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México

MÉXICO. Termina histórica huelga de la Universidad Autónoma de Yucatán

Protagonizada por trabajadoras y trabajadores de la Asociación Única de Trabajadores Administrativos y Manuales de la Universidad Autónoma de Yucatán (AUTAMUADY), la huelga, impulsada por la demanda de aumento salarial, llegó a su fin este 9 de febrero, luego de casi un mes de proceso.

Sábado 14 de febrero de 2015

Fotografía: Mauricio Escalante

Si bien la demanda motriz de la huelga fue el aumento directo al salario, la Rectoría de la Universidad únicamente otorgó un aumento menor del 3,4% en las prestaciones. De esta manera la Rectoría reafirma la actitud que mantuvo ante la huelga, desde el principio del proceso, intentando en todo momento maniobrar para desactivarla.

Algunas de estas maniobras fueron desde el desconocimiento de la huelga y solicitar el recuento de votos en condiciones de hostigamiento y represión para las y los miembros del sindicato. Posteriormente, una vez que la huelga fue declarada legal por la Junta de Conciliación y Arbitraje Local, buscaron deslegitimarla al interponer amparos ante jueces federales para dar carpetazo a ésta, además de levantar una campaña contra los huelguistas para menguarlos y a su vez polarizando a la sociedad y al resto de la comunidad universitaria con la instalación de clases extra muros.

Aún más vergonzosa fue la actitud del rector de la Universidad Alfredo Dájer Abimerhi – recientemente electo en noviembre–, que por un lado evitó, por todos los medios, dialogar con los trabajadores y el resto de la comunidad universitaria (docentes, estudiantes, egresados, etc.), pero por el otro, participó en ruedas de prensa privadas con medios de comunicación, sin la participación los trabajadores, además de sostener juntas secretas, por detrás de la comunidad universitaria, con las y los representantes estudiantiles institucionales (presidentes de sociedades de alumnos y consejeros estudiantiles) fungiendo como voceros de la rectoría frente al conjunto del estudiantado.

Por su parte, las negociaciones fueron escuetas –más allá de la postura del sindicato abierta a la negociación y al dialogo– ya que el argumento principal de los dirigentes universitarios siempre fue que el porcentaje de aumento al salario se aplica de forma general en todo el país y que los recursos provienen de partidas presupuestarias federales y estatales, y por lo tanto no dependía de ellos.

Este pequeño recuento, demuestra que la Rectoría de la AUDY apostó al desgaste de los trabajadores en huelga, y mediante esta estrategia obligar a éstos a aceptar sus condiciones.

Visibilizar los ataques contra el salario, la autoorganización y la conquista de espacios democráticos, tres grandes logros de esta lucha

Luego de 25 días de huelga, algunos de los logros de esta lucha son:

1) Evidenciar la disparidad salarial que existe al interior de la Universidad, dónde con 1 mes de compensaciones del sueldo del rector se podía haber pagado un año de salario con el aumento exigido a los casi 800 trabajadores huelguistas.

2) Fortaleció los lazo de unidad entre diversos sectores de la comunidad universitaria en quienes la huelga causó simpatía y conciencia, promoviéndose así la conformación de agrupaciones estudiantiles de base, movilizaciones masivas históricas en el contexto local y diversos foros y espacios para el diálogo y el debate sobre temas referentes a la universidad pública, en los que participaron docentes, trabajadores, estudiantes y egresados de diversas disciplinas.

3) Por último, se abonó en la reflexión sobre la necesidad de democratizar los órganos de gobierno de la universidad y la importancia de la organización desde las bases ante la inoperancia y poca legitimidad de los mecanismos institucionales de representatividad.

Como en todo proceso, quedan tareas pendientes por hacer y cumplir para que lo iniciado continúe, se expanda y se fortalezca.

Parte de esas tareas son, por ejemplo, que los canales de comunicación para la comunidad universitaria –asambleas, agrupaciones estudiantiles, foros etc.- que se han abierto, continúen y se fortalezcan. Asimismo, es necesario reflexionar y profundizar colectivamente en las problemáticas estructurales que hoy aquejan a la universidad, como la defensa de la autonomía ante las políticas educativas pro empresariales, que buscan recortar los fondos para la educación pública y modificar los programas educativos hacia los intereses de los organismos internacionales y el gran capital.

Finalmente, se debe incentivar el ejercicio de una mayor participación activa, comprometida y democrática en los procesos de la universidad, por lo que se vuelve tarea de primer orden hermanar y solidarizar la lucha con otras luchas (educativas o no), reconocerlas como nuestras. Ya que el ataque es dirigido al conjunto de la clase trabajadora y el pueblo pobre.

En conclusión se puede decir que el proceso arrancado por la huelga en Yucatán ha sido histórico para la región. Ya que éste se da en el seno de una universidad con nula tradición de lucha y organización. Representa pues un avance muy cualitativo en cuanto a auto organización y espacios democráticos se refiere, visibilizar los ataques al salario de los trabajadores y encontrar en dicho ataque el eco de la Reforma Educativa que afecta a todo el sector. Estas lecciones son invaluables no solo para los trabajadores del AUTAMUADY sino para la comunidad universitaria y otros trabajadores que a diario sufren las consecuencias de la pauperización del empleo.

La huelga demuestra que a la par de la CNTE, el rechazo a la Reforma Educativa será uno de los grandes motores que movilicen a amplios sectores contra el ataque de las reformas estructurales de Peña Nieto.