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Red Internacional
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Congreso Nacional. Un panqueque al poder: Massa asumió la presidencia de Diputados reivindicando a Emilio Monzó

Sergio Massa destacó el "trabajo maravilloso" de su antecesor, señaló que le deja “la vara muy alta” y llenó de elogios al responsable de conseguir los votos para las leyes de ajuste del macrismo. También pidió terminar con “la pelea y la división” y llamó a “recuperar el prestigio del Congreso”.

Miércoles 4 de diciembre de 2019 22:44

Foto: Congreso de la Nación

Foto: Congreso de la Nación

El exintendente de Tigre y líder del Frente Renovador fue electo presidente de la Cámara de Diputados. Al asumir su nuevo rol, dio un breve discurso en donde dedicó grandes elogios a su antecesor en el cargo, su “amigo” Emilio Monzó.

“Quiero agradecer también a alguien que hoy no está, que me toca suceder y que me deja la vara muy alta, mi amigo y un gran presidente de esta cámara, Emilio Monzó, que hizo un trabajo maravilloso y que nos deja la responsabilidad de seguir en la idea de que el diálogo y los consensos son el camino”.

Emilio Monzó fue el presidente de la cámara durante los cuatro años de Cambiemos al frente del Gobierno. Y fue el responsable de construir “el diálogo y los consensos” para lograr la sanción de las principales leyes de ajuste y entrega que impulsó el oficialismo: el pago a los fondos buitre, la reforma jubilatoria y la aprobación de los presupuestos de ajuste y endeudamiento de cada año. Sin embargo, concluido su mandato, su gestión parece ser un “modelo” a seguir por muchos de los integrantes del nuevo Gobierno que asumirá este 10 de diciembre.

Un problema de credibilidad

Massa también dedicó algunos minutos de su discurso para exponer cuáles son sus objetivos para el próximo período. Con el clásico tono conciliador que lo caracteriza, llamó a “caminar la Argentina del acuerdo” y pidió: “Pongamos punto final y avancemos de una vez a la Argentina dividida. En la pelea y en la división la Argentina no tiene destino como país”.

“Los quiero invitar a que juntos, sin pasarnos facturas todo el tiempo por el pasado, podamos recorrer el camino de los acuerdos y la construcción de políticas de Estado para poder demostrarles a los argentinos que esta es una casa de gente que pelea por sus sueños y no la casa de los vagos que muchos dicen. Trabajemos todos juntos para recuperar el prestigio del Congreso", concluyó.

La preocupación de Massa es entendible si se miran los últimos datos publicados en el mes de mayo de este año por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA. El mismo señala que durante 2018 los niveles de desconfianza y disconformidad con las instituciones y los poderes del Estado registraron los niveles más bajos de la década, arrojando apenas un 11,5 % en el índice de confianza que existe en los diputados y senadores. En 2017, el mismo índice había marcado un 17,3 % y el promedio estadístico desde el 2010 en la percepción ciudadana del funcionamiento del Congreso estaba en el orden del 18 % al 23 %.

La designación de Massa al frente de la Cámara parece una perfecta ironía sobre esta falta de credibilidad.

Tras asumir el Gobierno de Cambiemos en 2015 viajó a Davos con Macri “para conseguir inversiones para la Argentina”. Meses más tarde ordenó a toda su fuerza para votar el acuerdo con los fondos buitre y luego funcionó como la rueda de auxilio en el Congreso de un oficialismo que en sus primeros dos años apenas tenía un tercio de los representantes en Diputados. Ya sobre el final de la era Cambiemos, estiró hasta los últimos minutos previos al cierre de listas la definición sobre su participación electoral, especulando con lo que sucedería en caso de integrar las listas del oficialismo o de la oposición.

Cómplice

Finalmente, este miércoles 4 de diciembre, Massa asumió como presidente de la Cámara. Su designación, ya cocinada de antemano hace meses, fue propuesta por Máximo Kirchner, el referente de La Cámpora y, actual presidente de bloque parlamentario del Frente de Todos.

Durante su propuesta, Kirchner señaló: “En esta cámara nos volvimos a encontrar, volvimos a conversar. Incluso en muchas sesiones tuvimos posiciones diferentes, pero nunca perdimos la capacidad de diálogo. Siempre tuvimos en claro que era una herramienta necesaria a medida que cada política económica propagaba las consecuencias sobre la gran mayoría de la sociedad”.

Una forma sutil de referirse (y quitarle importancia al mismo tiempo) a la complicidad de Massa con el oficialismo en cada oportunidad que acompañó con su voto, permitiendo el avance de esa política económica que diseñó Cambiemos y avaló buena parte del peronismo, tanto en las calles como en el Congreso.