Publicamos a continuación una declaración del PTS-Frente de Izquierda Unidad y del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC-PTS).
Lunes 28 de agosto de 2023 13:36
El Tercer Malón de la Paz surge como una respuesta de las comunidades indígenas de Jujuy frente al ataque a sus derechos y a la Reforma inconstitucional de Morales y el PJ. El levantamiento del pueblo jujeño con las docentes en huelga, a la que se sumaron trabajadores de la salud, mineros, estatales y la juventud, se vio potenciado por el rol del Tercer Malón y los pueblos originarios, que, con sus métodos de lucha en los territorios, hicieron retroceder y obligaron al oficialismo y a la oposición del PJ a quitar varios artículos antiderechos.
Nuestro bloque del Frente de Izquierda en Jujuy fue el único que enfrentó desde un principio esta reforma que es violatoria de derechos conquistados y reconocidos tanto en la legislación nacional como en tratados internacionales como el Convenio 169 de la OIT. Denunciamos dentro y en las calles el carácter antidemocrático a espaldas del pueblo trabajador, la profundización del saqueo y avasallamiento de los derechos de las comunidades indígenas y la criminalización de la protesta.
Por ser parte de esta lucha, fuimos, cómo tantos hermanos y compañeros reprimidos, detenidos y/o imputados como sucedió con la convencional del PTS Natalia Morales, en Purmamarca, el docente universitario Iván Blacutt, de Izquierda Socialista, Andrés García, integrante de la Comisión Directiva del CEDEMS y del PTS, como así también al periodista de La Izquierda Diario Lucho Aguilar, reprimido y detenido por cubrir la lucha, todos integrantes del Frente de Izquierda. En el Congreso Nacional, diputados liberales como Espert (ex Milei, ahora con Gerardo Morales y Larreta) solicitaron la expulsión de nuestros compañeros diputados del PTS FIT Alejandro Vilca, Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Romina del Plá, por acompañar la lucha en Jujuy.
Nos sentimos y somos parte de esta lucha
Las y los hermanos del Tercer Malón cumplen un mes de presencia en la Ciudad de Buenos Aires. Fueron recibidos por miles de manifestantes, pero pasados los días por parte de las autoridades primó el maltrato y racismo con quienes están a la intemperie en Plaza Lavalle. El Gobierno de la Ciudad de Rodríguez Larreta, aliado de Morales, trató de impedir que se coloquen baños químicos, carpas y hasta hubo personal infiltrado en la plaza. Por su parte, el Gobierno nacional de Alberto Fernández, que podría garantizar las condiciones humanas necesarias en la permanencia no lo hizo, incluso en medio de temporales de lluvia, viento y frío.
Por nuestra parte desde el primer día nos pusimos a disposición de nuestras hermanas y hermanos del Tercer Malón, haciendo visible la lucha, consiguiendo los baños químicos, denunciando a través de nuestra diputada de CABA Alejandrina Barry, las condiciones inhumanas y de hostigamiento. Con nuestras compañeras del Movimiento de Agrupaciones Clasistas aportamos a la Posta sanitaria con compañeros de salud, con trabajadoras docentes, judiciales, aeronáuticos y nuestra Juventud.
La Corte Suprema de Justicia, es una de las instituciones más rancias de este país, una justicia para ricos, clasista, racista y patriarcal. Sus integrantes, que viven con privilegios, desprecian el reclamo de hermanas y hermanos indígenas, por eso ni siquiera se han pronunciado ante el pedido de inconstitucionalidad de la reforma.
Desde el Frente de Izquierda Unidad mantenemos la coherencia planteada en Jujuy de oposición y denuncia a esta reforma. Hemos propuesto en sesión que las y los diputados apoyen un proyecto para que el Congreso Nacional rechace la reforma, sin embargo, los bloques mayoritarios se negaron a tratarlo.
Denunciamos que es una decisión política no hacerlo. Porque son responsables de políticas extractivistas, de saqueo de litio y bienes comunes en el norte y de saqueo y contaminación en Vaca Muerta en el Sur afectando a comunidades mapuche. Un claro ejemplo de la política federal de este gobierno fue la represión a la comunidad Lafken Wincul Mapu, donde reprimieron y encarcelaron a cuatro hermanas mapuche para despojarlas de su territorio en la provincia de Rio Negro.
Luchar no ha sido en vano
Con nuestra lucha hemos dado pasos importantes. Un pueblo que se puso de pie y perdió el miedo contra quienes nos gobiernan, debilitamos la Reforma e hicimos sacar artículos antiderechos. Mostramos que teníamos fuerza, desafiando al régimen que prohíbe los cortes multiplicando los mismos en los territorios junto a las movilizaciones masivas en las ciudades. Logramos que docentes y estatales conquisten mejores paritarias y salarios. Que la pelea contra el saqueo y la defensa del agua sea tomada por jóvenes y trabajadores, y que la unidad y coordinación entre trabajadores, pueblos originarios y el pueblo jujeño se fortalezcan. Es un logro muy importante que las 400 comunidades indígenas de Jujuy hayan unificado con el Tercer Malón su lucha y reclamos. Un gran ejemplo para todo el país.
Para torcer el rumbo de la reforma y la política de Gerardo Morales y su continuador Carlos Sadir, es necesario retomar la perspectiva de la unidad y coordinación de los sectores en lucha y del pueblo trabajador jujeño, que puede extenderse al resto del país. Una agenda que unifique todos los reclamos contra la Reforma y los Gobiernos ajustadores, que hoy nos hacen pagar una deuda infame con el hambre del pueblo.
Tenemos que definir un plan de lucha de forma democrática en asambleas, y exigir a las centrales sindicales como la CTA y la CGT el paro y la movilización en todo el país. Que contemple el aumento general de salarios de emergencia para trabajadores, jubilados, planes sociales que atiendan la grave situación que sufre el pueblo trabajador. Tenemos que unificar y fortalecer nuestra lucha desde las bases para afrontar los ataques de Morales y su régimen, contra quienes hemos luchado desde el primer día: contravenciones, multas, persecución a integrantes de las comunidades, docentes, municipales, trabajadores de la salud, a jóvenes. Apoyar a los compañeros de la UATRE Ledesma que intentan ser castigados y perseguidos en su seccional. Tenemos que volver a unificar nuestras fuerzas.
