Trabajadores del Hotel Opera de Río Cuarto, que fueron desvinculados hace casi un año cuando recién comenzaba a regir el decreto anti despidos, nos cuentan cómo sigue su situación.
Jueves 22 de abril de 2021 21:25
El 25 de Julio del año pasado se supo en todos lados, fue noticia nacional: el histórico hotel Opera de Rio Cuarto cerraba sus puertas definitivamente. Obviamente los medios hegemónicos de todo el país lo tomaron como un golpe al empresariado, se rasgaron las vestiduras ante la caída de otro gigante histórico que era golpeado por la tiranía de la cuarentena pandémica.
Mientras tanto en ese momento las y los empleados de la firma de Miguel Lunardi se enteraban por Whatssap que se quedarían sin trabajo. Pocos se preocuparon por el futuro de 20 familias, algunos medios incluso inflaron ese número llevándolo a 24 para incluir en ese grupo a familiares de Miguel Lunardi que hacían el papel de gerentes hoteleros mientras que en realidad quienes hacían trabajar el lugar, como siempre, eran sus empleados y solo ellos: hay quienes acumulan más de 42 años ahí adentro, a esas y esos trabajadores no hace falta que le expliquen su trabajo, ellos son su trabajo. En fin, los meses pasaron, y como sabemos los tiempos de la justicia en tiempos de Covid son muchos más relajados que en épocas mejores y estos trabajadores y trabajadoras siguen sin ver un peso.
“Ya estamos grandes, quién nos va a dar laburo a esta altura? Tenemos que agarrar cualquier changa” “Tenemos una compañera que está sufriendo por el cáncer y la dejaron sin mutual, sin nada” “Yo comencé a reemplazar a nuestra compañera en sus tareas, ella era Gobernanta, y sus responsabilidades eran muchas, y mientras tanto también seguía con mis tareas de mucama, era muchísimo el estrés y la responsabilidad y ellos nunca me lo reconocieron, esto que tengo en las manos es a causa de todo ese estrés” mientras muestra unas manos invadidas por el vitíligo mientras sus compañerxs asienten y confirman “eso le salió por todo el laburo que le tocaba” “Yo tengo 6 hernias de disco y tengo que pagarme la mutual, voy a tener que ir al hospital porque es carísimo hacerse atender sin mutual” dice Heraldo, trabajador con 42 años en la firma; otra trabajadora: “yo tengo 2 hernias de disco”.
Cuando los tiempos eran distintos, y con otra administración, el Ópera estaba en su apogeo las y los laburantes seguían siendo el pilar fundamental de esa maquinaria bien engrasada, que eran ellos mismos: “hubo tiempos en que se mantenía el 60% de la ocupación todos los días, la gerencia hacia canjes con otras empresas y nosotros hacíamos cada uno el trabajo de tres personas” La ultima administración, la de la familia Lunardi parece haber sido la peor con sus trabajadores: “Nunca nos saludaban, para ellos nosotros éramos una mala inversión y nos lo hacían notar.
Siempre insultaban al Hotel pero ellos sabían bien que ahí adentro había 20 familias que hacían funcionar todo eso. Ellos compraron algo donde adentro había seres humanos pero nunca nos trataron así” pero los Lunardi parecen haber sido peor con el negocio: “Esto tiene que quedar bien en claro, nosotros no perdimos nuestro trabajo por la pandemia, esto lo veníamos viendo desde hace siete años. Un laburante se da cuenta fácil cuando ocupas tres horas de toda la jornada en hacer todo el trabajo, es porque algo va mal y no empezó con la pandemia, empezó con la administración de la familia Lunardi” nos cuenta Matías con más de 20 años como laburante de mantenimiento del Hotel. “Cuando nos juntamos con el directorio, y que fue una reunión que yo programe (sigue Matías) porque ellos nunca nos llamaron ni nada, ahí sacaron una cuenta rápida en donde lo adeudado hasta el momento en salarios y aguinaldos sumaban alrededor de 600 mil pesos y Miguel Lunardi nos dijo: si, si, se puede pagar, no se hagan drama. Y no supimos nunca más nada.”
Las audiencias ante la justicia están plagadas de errores que cometen los abogados de la patronal como por ejemplo en los nombres o números de documentos de los trabajadores, por lo que los laburantes más de una vez se han encontrado con que no podían entrar a sus propias audiencias por no presentar los mismos datos que la patronal, lo que genera nuevas audiencias y así pasan los meses sin que nadie se haga cargo de la deuda de estas 20 familias: “Nos quitaron la dignidad. Yo me tengo que esconder de mi hermano cuando viene a mi casa porque sé que me va a ofrecer plata, hace un montón que no voy a su casa por lo mismo. A mí me quitaron hasta la dignidad.” Con solo vender una de las propiedades más chicas que esta firma acumula en su extenso inventario podrían pagarles todo lo que les deben a las y los laburantes. Y los trabajadores lo saben, saben que la plata esta, saben que se puede solucionar fácilmente y no logran entender por qué no les pagan.
Escenarios prácticamente idénticos se repiten por todo Rio Cuarto, claro que no es un síntoma local, y como en el resto de los lugares donde sucede parece que nadie quiere ver, que a nadie le interesa que las familias sin laburo terminen en las calles por no poder afrontar altos alquileres y que se multipliquen estos casos de a cientos y cientos, pero ellas y ellos están ahí y se están organizando y se solidarizan con el resto de las luchas. En ese sentido los laburantes del Ópera fueron los primeros en sumarse en apoyo a la lucha que en diciembre del año pasado llevaron adelante las y los laburantes de la panificadora La Nueva Central, y que como ellos siguen sin cobrar. Siempre levantando su propia consigna, estos trabajadores engrosaron las filas de los panaderos y dieron su apoyo sin dudarlo. Esos son los primeros pasos hacia la organización y fortalecimiento de los reclamos y las y los laburantes del Ópera lo entendieron hace meses.