esto estaba en los planes de los sindicatos que vienen de acordar con Macri más de 320 millones pesos para las obras sociales y habían conseguido el nombramiento de Luis Scervino, líder del sindicato de Obras Sanitarias de Buenos Aires, al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud. Scervino estará a cargo de la negociación de 40.000 millones de pesos del Fondo Solidario de Redistribución, creado por destinado a financiar los tratamientos médicos de alta complejidad, que el gobierno de Cristina Kirchner mantuvo inmovilizado. Los sindicatos están dejando pasar el ajuste y los despidos sin convocar a ni un solo paro.
Se puede enfrentar el ajuste y los despidos
Esa es una de las conclusiones más importantes que tenemos que sacar los trabajadores. Con lucha, con organización, con la solidaridad de todos los trabajadores y los estudiantes se le puede para la mano a las patronales y enfrentar los despidos.
Así también lo vienen de demostrar los trabajadores de EMAPI, que ante los despidos de sus compañeros se juntaron, hicieron asamblea, se instalaron en el portón y definieron paro total de la planta, ante lo cual el Ministerio de Trabajo tuvo que dictar la conciliación obligatoria y la suspensión de los 15 trabajadores despedidos. Ese también es el camino que están llevando adelante los trabajadores de Copetro que vienen enfrentando el despido de un trabajar con un corte en las puertas de PLP con decenas de trabajadores de YPF, Astillero, docentes y Estatales a la par de impulsar un acampe fuera del establecimiento en el marco de la huelga que tuvo parada la fábrica durante más de una semana. Está planteado coordinar todas las luchas, uniendo por abajo lo que los sindicatos dividen por arriba, y unificando todos los reclamos contra el ajuste que está llevando adelante Macri y que los gobernadores del Frente Para la Victoria aplican en sus provincias. El 31 de enero tiene que encontrar a todos los trabajadores y jóvenes de Berisso exigiendo la reactivación portuaria y la defensa de los puestos de trabajo. Si la empresa no está dispuesta a poner en marcha esa gigante obra de infraestructura, que contó a su vez con una inversión estatal millonaria para garantizar los accesos terrestres y fluviales, hay que sacarle la concesión a Tec Plata y estatizarla. Los trabajadores cuentan con todo el conocimiento y la capacidad para poner en marchar las máquinas y poner a funcionar el puerto.
El 31 de enero tiene que encontrar a todos los trabajadores y jóvenes de Berisso marchando por la reactivación portuaria y todos los puestos de trabajo. La lucha de Tec Plata continúa!.