En tiempos de (contra) reforma laboral y educativa, Barbieri y los decanos radicales, peronistas y kirchneristas preparan su continuidad en régimen universitario que garantizará los planes del gobierno de Macri para atacar la educación.
Viernes 1ro de diciembre de 2017
El próximo 4 de diciembre, cerrará el año de renovación de autoridades en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde las y los Decanos y la gran mayoría de Consejeros Superiores y Directivos electos por las 13 facultades se proponen reelegir al actual ocupante del cargo, Alberto Barbieri, en la Asamblea Universitaria.
El gobierno de CEOs, con Macri a la cabeza, ha presentado su programa de contrarreformas en el que se evidencia que quiere una juventud descartable y sin futuro. La UBA de los “reformistas” radicales, los “opositores” peronistas y los “progres” kirchneristas aporta su no-tan-pequeño granito de arena.
Barbieri: de candidato de Scioli a rector en la era Macri
‘’Nosotros, en la Universidad de Buenos Aires, siempre tuvimos todo el arco ideológico posible. De un extremo al otro. La verdad que venimos trabajando, con esa característica, todos los que hace mucho tiempo estamos en la universidad. Si bien lo que se llama “la grieta” puede sentirse más fuerte en otros aspectos, en la universidad, trabajar con las cuestiones políticas y con lo que pasa con la realidad, es algo de todos los días (…) Nosotros pertenecemos a un espacio en el que hay de todas las ideologías, y la verdad que, en ese sentido, yo estoy trabajando muy bien con el gobierno nacional’. Así se expresaba hace algunos meses Alberto Barbieri, el ex candidato a Ministro de Educación para un hipotético presidente “nacional y popular” Daniel Scioli, ante Julio Blank del diario Clarín, mostrando que puede cambiar de opinión política muy rápidamente o que éstas no eran tan distintas. Tal vez ambas cosas.
Barbieri asumió como autoridad de una de las principales universidades de América Latina en el 2014, eligiendo como vice a Darío Richarte, un cuestionado personaje por tratarse de ex agente de inteligencia y segundo de la ex SIDE durante el gobierno de De la Rúa, directamente implicado en la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 en la que murieron 40 personas, debiendo renunciar al año de asumir su cargo por fuertes denuncias desde los centros de estudiantes conducidos por la izquierda.
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El segundo escándalo que rozó de cerca a Barbieri fue la renuncia del decano de Económicas, José Luis Giusti, quien dejó su cargo en medio de acusaciones por corrupción, malversación de fondos públicos y denuncias por violencia de género. Giusti, que anteriormente ocupó el cargo de Secretario de Hacienda de la UBA y que fuera una de las principales cabezas del PRO en la UBA, fue promovido como Decano también por Barbieri y por Emiliano Yacobitti, presidente de la UCR Capital e histórico dirigente de la Franja Morada. Este último fue quien a su vez reemplazó a Giusti en Hacienda y actualmente fue elegido como Vicedecano de la Facultad que es panacea de éste régimen retrógrado y corrupto, Económicas. Recordemos que en la UBA, como en todo régimen con características feudales en su forma de gobierno, las sucesiones tienen siempre un grado de continuidad y acuerdo entre las fracciones. Giusti había entrado por la puerta grande a la facultad de Económicas con el aval de Barbieri para sucederlo.
Distintos decanos, mismo modelo educativo
Durante la gestión de Barbieri como Decano de la facultad de Económicas, la privatización avanzó fuertemente. Lejos de la vacía defensa de la “educación pública” que se planteaba al público peronista/kirchnerista mientras hacía campaña en el 2015: pasantías “en negro” en aumento o financiamiento del presupuesto por empresas privadas a cambio de la injerencia en la vida académica como son los posgrados pagos, mostraron que en la UBA no había “grieta” entre los modelos educativos de distintas variantes tradicionales. Los 2500 ad honorem de Económicas se mantuvieron tanto con el peronista Barbieri como con el decano PRO Giusti, así como se denuncia la existencia de casi 10mil docentes en esas condiciones en toda la UBA.
Pero la injerencia de las empresas privadas en la educación superior no termina ahí. Otro caso paradigmático es Agronomía, donde no solo la multinacional Monsanto tiene, directamente un posgrado... ¡pago! sino que la Sociedad Rural dirige la principal agrupación de estudiantes (LAI) y graduados (LEAI). La nueva decana electa que participará de la Asamblea Universitaria, Marcela Gally, reconoció ser la continuidad del decano anterior. Lejos está de plantearse por parte de las autoridades de esa Facultad el dilema del monopolio de la tierra y la producción de monocultivo para la exportación frente al aumento de la pobreza y de miles de niños que mueren de hambre todos los años o contaminados por glifosato.
