Repudio. Tucumán: empresario azucarero cómplice de la dictadura fue nombrado “ciudadano ilustre”

El pasado 19 de mayo, la Municipalidad de Famaillá y el intendente José Orellana realizaron un homenaje a Jorge A. Figueroa Minetti, declarando al empresario azucarero como "ciudadano ilustre". Figueroa Minetti está procesado por delitos de lesa humanidad cometidos durante el Operativo Independencia y la última dictadura militar. Junto a otros tres empresarios es investigado por complicidad en las torturas, privación ilegítima de la libertad y desaparición forzada de un total de 68 obreros del ingenio La Fronterita, donde funcionó un centro clandestino de detención.

La situación fue advertida por las familias de los obreros y numerosos organismos de derechos humanos a través de una declaración. "¿No sabe el intendente José Orellana que Figueroa Minetti será juzgado como cómplice por la desaparición y asesinato de 68 obreros azucareros del Ingenio Fronterita?", señalaron para reclamar que el intendente oficialista retire la designación.

En la declaración se destaca que aunque la causa se inició formalmente en 2016, las denuncias contra Figueroa Minetti y el resto de los directores que condujeron el Ingenio La Fronterita, datan de la década del 80. "La Comisión Bicameral –en su histórico informe– ya había documentado entre los CCD de Tucumán, al que funcionó en los predios de esa fábrica azucarera y había recibido múltiples denuncias de ex trabajadores que fueron secuestrados y torturados allí", afirman.

Figueroa Minetti junto a los empresarios Eduardo Butori, Alfredo José Martínez Minetti y Fernando Cornú de Olmos fueron procesados en septiembre del 2021, luego que de que la Cámara Federal de Apelaciones dieran marcha atrás con la resolución del juez federal Daniel Bejas que favoreció a los empresarios con la falta de mérito.

Con todas las investigaciones, se acreditó que la empresa había cedido sus instalaciones para que funcione un centro clandestino de detención, aportó la logística para esa base militar, cómo consta en el diario de Acdel Vilas, puso a disposición vehículos y dio información para los secuestros y homicidios.

La participación del grupo Minetti en la represión desatada por el Operativo Independencia, decretado por Estela Martínez de Perón, y luego en la dictadura, fue hecha con clara convicción. Los empresarios buscaban arrasar con el movimiento obrero azucarero e implantar un plan económico de corte neoliberal, con avance de la precarización y la destrucción de puestos de trabajo. En el caso de La Fronterita, mediante una serie de reformas al interior de la fábrica, sin oposición del sindicato ni delegados como consecuencia de la represión, la empresa logró incrementar sus ganancias en un 30%, así como la adquisición del Ingenio Bella Vista en el año 1979. Según detalla la investigación Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad, en tan sólo tres años, la empresa redujo ampliamente su planta de trabajadores un 35% para el año 1978, ascendiendo a un 62% para el año 1983.

El "homenaje" de Orellana a Figueroa Minetti no es un caso aislado en el régimen político tucumano, profundamente ligado a esos empresarios ayer y hoy. Es un espejo de los "homenajes" a militares que realiza el intendente radical Mariano Campero en Yerba Buena para edulcorar la teoría de la "guerra sucia". Ni hablar de la reivindicación del genocidio que hace Ricardo Bussi, el flamante aliado de Javier Milei y los liberales. Regionalmente es la impunidad que goza Carlos Blaquier de Ledesma, favorecido por la propia Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Todo un arco a los pies de los empresarios y sus planes.