Los trabajadores del edificio Costanera de Telecom, en asamblea, decidimos enfrentar los ataques de la empresa, actualmente en pleno proceso de fusión con Cablevisión.
Lunes 23 de abril de 2018 08:19
Si bien todavía falta el visto bueno de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia para la fusión entre Telecom y Cablevisión -esta última controlada principalmente por el Grupo Clarín de Héctor Magnetto-, en los hechos las empresas ya comienzan a actuar fusionadas.
Como todo el mundo sabe, junto con el resto de las empresas de telecomunicaciones, son parte del enorme tarifazo en los servicios, que hoy están sufriendo los trabajadores en nuestro país, con aumentos brutales en las facturas de teléfonos fijos, celulares e internet, además de ser de las empresas más odiadas por los usuarios por la mala calidad de sus servicios.
Y no es ningún secreto que el gobierno tiene a las telefónicas entre sus preferidas, habiéndolas favorecido con la posibilidad de brindar el tan ansiado cuádruple play, que les posibilitará muy jugosos negocios para aumentar, más aún, las multimillonarias ganancias que obtienen a costa de nuestro trabajo y cobrando altísimas tarifas a los usuarios por un servicio deficiente.
En este marco, la nueva Telecom-Cablevisión está realizando traslados de trabajadores entre distintos edificios, aduciendo razones operativas. La fusión no está aprobada pero trasladan a trabajadores de Telecom a edificios de Cablevisión y viceversa.
Pero una particularidad se dio en el edificio Costanera de Telecom, uno de los principales edificios y con mayor cantidad de empleados de la zona norte de la Caba, donde los trabajadores decidimos enfrentar estos intentos de traslados por considerarlos un ataque a nuestra organización gremial y a nuestro sindicato, Foetra, ya que la empresa pretende trasladar a la gran mayoría de los trabajadores del sector comercial _alrededor de 80_ sin sus tres delegados, elegidos democráticamente, Carlos Artacho, quien además es miembro de la directiva de Foetra, María Bruni y quien escribe esta nota, a los cuales pretenden mudarnos solo junto a un grupo de 14 compañeros de forma dividida. En el edificio hay delegados por sector y, de hecho, a aquellos sectores que ya trasladaron, lo hicieron junto con sus delegados.
Se llevó este reclamo a la empresa, tanto a la gerencia como a Capital Humano, porque además, ambos sectores –back office (administrativo) y front office (atención al cliente)- pertenecen al mismo grupo laboral, habiendo otros sectores a los que representamos que también trasladan a otros edificios. Ante la intransigencia de la misma, convocamos a una asamblea en el edificio, en la que debatimos sobre el largo prontuario del Grupo Clarín, conocido por sus prácticas totalmente antisindicales. Pero también muy conscientes de la unidad y la fuerza que siempre tuvimos en nuestro edificio, llegamos a la conclusión de que la necesidad de estar organizados y defender la democracia sindical, cobra hoy más fuerza que nunca.
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Por unanimidad, votamos resistir lo que creemos que es un ataque a un edificio que tiene mucha tradición de lucha, considerando, además, que este paso de la empresa no es casual, sino que se está preparando para avanzar más sobre las condiciones laborales del conjunto del gremio de las telecomunicaciones. De aquí que mi planteo en la asamblea fue que “acá está en juego cómo nos vamos a plantar como Foetra de acá en adelante ante los futuros intentos de la empresa de avanzar sobre nuestras conquistas y derechos”. Sobre todo teniendo en cuenta que tanto Telecom como Telefónica quieren avanzar sobre nuestro convenio, presionando a la baja las condiciones del sector de telefonía fija con las condiciones de los compañeros de la telefonía móvil, que aunque un gran sector ya está encuadrado en Foetra, aún mantiene la jornada laboral de 9 horas, entre otras condiciones a la baja que arrastran del convenio de Comercio.
El propio coordinador de zona del sindicato, miembro de la directiva de Foetra, entendió –y así lo expresó en la asamblea- que esto era un ataque a Foetra, agregando, además, que la empresa había tirado en Costanera "la madre de todas las bombas”.
Por eso también todos estuvimos de acuerdo en que Foetra tiene que tomar nuestro reclamo y poner la fuerza de nuestro gremio, que supo dar grandes luchas en momentos muy duros, al servicio de la defensa no solo de los trabajadores de Costanera sino de todos los telefónicos, porque este ataque es al conjunto de nuestra organización gremial.
Al respecto también se expresó María Bruni, delegada independiente opositora: “No podemos permitir que se naturalicen traslados bajo el título de reestructuración, separando a los compañeros de sus delegados. Es un ataque a la organización sindical, y eso hay que defenderlo sin titubear hasta el final”.
Rápidamente elaboramos una carta al comité ejecutivo de nuestro sindicato, Foetra, solicitando que tome cartas en el asunto, ya que creemos que se debe poner a la cabeza de la defensa de la democracia sindical, porque este es un ataque al conjunto de Foetra y porque cada ataque que logramos resistir, nos deja en mejores condiciones y más fortalecidos para lo que se viene, sabiendo que nada bueno puede venir de la mano del Grupo Clarín.
