Desde abajo. Trabajadores estatales se unen contra los despidos: primera acción ante la Secretaría de Trabajo

Este lunes, en la sede del sindicato ADEMYS, se reunieron trabajadoras y trabajadores de unas 20 dependencias estatales, atacadas por el brutal ajuste del Gobierno, que pone en riesgo todos los puestos de trabajo del sector. Con firmeza, se plantearon pelear por la reincorporación de todos los despedidos, y enfrentar el vaciamiento y los intentos de privatización. Participaron trabajadores despedidos, jóvenes precarizados y también jubilados. La consigna que atravesó toda la reunión fue unir por abajo las luchas, ante la negativa de los sindicatos a plantear espacios de organización en común y un plan de lucha unificado. El objetivo es coordinar acciones en común, y empujar desde las bases la unidad que se necesita.

Participaron trabajadoras y trabajadores del exMinisterio de Trabajo, del ANSES, CONICET, INDEC, Ministerio de Economía, Desarrollo Social, Justicia, Transporte, el ENACOM y el ISER, el Instituto Geográfico Nacional, Biblioteca Nacional, Parques Nacionales, Comisión Nacional de Energía Atómica, Vialidad Nacional, entre otras. También estuvieron presentes trabajadores de Aerolíneas Argentinas-GPS. Asambleas barriales de Flores, Balvanera, Parque Patricios, Boedo. Y jóvenes estudiantes de Filosofía y Letras y la facultad de Ciencias Sociales, entre otros. Una participación destacada tuvieron las jubiladas y jubilados que enfrentaron las privatizaciones durante el menemismo.

A lo largo de la reunión, y al calor de las distintas experiencias e intervenciones, se vio que hay una enorme fuerza y determinación para resistir el plan motosierra del Gobierno. Con muchos cuestionamientos al rol pasivo y/o divisionista que están jugando las centrales sindicales, se destacó, por otro lado, la autoorganización de los trabajadores y también de las asambleas barriales. Mientras las asambleas barriales tienen una impronta de unidad democrática y combativa, los sindicatos tienen la fuerza, pero deciden todo por arriba.

Una conclusión: si unimos el espíritu democrático de las asambleas y la fuerza de las organizaciones gremiales, podemos ganar. Ese es el camino que se planteó para imponer la huelga general y un plan de lucha unificado a las centrales sindicales de todo el país.

A continuación, una crónica de los debates que se dieron a lo largo de la reunión.

Construir un espacio amplio de afiliados y no afiliados

"Las conducciones de los sindicatos no están a la altura, le sueltan la mano a los trabajadores mientras están vaciando los organismos, y tampoco es fácil conseguir trabajo en otro lado" -planteó una joven trabajadora del CONICET, donde despidieron alrededor 140 empleados y el ajuste pone en riesgo su funcionamiento- "Necesitamos convencernos de que podemos tomar la lucha en nuestras manos. Construir un espacio amplio, de afiliados a gremios y no afiliados, también con delegados y Juntas Internas combativas, para dar una pelea en común. Hay que construir esta fuerza entre todas y todos".

Además señaló que "la campaña de Javier Milei, de burla y estigmatización a los estatales, nos ubica en un lugar falso: nos señala como a una casta que perjudica al país y que por eso tenemos que ser eliminados para refundar la Argentina. En algún sector de la población cala el prejuicio y hay que salir a disputar ese sentido común. Porque los trabajadores y trabajadoras estatales no somos la casta. La casta está en el Gobierno".

La casta está con Techint, por la reforma laboral

"Las trabajadoras y trabajadores del (ex) Ministerio de Trabajo denunciamos que el Gobierno puso a funcionarios del grupo Techint al mando de la Secretaría, no solo para ajustar, sino porque quieren pasar una reforma laboral. Ellos son la casta, no los trabajadores. Buscan que las empresas no tengan ya que negociar salarios en paritarias, que no haya conciliación obligatoria, ni un índice de empleo registrado. Los despidos son para avanzar en ese plan sobre el conjunto del pueblo trabajador, que incluye las privatizaciones", apuntó Larisa Pérez, trabajadora despedida.

Otra trabajadora, del Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO), sumó: "El Estado es el centro de ataque, pero en el sector privado también están despidiendo. Nos atacan primero a nosotros, porque quieren destruir los derechos de todo el país".

