Recientemente se publicó la investigación de la periodista independiente Karla Meza, quien describe las brutales condiciones en las que laboran los jornaleros agrícolas mexicanos en Canadá.
Jueves 25 de noviembre de 2021
A partir de la firma del Programa de Trabajadores Agrícolas (PTA) Temporales que desde 1974 sostienen México y Canadá, empresarios canadienses contratan por temporadas a decenas de miles de trabajadores agrícolas mexicanos.
En busca de mejores condiciones de vida, alrededor de 60 mil trabajadores van cada año las granjas canadienses en las que laboran en jornadas extremas, duermen en condiciones de hacinamiento a pesar de la pandemia, además de no contar con derechos básicos como el acceso a la salud.
El Calabozo: esclavismo en el siglo XXI
Tal es el caso de la granja Les Entreprises Prite, conocida como “El Calabozo”. De acuerdo a la investigación de Meza, más de 200 trabajadores agrícolas laboran en esta granja. En temporada de pisca de fresa los jornaleros laboran 18 horas, desde las 4:00 am. Después de la extenuante jornada, van a dormir en habitaciones que comparten con una decena de personas.
De los 28 trabajadores entrevistados, la mayoría no desean permanecer allí, sin embargo, por el tipo de contratación están obligados a quedarse y se les impide la posibilidad de cambiar de centro de trabajo.
Cuando los trabajadores plantean sus deseos de cambiar de centro de trabajo, se quejan por las largas jornadas, la falta de derechos o el indigno hacinamiento; los granjeros canadienses “boletinan” a éstos metiéndolos a listas negras para que en las siguientes temporadas ninguno contrate a quien tenga la osadía de solicitar condiciones dignas.
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Esta granja, en la que laboran 100 horas por semana, no es el único ni el peor caso. En los testimonios recabados por la periodista, por ejemplo, se habla de granjas en las que en los dormitorios amontonan a 30 jornaleros. Pese a que está prohibido el uso de literas, -máximo aún en medio de la pandemia, - llegan a acomodar 15 de estas camas por habitación.
El trabajo que realizan los jornaleros mexicanos, es rechazado por los trabajadores canadienses quienes perciben hasta un 40 % más de salario realizando la cuarta parte de lo que realizaría un jornalero mexicano o centroamericano.
El nivel de explotación en estas granjas canadienses es tal, que existen figuras nefastas como las tiendas de raya, en las que los trabajadores se ven obligados a comprar a sus empleadores los insumos básicos para su alimentación e higiene personal.
STPS y Consulado se “echan la bolita”
Otro programa del que hacen uso los empresarios canadienses es el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales (PTET) a cargo del consulado mexicano. Cuando la periodista buscó interpelar al consulado por la situación que viven estos trabajadores mexicanos en aquel país, en consulado de lavó las manos afirmando que éstos pertenecen al PTA -a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social-. Al cuestionar a la Secretaría del trabajo, se deslindó con el mismo argumento, señaló que los jornaleros son parte del PTET que es responsabilidad del consulado.
Unidad de los trabajadores para terminar con la barbarie de las granjas
Ya sea con la fuerza nativa de los trabajadores canadienses o con el uso de la baratísima mano obrera mexicana, la realidad es que este trabajo que le gobierno canadiense a reconocido como esencial, genera enormes ganancias para la agroindustria norteamericana.
Mientras los trabajadores dejan la piel en el campo, son los empresarios los que se apropian de la riqueza que se genera en cada jornada. Para que la aberrante situación que viven mexicanos y centroamericanos en las granjas canadienses cambie, se vuelve de suma importancia que los propios trabajadores canadienses tomen como suya la denuncia y lucha de los migrantes por mejores condiciones de trabajo.