Este martes vencía el plazo para la presentación de listas al interior del PRO para renovar sus autoridades. Si bien existía consenso de que Mauricio Macri sea quien se quedara con la presidencia, Bullrich peleó hasta último momento el lugar de sus fieles en lo órganos del partido amarillo. La relación del PRO con el hambreador gobierno de La Libertad Avanza como centro de las diferencias, y punto de partida de las distintas estrategias de ambos dirigentes.
Martes 19 de marzo 22:39
Foto: Informe Vip
Finalmente, tras horas de negociación, las dos figuras más relevantes hoy del PRO llegaron a un acuerdo que le permite al ex presidente Mauricio Macri presidir el partido, y a Bullrich estar al mando de la Asamblea -segundo lugar en jerarquía-, a la vez que faculta a la actual ministra de Seguridad mileísta a colocar a sus dirigentes más cercanos en la vicepresidencia y otros lugares.
La presentación de una lista única encabezada por Macri era casi un hecho desde hace tiempo atrás, pero como parte de las negociaciones había surgido durante esta tarde la amenaza del sector bullrichista de presentar una lista propia si el macrismo continuaba resistiéndose a los cargos que reclamaban para sí, sobre todo la vicepresidencia 2da, que finalmente quedó en manos de Damián Arabia -envuelto hace poco en un escándalo-.
Con Larreta en un tercer plano tras su derrota en las PASO, Macri y Bullrich disputan su centralidad en el partido, tanto por carrerismo propio, como por sus distintas visiones de cómo actuar ante el Gobierno de Javier Milei. Mientras la ex candidata a presidenta por Juntos por el Cambio cree que lo más conveniente es una casi integración del PRO al partido libertariano, Macri es de la idea que el partido amarillo conserve cierta autonomía para poder negociar en mejores condiciones con Milei. Bien cuando al Gobierno se le empiece a terminar la "luna de miel", o bien de cara al armado de listas para las elecciones legislativas de 2025.
El cierre de las negociaciones finalmente dejó como resultado por debajo de la presidencia de Macri a Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y al diputado nacional Damián Arabia, propuesto por Bullrich, como vicepresidentes 1ra y 2do del Consejo Directivo, respectivamente. Éste también estará formado por los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut), que serán titulares partidarios en sus provincias. Los acompañarán en el mismo órgano, por un lado, los intendentes Diego Valenzuela de Tres de Febrero, Guillermo Montenegro de General Pueyrredón), y por otro, los dirigentes María Eugenia Vidal por CABA y Diego Santilli por PBA. Este armado responde a los planes de Macri de darle una impronta al partido desde los territorios, que están en manos de dirigentes que le responden.
Trascendidos hablan de un Mauricio Macri previendo un escenario que se le vaya poniendo cada vez más adverso al paleolibertario, para él ofrecerse junto a su partido como "rueda de auxilio". Sabe además que a La Libertad Avanza no le alcanzará con las fuerzas del cielo para los comicios de medio termino y necesitará del poder territorial que tiene el PRO. Que es mucho menor al de los radicales pero mayor al del partido liderado por un outsider.
La ubicación de Bullrich es distinta. Lo demostró desde un primer momento incorporándose al gabinete libertario tras el triunfo violeta en el ballotage, y lo sostiene con su idea de que el resto de los dirigentes del PRO vayan integrándose al Gobierno, sin importar mucho si esto implica su dilución.
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Las estrategias de ambos dirigentes van en función de sus especulaciones acerca de la suerte de un Gobierno que apoyan "incondicionalmente", pero que sufrió ya dos importantes derrotas -Ley Ómnibus y rechazo en Senado de mega DNU- y que empieza a recibir poco a poco las primeras señales de un aumento del descontento social y caída de su imagen. Si las espectativas de Bullrich podrían tildarse de "optimistas" y las de Larreta -hoy corrido a un costado pero sin irse- de "pesimistas", Macri busca ubicarse en un lugar en el que cualquiera de los dos desenlaces lo reditúen.
La actual foto de incertidumbre por el futuro del PRO, que liderando la alianza Cambiemos supo llegar a la Rosada tan solo tres contiendas electorales atrás, es producto de la emergencia durante los últimos años de un fenómeno surgido a partir del fuerte descontento de grandes sectores de masas con esa política de los mismos de siempre que no hizo más que empobrecerlos desde hace aproximadamente diez años atrás. Milei presidente, como materialización de ese fenómeno, vino a profundizar de forma salvaje ese sendero de decadencia nacional y hambre para las mayorías, siendo lo que Macri y Bullrich quisieron, pero no pudieron ser.