Julio Cordero, hoy al mando de la Secretaría, fue jefe de abogados del grupo económico conducido por Paolo Rocca. Los trabajadores denuncian además que el grupo Techint fue parte del plan genocida de la última Dictadura cívico-militar. "Ernesto Rona que es quien planificó los despidos, era el jefe de recursos humanos de Techint en el año ’79. Fue parte de los gerentes que colaboraron con la dictadura genocida. Porque en Campana los campos de detención clandestinos, eran financiados por Techint".

En distintas dependencias del exMinisterio de Trabajo, hubo más de 500 despidos. Personas con más de 20 años de antigüedad, algunos a meses de jubilarse, personas protegidas por la ley de cupo laboral travestis-trans y cupo de discapacidad, trabajadores con graves problemas de salud, entre otros. En el edificio de avenida Alem, las trabajadoras y trabajadores se organizaron previamente, para dar una respuesta que los sindicatos no venían dando.

Silvina, de la Encuesta de Indicadores Laborales, tomó la palabra para contar cómo lograron imponer desde abajo un acto unitario de ATE y UPCN, la semana pasada. "Hicimos asambleas del sector, también una bandera, y ante los despidos que sabíamos que habría, recorrimos todas las oficinas para agitar una asambleas sin distinción de afiliación", explicó. La foto de unidad entre gremios recorrió varios medios de comunicación y fue un hecho político ante una dirigencia totalmente dividida: fueron los trabajadores y trabajadoras quienes lo impusieron desde las bases.

"Hay mucha bronca, entre los despedidos y los demás trabajadores que renovaron contrato solo por tres meses, porque el Gobierno nos amenaza a diario hace tiempo y no hubo un espacio ni una convocatoria de unidad por parte de los sindicatos, que siguen haciendo acciones dividas" -explicó Larisa Pérez- "Esto atraviesa a todos los trabajadores del Estado. Por eso, desde la agrupación Marrón surgió la propuesta de hacer esta reunión con trabajadores de distintos organismos, la mayoría acá no está agrupado, hay afiliados a ATE, a UPCN y otros gremios, y también no afiliados. Tenemos que construir una instancia mucho más amplia, sin distinción de sindicatos o agrupación, para hacer una pelea unificada y salir de la espera pasiva. ¿Cuántos despidos más tiene que haber para dar esa respuesta contundente que nunca llega? El ataque fue muy grande y lo va a seguir siendo, hay que construir una respuesta que este a la altura".

La reunión definió por votación concentrar fuerzas el miércoles a las 9:30 am, en el edificio de Av. Leandro N. Alem 650, para acompañar el ingreso masivo de todos los despedidos. A su vez, resolvieron convocar una próxima reunión abierta a todos los estatales y sectores en lucha, el sábado 6 de abril. Y votaron llamar al encuentro "Unidos Contra los Despidos".

Están robando la caja de los jubilados

Un trabajador del ANSES contó que hay más de 1000 despidos en este sector, pero que el Gobierno anunció serían uno 15 mil. Se trata de uno de los organismos más afectados, junto a los que hoy nuclea Capital Humano. "El Gobierno se jacta de que logró bajar el déficit, pero lo hizo robando de las jubilaciones y pensiones a los adultos mayores. Y también ataca a los trabajadores desempleados, a las madres solteras, a las amas de casa... todas esas prestaciones que gestionamos los trabajadores del ANSES. Lo que quieren es meter mano para saquear los fondos de garantía de sustentabilidad", denunció. A su vez, señaló que los gremios juegan a desmovilizar y dividir, y meten miedo entre los trabajadores: "Te dicen que si no sos delegado, no pises la calle porque te va a pasar algo terrible".

De la reunión participó también la agrupación Jubilados insurgentes, que sumaron su fuerza de lucha y su valiosa experiencia.

