Entrevistamos a Natalia, delegada en el aeropuerto de Ezeiza que recuperó su puesto de trabajo luego de más de 3 meses de lucha y unidad en las calles, rampas, pista y salones, algo que las empresas quieren desarmar.
Verónica Zaldívar @verodivar
Jueves 7 de junio de 2018 21:53
Más de 90 días de lucha persistente permitieron el reingreso de las delegadas y los delegados tercerizados de Latam a sus puestos de trabajo, bajo la nueva patronal de Securitas. La mayor parte de sus compañeros, antes empleados de Redguard, habían entrado un tiempo antes. Pero la patronal intentaba evitar que vuelvan delegados y activistas, para deshacer la organización obrera que se gestó entre las pistas, rampas, hangares y salones del inmenso aeropuerto de Ezeiza. Impidió el otorgamiento de tareas lo más que pudo, y hubo que recurrir a distintas instancias de lucha y medidas judiciales para torcerle el brazo. El reencuentro con compañeras y compañeros fue emotivo: los unen muchas vivencias compartidas resistiendo los embates de la explotadora Latam y logrando conquistas en sus condiciones de trabajo que son miradas con anhelo por otros trabajadores. Pero no todo fueron rosas: quedan afuera todavía valiosos activistas, y sigue la lucha contra la persecución que llevan adelante Securitas y Latam contra quienes ya ingresaron. Natalia, joven delegada, pudo finalmente ingresar a trabajar esta semana; ya el primer día debió chocarse con el acoso y la persecución por parte de un superior.
¿Por qué Securitas, avalada por Latam, intentó evitar que ingresen las delegadas y delegados?
La empresa demoró nuestro ingreso para que los compañeros no tengan representación adentro, y así avanzar con su plan de ajuste; quieren arrebatarnos derechos como el horario de descanso o comida, salir a horario, respetar los relevos cada tres horas -como está estipulado, ya que trabajamos en un sector donde estamos expuestos a las condiciones climáticas-. Se negaban a ingresar bidones de agua al contenedor que funciona como sala de descanso, y no dejaban que el personal que realizó el traspaso desde Redguard saliera al sector público, así sea realizar llamadas telefónicas (ya que por ser tercerizados no tenemos derecho a ingresar con los celulares) o salir a comprar en los lugares de venta de comida. De ésta y otras maneras intentan adoctrinar al personal, a través del hostigamiento, para poder concretar su plan final de ajuste y el de la empresa madre, que es la compañía aérea Latam. También dejaron afuera a activistas que se destacaban en la organización, por los cuales continuaremos luchando para que ingresen.
La Comisión de Mujeres Aeronáuticas que ustedes y trabajadoras de otras empresas conforman viene denunciando casos de acoso. ¿Empeoró la situación con el cambio de empresa?
Sí, desde que está Securitas la situación empeoró. Pero no olvidamos que anteriormente dimos una gran batalla, cuando en otra empresa como GPS –tercerizada de Aerolíneas Argentinas-, lanzamos una campaña que dio vuelta la situación en su momento, en la que participaron también los compañeros y logramos ponerle un freno gracias a la organización, campaña que logró un efecto dominó en otras empresas. Ahora, frente a la situación que se vive en Securitas, nuevamente nos reagrupamos las mujeres aeronáuticas. Hemos sacado un comunicado para que estén todos al tanto, y también denunciado la problemática en las asambleas realizadas por el colectivo Ni Una Menos, como así también el despido persecutorio a una compañera activista que se solidarizó con la causa de las compañeras en período de prueba; luego de extender sus jornadas laborales y sufrir el acoso de los jefes, las despidieron discriminatoriamente por el hecho de ser mujeres, alegando que no había lugar para ellas en otros sectores, a diferencia de los hombres que también se encontraban en período de prueba. Vamos a seguir luchando tanto por la reincorporación de Andrea Sánchez y de Luis -también despedido de manera persecutoria por ser un reconocido activista-, y por eso nos preparamos para una fuerte campaña. No vamos a permitir más familias en la calle.
¿Cómo fue tu primer día de trabajo, cuando volviste al aeropuerto?
Cuado crucé el puesto de control de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) -que es el lugar en donde nos sacaron las credenciales, en un operativo montado por la PSA, las dos tercerizadas Redguard y Securitas y la compañía Latam- después de más de 3 meses, me encontré con compañeras y compañeros de GPS y ex Redguard, y nos abrazamos. Estaba Ayelén Córdoba, una de las fundadoras de la Comisión de Mujeres Aeronáuticas conmigo, y había compañeros efectivos de Latam, de la pista, que me felicitaban, me abrazaban. Fue muy emocionante volver. “Bien ahí por seguir la lucha”, “felicitaciones, te merecés estar acá de vuelta”, fueron algunas de las cosas que me dijeron. Esa fue la parte linda del regreso. Pero el regreso también tuvo su contracara: la patronal me recibió con el mismo tipo de cosas que viene haciendo contra mis compañeras y compañeros. Un jefe empezó a insultarme, a perseguirme y a acosarme; algunos compañeros vieron la situación y comenzaron a increparlo, exigiendo que tenga respeto por las trabajadoras. Al hombre le quedó claro que venimos decididas a exigir respeto y que se cumplan todos nuestros derechos, y que compañeras y compañeros estamos juntos en esto. Este incidente no pudo empañar la alegría de haberme reencontrado con mis compañeros, porque vamos a seguir organizándonos y no nos van a amedrentar.
Vienen participando de asambleas del movimiento Ni Una Menos y movilizaciones de mujeres. ¿Van a seguir organizándose por los derechos de las mujeres aeronáuticas?
Desde la Comisión de Mujeres Aeronáuticas que formamos compañeras de distintas empresas vamos a seguir peleando por nuestros derechos como trabajadoras de los aeropuertos, pero no solas, sino como hicimos hasta ahora: siendo parte del movimiento que se generó alrededor del reclamo de Ni Una Menos. Este miércoles 13 tenemos un importante desafío en las calles para conquistar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y allí estaremos exigiendo frente al Congreso que se apruebe el proyecto de ley. Estamos convencidas de que con la organización y la lucha podemos cambiar la realidad, junto a nuestros compañeros. El camino que venimos siguiendo desde el comienzo de nuestra organización es el de la coordinación con otros sectores de trabajadoras y trabajadores, y durante estos meses nos encontramos en las calles con quienes sufrieron ataques en el subte, el Hospital Posadas, Cresta Roja y muchos lugares más. No estamos solos y eso nos hace más fuertes.
Te puede interesar: Historia de la comisión de mujeres aeronáuticas
Producción: Andrea