El trágico terremoto en Marruecos ha dejado ya más de 2.800 muertos y 2.500 heridos. Un alto número de víctimas que se produce en gran parte por la falta de infraestructuras y medios que prevengan una catástrofe relativamente previsible por la zona geográfica afectada, como consecuencia de la miseria impuesta por el régimen marroquí y la explotación imperialista.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Martes 12 de septiembre de 2023 08:24
Un hombre camina entre los escombros de los edificios dañados en el pueblo de Talat N’Yaaqoub, al sur de Marrakech. EFE/EPA/MOHAMED MESSARA
El número de víctimas por el reciente terremoto en Marruecos asciende a más de 2800 y los heridos se cuentan por miles, aunque estos números podrían ampliarse en los próximos días ya que muchos de los afectados denuncian que los equipos de emergencia se retiraron antes de completar su tarea siguiendo ordenes del ministerio de Interior marroquí. La catástrofe revela las consecuencias de la miseria y el abandono al que el régimen marroquí tiene sometidas amplias zonas rurales del país, donde ni siquiera existe una infraestructura mínima para que pueda llegar algún tipo de ayuda. Una consecuencia directa de la subordinación del régimen marroquí al imperialismo europeo, en especial el español y el francés, y la brutal expoliación de los recursos del país.
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Según informes difundidos en las redes sociales, algunas de las zonas más afectadas aún no habrían recibido la ayuda de bomberos o de los equipos de emergencias. Estos últimos además se estarían retirando incluso de lugares como la localidad de Mulai Brahim, una de las más afectadas por el temblor. Siguiendo instrucciones gubernamentales y a pesar de las quejas de los pobladores que denuncian que sigue habiendo personas atrapadas bajo los escombros, estos equipos habrían dado por finalizada sus tareas.
Al mismo tiempo, Marruecos ha aceptado la ayuda internacional de cuatro países: España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Por ejemplo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) de España ya se encontraría actuando en el terreno. Marruecos habría anunciado que aceptaría más ayuda tras evaluar con mayor profundidad la situación. Sin embargo, la aceptación o rechazo de las ayudas ha desvelado una cierta tensión política debido a que Marruecos ha rechazado la política ofrecida por Francia como una acción más dentro de las tensiones diplomáticas entre ambos regímenes. Una cuestión que ha incomodado al gobierno francés que ve como su excolonia rechaza su oferta.
Estas ofertas y las condolencias en general que distintos países han enviado a Marruecos, sin embargo, son un ejemplo más de la hipocresía imperialista. El Estado Español ha enviado ayuda sí, pero es el mismo imperialismo que colabora con el régimen marroquí para seguir explotando los recursos del país y del Sáhara Occidental en beneficio de las multinacionales españolas. Una situación similar a la que se mantiene con el imperialismo francés, lo que conlleva el saqueo de los bienes comunes naturales de Marruecos y la superexplotación de la clase obrera marroquí, empobrecida y en algunas zonas directamente abandonada por el régimen en medio de la catástrofe.
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Y es que mientras los gobiernos capitalistas enviaban cartas dando su pésame por lo ocurrido, mientras la corona española recordaba la amistad con el rey de Marruecos, las y los trabajadores marroquíes piden mantas y tiendas de campañas para resistir el frío de las noches en la zona del Atlas, mientras entierran a sus muertos con sus propias manos. Al mismo tiempo que Felipe VI y Mohamed VI se intercambian mensajes desde sus opulentos palacios, la clase obrera y el pueblo pobre de Marruecos sufre y paga con miles de muertos las consecuencias de una catástrofe anunciada.
La única “solidaridad” que hay entre estos regímenes reaccionarios es la que se basa en la expoliación, la explotación brutal de la clase trabajadora y el control militarizado de las fronteras como en Melilla, que se ha convertido en una frontera letal que blinda los intereses europeos.
Ante esta catástrofe que ha robado la vida de miles de personas la ultraderecha racista parece alegrarse como la escoria xenófoba que son. La misma escoria xenófoba que mueve campañas del estilo “¿Qué debe el PSOE a Marruecos?”, entre alguna de sus campañas reaccionarias que estamos viendo en las redes sociales de Vox y la extrema derecha.
Lo que el PSOE, el PP y todo el régimen imperialista español deben a la reaccionaria monarquía marroquí es convertir la frontera sur europea en una frontera blindada donde han sido asesinados miles de personas en defensa de los intereses de la burguesía europea. Le deben jugosos negocios millonarios basados en la superexplotación de la clase trabajadora marroquí y la expoliación de sus bienes comunes naturales. Obviamente, nada de esto menciona la escoria ultraderechista que ante la muerte de miles de personas pide más armas y más medios para los cuerpos de seguridad del Estado y sigue criminalizando a las personas migrantes.
Las razones del elevado número de víctimas no se deben únicamente a un fenómeno natural. Tiene también una serie de factores sociales y responsables políticos. El abandono de zonas rurales, la falta de infraestructura, la pobreza estructural en la que vive una mayoría de la población, una falta crónica de medios que se mezcla con el interés de una minoría de parásitos capitalistas de mantener a cualquier coste su riqueza y sus privilegios. El terremoto no solo ha sido una catástrofe natural, sino un crimen social con responsables en Rabat, Madrid y París.
La respuesta a este tipo de tragedias no puede provenir de la caridad hipócrita y las ayudas de los distintos imperialismos que ahora buscan la foto, y en un par de días serán capaces de volver a asesinar a cientos en la frontera si es necesario. Debe partir de la solidaridad de la clase obrera internacional, la lucha contra la expoliación imperialista y contra el régimen marroquí para conquistar los medios y las libertades necesarias para reorganizar la sociedad sobre otras bases y prepararla ante este tipo de fenómenos.
Roberto Bordón
Andalucía