"Los números que vos diste, son personas que no se van a poder jubilar" -respondió una integrante- "Cuenten con nosotros, vamos a estar el miércoles en la Avenida Alem, y vamos a estar siempre donde nos necesiten". Y contó que "el viernes estuvimos en el ANSES de avenida Córdoba y nos contaron que hay cuatro sindicatos, que siguen divididos, mientras los compañeros están viendo qué se pueden hacer desde cada oficina. Los jubilados solos no podemos, los empleados públicos y los obreros de las fábricas tampoco pueden solos... tenemos que encontrar los puntos de contactos para estar unidos y pelear todos juntos. Hay que rebasar a las conducciones sindicales, y empoderarnos desde abajo, porque nos están atacando a todos. Y esta la tenemos que ganar porque sino van a destruir al país y sobre todo a los trabajadores".

De la reunión también participaron trabajadoras y trabajadores del INDEC, donde el recorte del Gobierno cayó sobre 70 empleados en edad jubilatoria, a quienes no se les reconoce derechos laborales y se los intima a dejar los puestos de trabajo en tres meses, cuando quienes son de planta permanente cuentan con un año entero para realizar sus trámites jubilatorios. "Hubo pocos despidos, entre ellos una compañera en período de lactancia. Pero tocaron a muchos compañeros que no se querían jubilar porque van a tener jubilaciones de hambre, y eso es una forma de despido encubierto. Estamos acá con varias compañeras y compañeros independientes, para solidarizarnos y porque sabemos que en tres meses vienen por más, por eso tenemos que seguir organizándonos afuera y adentro. Que la bronca se organice desde abajo, es la única manera que le vamos a poner imponer una lucha unificada a los gremios", planteó Carina David.

Jóvenes estudiantes y científicos al frente

"Yo estaba cursando en la facultad de Ciencias Sociales cuando me llegó un mail con la desvinculación" -contó Caro, despedida del exMinisterio de Educación- "Luego hablando con otros compañeros estudiantes, éramos un montón los que habían echado de distintas dependencias públicas. Y además, con el ajuste que cae en educación no sabemos si vamos a continuar teniendo clases a partir del mes de mayo. Las becas progresar están congeladas, y se habla de los voucher educativos. Los jóvenes que organizamos el molinetazo contra el aumento del transporte público, tenemos que unirnos también a esta pelea, porque adentro de las aulas, a todos los atacan desde distintos lados".

"Hay un ataque del Gobierno a todo el sector público, a estatales, a la ciencia, a la cultura y a la educación, entonces tenemos que pensar cómo coordinarnos. En el CONICET, la mayoría somos becarios, trabajamos en las universidades, con distintas formas de contratación", planteó Juliana, una joven precarizada. Y luego contó que "cuando ocupamos el Polo Científico, tampoco fue una acción que surgiera de ATE. Ese día el directorio dijo No hay plata, lo mismo que dice el Gobierno, y los trabajadores se llenaron de bronca, entonces ocupamos el lugar. Eso surgió desde abajo. Hay mantener la exigencia de lucha a los sindicatos, y también pensar cómo impulsamos las asambleas, y estar preparados para acciones más contundentes, para cuando de por los ánimos de las bases. Nosotros también cortamos la calle y rompimos el protocolo de Bullrich".

También participó Agustina Vargas, una joven trabajadora Ministerio de Salud de la Provincia, que a su vez es presidenta del centro de estudiantes del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), dependiente del Ente Nacional de Comunicaciones. "Nosotros venimos de varias luchas por tener un edificio propio. Y nos solidarizamos con los trabajadores del ENACOM, ya que cerraron todas las delegaciones del país, excepto la de Ciudad de Buenos Aires que está con actividad súper reducida. Los estudiantes y egresados nos venimos organizando, también buscando reuniones con el sector no docentes, que están agremiado a ATE, UTE y UPCN. Ahora se vienen más despidos, sobre todo en el ISER, que lo quieren vaciar. Los estudiantes queremos llamar a la unidad, también porque el día de mañana vamos a ser laburantes de los medios públicos que están siendo atacados y se nos cierran muchas puertas de trabajo. El miércoles vamos a estar acompañando el abrazo al ENACOM. Y ahí trataremos de impulsar asamblea de todos estos sectores.