Lo mismo sucede en facultades como Odontología, donde ha salido a la luz la administración fraudulenta del decano Álvarez Cantoni, quien fue reelecto este año y participará de la Asamblea, y está imputado por malversación de fondos, convenios irregulares y rendiciones de cuentas dibujadas. En Psicología, por su parte, mientras se desgarran las vestiduras en “defensa de la Ley Nacional de Salud Mental”, se mantienen convenios con hospitales privados como el Italiano o con laboratorios farmacológicos como Roche o Novaris, principales opositores al paradigma comunitario que pone en el centro la salud mental como parte de causales también histórico-sociales que no se resolverían únicamente con una pastilla.
Por último, esta Asamblea también contará con los votos de los decanos “opositores” -discursivamente- al macrismo, los de Filosofía y Letras, Ciencias Sociales y Exactas, que bajo el amparo de la menemista LES hicieron también todo tipo de negociados y continúan las implementaciones de la CONEAU, para de esta forma profundizar la injerencia de empresas privadas en la elaboración y planificación de carreras y posgrados, con la posibilidad de tomar mano de obra gratis de las universidades. A pesar de ser del ala kirchnerista del peronismo y por lo tanto en disputa con los peronistas de Barbieri que apoyan abiertamente al macrismo (y son apoyados en la Universidad por la Franja Morada-UCR), se han dedicado a administrar la miseria presupuestaria que se les otorgó sin levantar la voz y aún absteniéndose del voto al presupuesto en 2016 por parte de Morgade (FFyL) y Postolski (FSoc), mientras que ellos cobran sueldos arriba de los 100 mil pesos. Evidentemente no son los que pagan la crisis, sino los que se reparten la torta.
Para colmo, las gestiones supuestamente opositoras de estas facultades presentarán un candidato propio al cargo de rector: el ex vicedecano de la facultad de Exactas Victor Ramos, geólogo ligado a la megaminería, quien justificó los destrozos ecológicos que llevan a cabo los capitales extranjeros como “problemas de paisajismo” (anoten: “decanos ’nacionales y populares’ ”). En materia educativa, justificó la propuesta de “ingreso diferencial” en defensa de la “calidad educativa” y fue un ferviente impulsor de la acreditación de las carreras de Exactas en la CONEAU. No hace falta aclarar que quiere una universidad para pocos y al servicio de la megaminería (y los meganegociados) para continuar el modelo de elitismo universitario al servicio de las empresas y en detrimento de la salud de pueblos y generaciones enteras, y por supuesto de los recursos naturales. Aunque no cuentan con la cantidad de votos necesaria para que salga electo, quieren borrar la relación orgánica que tienen con el resto de los dirigentes del régimen antidemocrático y corrupto que todos juntos defienden, y del modelo universitario privatista y meritocrático que construyen cotidianamente.
A la conquista de nuestro futuro
Esta “buena” relación entre peronistas, radicales y hasta macristas para conducir la Universidad es parte del entramado por el monopolio de las rentas, los concursos, las publicaciones y las becas. No es distinto a lo que hacen en el Congreso Nacional votando las mismas leyes del ajuste y abonando a que la crisis caiga sobre las espaldas de los sectores populares.
En esa Asamblea Universitaria, de lo que nadie hablará es que 3 de cada 4 estudiantes que se inscriben tienen que abandonar, porque la gratuidad se termina en cuanto llega el momento de conseguir los apuntes y suministros necesarios para cada carrera, porque se hace difícil coordinar horarios de cursada con las jornadas de trabajo -cada vez más precario y extenuante-. Nadie pondrá el acento en los miles de docentes que trabajan ad honorem; en que las autoridades y los Centros de Estudiantes que dirigen los radicales (Nuevo Espacio) y peronistas/kirchneristas (UES, La Cámpora) hacen concesiones y negociados en las facultades privatizando espacios a grandes empresas en su propio beneficio pero también volviendo más difícil el paso por la universidad. Hay cada vez más pasantías a costa de la precarización de los estudiantes, y sobre todo hay un modelo educativo donde priman los intereses empresariales a la hora de definir planes de estudios, programas y currículas, desligados de los problemas que atraviesa al pueblo trabajador. En última instancia, la Universidad forma estudiantes que sean buenos profesionales tanto de empresas como del Estado y reproduzcan las condiciones en que se vive.
Bueno sería que los futuros arquitectos estudiaran cómo resolver el problema de la vivienda, y no cómo desarrollar emprendimientos inmobiliarios millonarios; o que en Medicina y Psicología se pensara cómo garantizar el acceso a la salud pública para todos los trabajadores y los sectores populares, en vez de fomentar los negocios de las obras sociales por medio de la privatización de los servicios médicos, clínicas y demás. Como esos, hay decenas de ejemplos en toda la UBA.
Desde la Juventud del PTS y sus agrupaciones seguiremos defendiendo una educación pública, sin injerencia de los empresarios en nuestros planes de estudio y pelearemos en cada terreno por una universidad donde los conocimientos estén al servicio de las necesidades de las y los trabajadores y los sectores populares, y a la conquista de nuestro futuro.