Juan Manuel Llamosas fue reelecto intendente en una elección marcada por la apatía de la población, y el miedo a los contagios, que redundó en una abstención récord.
Lunes 30 de noviembre de 2020 14:28
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El peronismo logró por primera vez desde el 83 renovar mandato en la ciudad de Río Cuarto. Juan Manuel Llamosas obtuvo el 41% de los votos, segundo quedó el representante de Juntos por el Cambio a 7 puntos de distancia, obteniendo 7 concejales. En tanto el tercer lugar fue para Pablo Carrizo por el frente PAIS que obtuvo 2 bancas en el Concejo.
La nota saliente de la jornada fue la baja participación, poco más del 50% cuando por lo general se supera el 70%. Recordemos que la elección fue postergada dos veces por la pandemia, en marzo y septiembre.
Las distintas vertientes del peronismo buscaron hacer uso del triunfo, incluyendo al gobierno nacional que envió a tres de sus ministros a los festejos e incluyo un saludo del presidente Fernández en el que hizo hincapié en la unidad del peronismo para la elección.
Pero más allá del intento de nacionalizar el resultado de las elecciones, lo cierto es que Llamosas evitó a toda costa que se identificara a su lista con cualquier referencia al gobierno nacional, llegando al extremo de evitar todo tipo de “bajadas” de funcionarios nacionales para apuntalar la campaña. El kirchnerismo se suma un éxito donde su principal aporte fue tratar de pasar lo más desapercibido posible. De hecho el propio Llamosas omite en sus redes sociales, mostrar las fotos de cuando es saludado por el presidente Fernández luego del triunfo.
En tanto, para el peronismo provincial, el triunfo llega en lo que muchos señalan uno de los momentos más complicados de las gestiones de Schiaretti como gobernador y del peronismo en Córdoba, a pocas semanas de que la provincia pueda entrar en default.
El mal manejo de la pandemia por parte del intendente Llamosas, donde en el pico de contagios de covid-19 el sistema de salud estuvo a punto de saturación, hizo que Juntos por el Cambio pudiera instalar un clima de polarización en el último tramo de la campaña. Río Cuarto es una ciudad con una fuerte impronta conservadora y con un gran peso de las patronales rurales, tanto política, como social y económicamente.
Pablo Carrizo, quién logró dos concejales al igual que en 2016, lo hizo profundizando un perfil vecinalista y de una “Río Cuarto” productivista. A pesar de las denuncias judiciales por Violencia de Género, fue el único candidato que creció en votos absolutos con respecto a la elección anterior. En esas elecciones había participado con la legalidad del MST.
El tono general de la campaña fue tratar de hacer eje lo más posible en los problemas municipales, dejando poco margen para la discusión de las salidas necesarias para enfrentar la enorme crisis que sufre Río Cuarto y que no escapa a la situación nacional.
La elección de la Izquierda
Luego de haber ido divididos en 2016, el Frente de Izquierda se conformó para estas elecciones. El FIT fue encabezado por el PTS, a través de la compañera Guadalupe Fantín. La alianza fue integrada también por el PO e IS. El MST, quién pretendía encabezar la lista se retiró del Frente y no tomó ningún tipo de posicionamiento público en estos largos meses de la principal elección de la provincia en el año. Los resultados logrados, 1,34%, se encontraban dentro de lo esperado y son similares a los que viene logrando la izquierda en los últimos años en Río Cuarto.
La campaña fue corta, de 3 semanas, pero intensa, con una gran limitación para hacer reuniones políticas con contacto directo con la población.
La campaña de la izquierda buscó hablar de los grandes problemas de la ciudad como la desocupación, la pobreza y la precarización laboral, que afectan principalmente a la juventud riocuartense y se encuentran dentro de los más altos del país.
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Uno de los ejes fue remarcar quienes ganaron y quienes perdieron con la pandemia y explicitando un programa de salida para el próximo periodo donde remarcamos la necesidad de afectar los intereses de los que siempre ganan. La campaña fue ofensiva, aprovechando cada espacio en los medios y con la realización de siete spots que fueron viralizados en las redes sociales.
La actuación de Guadalupe Fantín en el debate organizado por la Universidad de Río Cuarto fue destacada por vecinos, periodistas e incluso asesores de los partidos patronales. También se realizaron recorridas junto a la militancia por distintos lugares de trabajo y barrios de la ciudad llevando las propuestas del FIT.
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Pero esta impronta municipalista también se expresó en los sectores más descontentos y que buscan una alternativa a los partidos tradicionales. La baja, en términos porcentuales fue de sólo unas pocas décimas comparadas con elecciones anteriores del Frente de Izquierda en la zona.
Aprovechando una campaña que puso el eje en las salidas necesarias para terminar con la situación que afecta al pueblo trabajador riocuartense, queda en pie la posibilidad de crecimiento orgánico de la izquierda en Río Cuarto, teniendo desafíos como, por ejemplo, poder construir La Red de trabajadores precarizados.