“Esta empresa se la sigue llevando en pala y se cree impune para avanzar sobre nosotros, envalentonada por su amistad con el gobierno. Pero nuestra organización y la unidad que siempre supimos conquistar en este edificio y en el conjunto del gremio es mucho más fuerte, tenemos la fuerza y no vamos a permitir ningún avance”, enfatizó Carlos Artacho.
Al finalizar la asamblea, elaboramos un petitorio para buscar la más amplia solidaridad de nuestros compañeros telefónicos. El petitorio comenzó a circular por distintos edificios, no solo de Telecom, sino también de Telefónica, de las empresas móviles, como Personal y Movistar y hasta entre los trabajadores de Arsat. En el primer día ya fueron cientos de compañeros que acompañaron nuestro reclamo con su firma. También recibimos llamados y solidaridad de muchos compañeros, delegados y comisiones internas de distintos edificios, cuyo apoyo fortalece enormemente nuestro reclamo.
Muchos compañeros y delegados, tanto oficialistas como opositores, entendieron que este es un ataque al conjunto del gremio y que apoyar a sus compañeros del edificio Costanera no es un simple hecho de solidaridad sino también una demostración a las empresas de que los trabajadores telefónicos no estamos dispuestos a perder ni uno solo de los derechos que conquistamos durante muchos años producto de la lucha y mucho menos un derecho tan básico como tener delegados elegidos democráticamente.
Un día después de la asamblea, también comenzamos una campaña de fotos en el edificio, exigiendo que no se separe a los delegados de los compañeros que nos votaron y con el lema ¡Si tocan a uno, tocan a todos!, que ya tiene amplia repercusión en redes sociales y que estamos compartiendo a través de whatsapp a muchos compañeros.
También está circulando un petitorio donde ya hay firmas de figuras públicas, organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y políticas, entre otras, en solidaridad con nuestro reclamo.
Pero no pensamos detenernos en esto. “O nos vamos todos o no se va nadie”, dijo un compañero en la asamblea y todos aplaudieron. Mientras se desarrollaba la asamblea, una representante de Capital Humano de la empresa, esperaba en una sala cercana, para después empezar a llamar compañeros y ofrecerles retiros voluntarios y prejubilaciones, una total provocación. Pero otra compañera decía “la empresa nos está escuchando, bueno entonces que escuche bien que si no nos da una respuesta favorable, la semana que viene vamos a hacer otra asamblea para definir medidas porque de acá no se va nadie sin sus delegados”.
Como si esto fuera poco, el día viernes Telecom despidió a dos trabajadores fuera de convenio, no representados por Foetra, con un contrato laboral totalmente ilegal, que trabajaban en nuestro edificio hasta hace pocos días y que habían aceptado el traslado al enorme edificio que Telecom tiene en Puerto Madero. Una muestra más de lo que está detrás de esta división que quiere imponer la empresa.
Esto generó mucha bronca y es una demostración de que esta multinacional viene por más y que nuestro reclamo es totalmente justo. Nos convence más de que frente a este monstruo de las telecomunicaciones tenemos que estar de pie y demostrarles que cuando los trabajadores nos unimos, no hay quien nos pare. A medida que los compañeros se iban enterando de la noticia, en los pasillos de Costanera se comentaba “¿y quieren convencernos de que nos mudemos sin delegados? Si no lo hicieron antes, ahora menos, de acá no nos movemos si no es todos juntos”.
En Costanera hay una enorme tradición de lucha. Hemos sido parte activa, en unidad con el conjunto del gremio, de grandes peleas, como contra los 413 despidos en Telecom en el 2001, logrando la reincorporación.
En el 2003 fuimos parte de la gran lucha por el pase a planta permanente de los compañeros pasantes y en el 2006 contra el tercerismo. También fuimos parte activa de grandes luchas por salario y cuando conquistamos la reducción de la jornada laboral.
En unidad, hemos sabido conquistar derechos y enfrentar ataques muy duros, aún en momentos muy difíciles. Por eso queremos demostrarle a esta empresa que no le tenemos miedo y confiamos en nuestras propias fuerzas, como siempre lo hicimos.
Carlos Artacho y quien escribe esta nota, ambos delegados de la Agrupación Violeta en la Lista Granate Blanca, estamos convencidos de que no estamos solos en esta pelea. Que además de las enormes muestras de solidaridad que hemos recibido de distintos sectores, podemos extender esta campaña hacia los usuarios de los servicios de telecomunicaciones, que también sufren día a día a estas empresas con sus altas tarifas y deficiente servicio.
Sabemos que esto no es un ataque a Costanera nada más sino al conjunto de los telefónicos y que se preparan para ir por nuestras conquistas y por eso defender a los compañeros y delegados de Costanera es también defender nuestro convenio colectivo y nuestras condiciones laborales.
Por eso vamos a plantear a la Comisión Directiva de Foetra que tome el reclamo de Costanera pero además que convoque a plenarios con mandato de las oficinas. Porque si las empresas se preparan para avanzar sobre el conjunto del gremio, Foetra tiene que estar a la altura de las circunstancias, abriendo el debate al conjunto de los telefónicos, para que nos encuentre organizados para resistir y no dejar que avancen sobre ni uno solo de nuestros derechos.