Este lunes que se va, fue un día de deliberación en las fábricas rosarinas ante los resultados del balotaje. En el vestuario antes de entrar, en el desayuno y en la hora de almuerzo se multiplicaron las charlas sobre la elección y el país que se viene.
Martes 24 de noviembre de 2015
Como veníamos viendo en el día a día en los lugares de trabajo, muchos trabajadores decidieron en las últimas semanas votar a Scioli, atraídos por la “campaña del miedo”, considerando que optar por el candidato del Frente Para la Victoria podría garantizar el (precario) puesto laboral o no retroceder en el ya magro poder adquisitivo del salario. Los que lo hicieron por Macri, no votaron un ajuste, sino que entró la idea del “cambio” que podría significar alguna mejora para la dura vida de los obreros y sus familias.
El voto en blanco también fue una posición que tomaron sectores de trabajadores. Esta posición, aunque minoritaria, fue defendida en diferentes fábricas provocando la atenta escucha de los compañeros, el convencimiento de algunos y el respeto a una posición consecuente, incluso entre los que optaron por alguno de los candidatos patronales en pugna.
En el día de hoy los diálogos se multiplicaron. La posición de votar en blanco, considerando que tanto Scioli como Macri, son candidatos del ajuste y el ataque a los sectores obreros y populares, es escuchada, pensada y repensada por muchos compañeros que se decidieron por Scioli. Contra la lógica de la militancia kirchnerista más obtusa, que se dedica a atacar la posición consecuente de la izquierda clasista del PTS y el FIT, los trabajadores reconocen en la izquierda a aquellos que estarán en las calles para enfrentar los ataques por venir. El alto nivel de discusión entre los trabajadores abona el terreno para que las ideas de la izquierda puedan tener más oídos. Se vienen tiempos difíciles para los sectores obreros y populares y la tarea de la militancia de la izquierda en los lugares de trabajo adquiere una gran dimensión
En esta nota, reflejamos opiniones que nos hicieron llegar trabajadores rosarinos que defendieron la pelea por dar la espalada al FpV y al PRO, y hoy pelean por que la lucha contra el ajuste encuentre al movimiento obrero despierto y preparado.
“Hacer valer la opinión de todos esos que no se ven representados por ninguno de los dos”.“Hay que trabajar en la concientización en que ninguna de las dos opciones tiene política de acuerdo a los intereses del pueblo. No hay q olvidarse del gran porcentaje de votos en blanco y tratar de trabajar en eso. Hacer valer la opinión de todos esos que no se ven representados por ninguno de los dos. A medida que los resultados negativos de la nueva gestión se vean, hay hacer hincapié en aquellos miles de arrepentidos que va a haber y convencerlos de que hay una tercera opción que está dispuesta a hacer valer los intereses del pueblo.”
Obrero de Metalbo
Ganara Scioli o Macri eran los mismo. Que venga la que se venga! Se viene una grande para la izquierda. Para estar al pie del cañón en todas las luchas! Para poder fortalecer el frente y sumar militantes!
Trabajador despedido de Liliana S.R.L, referente de la lucha por el pase a planta permanente
A lucharla. Ganó Macri pero si ganaba Scioli íbamos a estar en la misma. Las calles son de los trabajadores
Joven metalúrgico
Cualquiera que ganara iba ser lo mismo ya está en cualquiera el país de nuevo. Hay que prepararse y enfrentar lo que viene
Trabajador de Briket
Ya sabíamos de antemano que para los trabajadores es igual. Cualquiera de los dos iba a ser lo mismo. Por eso votamos en blanco.
G y B, obreros de Bambi
La verdad tengo miedo por lo que se viene para el país y para mi familia. Macri es un empresario que no le importa ni sabe cómo vivimos. Y Scioli está en la misma. Pero quiero que este miedo se transforme en valor para poner el pecho y no dejarnos pisotear.
Obrero plástico
La culpa es del otro (una mirada desde la izquierda)
No voy a discutir con el macrismo. El macrismo es la derecha asumida y declarada. Es, de alguna manera, honesta. Nos trata de opas. Su director de orquesta, Durán Barba, cuenta su estrategia en la TV. Les dice a quienes lo contratan que vacíen el discurso, que el pueblo es ignorante, que elige consignas vacías. Lo vocifera. Lo escribe en libros, lo declara en entrevistas. Y el pueblo va, y elige. No voy a discutir con esa porción de la sociedad. Ojalá alguien más los interpele. Yo no me siento capaz de tan titánica tarea.
Pero el kirchnerismo. El kirchnerismo constituyó a lo largo de 12 años un movimiento perverso. Gritó "la patria es el otro", por primera vez, en un acto de un 25 de mayo, en el que el gobernador Insfrán escoltaba a la presidenta. Un gobernador que se cansó de matar indios con sus fuerzas represivas. El kirchnerismo gritó "fuera las corporaciones" mientras Monsanto auspiciaba el incremento de la soja transgénica a más de la mitad de las tierras productivas, hipotecando la tierra y comprometiendo la salud de las poblaciones fumigadas. El kirchnerismo le puso su propio techo a la ampliación de derechos de género, al negarse a discutir siquiera, el aborto legal, seguro y gratuito. El kirchnerismo le pidió a empresarios que blanqueen a sus empleados y a los particulares que inscriban a los trabajadores domésticos. Pero mantuvo en la precarización a miles de trabajadores en las oficinas estatales durante sus tres gestiones, excepto a quienes llegaron desde las filas de su militancia. El kircherismo pidió la recuperación de la soberanía de Malvinas pero entregó nuestra cordillera a las mineras trasnacionales. El kirchnerismo instaló una agenda de memoria y justicia de los crímenes de la dictadura, pero sus policías locales se cargaron varias vidas en protestas sociales.
El kirchnerismo se convenció de que las mejoras que se levantaron bajo su gobierno eran razón suficiente para condenar las críticas que se les hacía desde la izquierda y desde la derecha, demonizando a ambas y pretendiendo borrar sus evidentes diferencias. El kirchnerismo se traicionó a sí mismo llevando como candidato a un hombre al que no querían ni nombrar, para enseguida salir a convencer (y convencerse) de que el candidato era "el proyecto". El kirchnerismo no asumió jamás sus contradicciones, ni sus desaciertos. Y en las horas de la debacle final, salió a repartir culpas a diestra y siniestra. El kirchnerismo merece discusión porque cuenta en su movimiento con miles de personas honestas. A esas se les pide: revisión hacia adentro. Autocrítica pública. Será difícil recuperar legitimidad mientras se persista en sostener que "la culpa" es del otro.
Ana, trabajadora estatal