Privatizaciones: no repetir la historia de los ’90

De la reunión participaron también trabajadoras y trabajadores de la tercerizada GSP de Aerolíneas Argentinas, quienes vienen impulsando una lucha en unidad por la reincorporación de los 70 despedidos y contra el intento de privatización. "Venimos dando una pelea en conjunto con muchos sectores en lucha, con estudiantes, con asambleas barriales, con las que hicimos un corte y un abrazo a Aerolíneas Argentinas" -planteó uno de los trabajadores- "Estamos convencidos, de que tenemos que dar la pelea en unidad con todos los sectores atacados. Así hacer presión desde abajo a las cúpulas sindicales para que se pongan a la cabeza y si no lo hacen, rebalsarlos desde las bases.

Y agregó: "el Gobierno lo que busca es privatizar Aerolínea Argentinas, y muchas otras empresas del Estado. En los ’90, el gobierno de Menem logró las privatizaciones porque los sindicatos en aquel entonces impusieron la división, y la pelea por separado: así derrotaron a los ferroviarios, los de ENTEL, Gas del Estado y otras. Nosotros no queremos repetir las historia, por eso tenemos que buscar las formas de imponer la unidad desde abajo. En las asambleas barriales ya se viene dando, nos encontramos con compañeros del INCAA, ACUMAR, AYSA, TELAM y otros sectores. Tenemos que buscar que esa unidad crezca, se coordine y se haga efectiva en la acción común".

Por su parte, una jubilada compartió su propia experiencia frente a las privatizaciones del menemismo que también arrancaron con despidos masivos.

"Nosotros veíamos que la lucha contra las privatizaciones se estaba dando dividida, y queríamos empujar la organización para unirla desde las bases, que era difícil porque nos aplastaban desde arriba los dirigentes sindicales. Además, había pasado la Dictadura hacía una década y la mayoría compañeros se abrazaban a la democracia y a las organizaciones sindicales, entonces si queríamos hacer reuniones de autoconvocados nos preguntaban, ¿esto está avalado por el sindicato?" -respondió Zulema, que trabajó en la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL).

Y contó: "Nosotros fuimos a paro desde las bases ante el primer despido, y recién a los días se sumó el Sindicato. Luego, la conducción del gremio nos levantó la lucha, en una asamblea que maniobró para que pareciera eso era lo que quería la mayoría. Por sus maniobras y por no querer pelear unidos los sindicatos, nos derrotaron. A la semana salen los ferroviarios, y a la otra semana otros compañeros. Y no pudimos pelear juntos, eso por culpa del verticalismo de las organizaciones gremiales. Aunque nosotros dimos la pelea para unirnos, tuvimos reuniones con compañeros de todos los gremios estatales, pero incluso con los delegados de base nos costaba un montón, porque siempre querían seguir las decisiones que tomaba la directiva del gremio".

Zulema concluyó: Ahora es distinto, y tenemos que aprender de esa derrota, de esa experiencia, para ahora pelear unidos y ganar. Hace mucho están avanzando las autoconvocatorias... en Salud, Educación, Cultura, en muchos lugares. También en las asambleas barriales. Siempre tenemos que tener el reaseguro de que somos nosotros los trabajadores, desde abajo los que tenemos que decidir y los dirigentes tienen que ser nuestros portavoces, nunca hay que abandonar la autoorganización desde las bases.

Desde abajo tenemos poder

Por último, Facundo Aguirre, trabajador de la Secretaría de Trabajo y coautor del libro "Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976", planteó una reflexión sobre cómo articular la unidad y construir poder desde las bases.

"Si paralizamos la administración pública armamos un quilombo. No es que no tenemos poder, tenemos mucho poder. Lo que pasa es que nos han acostumbrado a no reconocernos como trabajadores. Y a que nuestra función es hacer del Estado un colchón del conflicto. Y no reconocer que nosotros somos parte de una clase que lucha y crea con su lucha. ¿Qué crea? Crea esto que estamos haciendo. Crea soberanía. Yo veo esto, los sindicatos están en Narnia y son organizaciones que te juegan en contra. Y las asambleas barriales son lo nuevo. Ahora las asambleas tienen el espíritu, pero no la fuerza. Y los trabajadores tienen la fuerza, pero todavía no están ganados por ese espíritu de organización democrática. Tenemos que fusionar esas dos fuerzas. Es decir nosotros tenemos que llevar al corazón de las organizaciones de trabajadores y al corazón de nuestras reparticiones, el espíritu de las asambleas populares, la democracia directa, el decidir todo y tomar el conflicto en nuestras manos".