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Red Internacional
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MOVIMIENTO SINDICAL. Una CUT cada día más anquilosada

El recién asumido presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, hace algunos días planteó que en la CUT hacen falta “más democracia, transparencia y cuentas públicas”. Planteó que, si en las próximas elecciones no se implementaba el voto universal, congelaría la participación del Colegio de Profesores en la central.

Lunes 23 de enero de 2017

Para Aguilar, congelar significa “dejar de participar en la CUT y dejar de cotizar”. Esta medida, según informó La Segunda, para el dirigente es anterior a una salida definitiva de la CUT.

No se revisó el último proceso electoral

El 27 y el 28, la central realizará su 11º Congreso. Según informa la página oficial de la CUT, participarán 11 confederaciones, 16 federaciones, 38 sindicatos, 14 asociaciones y 42 CUT provinciales y locales. Recordemos que este Congreso se hace a casi seis meses de las escandalosas elecciones que pusieron ante los ojos de miles el método fraudulento de alterar los padrones empleados por la Nueva Mayoría. Recordemos que algunos medios informaron por esos días, que el número de votos fraudulentos podía bordear los 700.000.

Sin embargo, ad portas del Congreso, en el “Informe de la Presidencia al Consejo Directivo Nacional Ampliado”, leemos un balance bastante cínico de la dirección de la CUT respecto a la revisión del último proceso electoral:

“Aprobamos también en nuestro primer consejo ampliado, la conformación de una comisión revisora del proceso electoral, conformada por dirigentes de la Central, y que tenía por objetivo principal identificar de conjunto las principales falencias del proceso electoral y realizar propuestas para corregir estos déficits y poder enfrentar el próximo proceso electoral con mejor pie.

Debemos decir que este punto de acuerdo no se cumplió, no logramos conformar la comisión revisora y por tanto en esta materia no tenemos un punto común, es probable que perduren las diferencias respecto de qué es lo que explica la crisis vivida en el último proceso electoral, sin embargo, pese a las diferencias, en el marco de la comisión amplia se presentaron propuestas que buscan corregir déficit en este ámbito. Fue consenso de todos, en el marco del consejo ampliado, la necesidad de realizar nuevas elecciones a la brevedad y que este proceso debía ser acompañado de un congreso que es la instancia llamada a convocar a un nuevo proceso electoral.”

Una CUT cada día más anquilosada

Que no se haya revisado el último proceso electoral, sólo contribuye a alimentar la desconfianza respecto a la CUT entre los propios trabajadores. Corregir el déficit en este ámbito no es posible fortaleciendo su estructura organizativa actual. Pero las propuestas derivadas de la comisión amplia que actuó en coordinación con el Consejo Directivo y que fueron impulsadas por las fuerzas predominantes vinculadas a la Nueva Mayoría, sólo apuntan a un fortalecimiento de la orgánica actual.

Tomando las palabras del “Informe final sobre reforma de estatutos” publicado en la web oficial de la CUT, leemos que se trataría de iniciar “un proceso de “auto-reforma sindical” que busque adecuar nuestra orgánica para enfrentar las nuevas realidades que ésta época se expresan en la relación capital trabajo, en materia de la estructura funcional de la Central” y que busque “profundizar y fortalecer nuestra democracia interna, generando mayores mecanismos de control que nos permitan superar las debilidades y tensiones que generó la última elección.”

Ahora bien, al revisar los documentos, nos percatamos de que todos los cambios se realizarán en los marcos de la estructura organizativa actual. La única creación nueva que se implementará de aceptarse la propuesta, son las secretarías por sector o ramales. Pero los cambios propuestos van fundamentalmente en el sentido de fortalecer a las CUT territoriales (provinciales, zonales o locales), buscando mecanismos que permitan traspasarle fondos a éstas de tal modo que pueda desarrollar más iniciativas en su radio o de buscar potenciar instancias como el Consejo Directivo Nacional Ampliado o extender los números de delegados en los congresos. Estos cambios, podrán ser necesarios, pero no por ello dejan de ser parciales e insuficientes en relación a la magnitud de la crisis que atraviesa a la CUT producto de su rol subordinado y pasivo en relación al actuar de la Nueva Mayoría en el Gobierno.

Pero ¿el voto universal?

Todas las fuerzas políticas predominantes en la CUT, e incluso un grupo minoritario como el MIR, se pronunciaron en contra de la implementación del voto universal en las próximas elecciones. En el documento oficial de propuestas orgánicas, leemos:

“Hay pleno acuerdo que las Elecciones Universales resolverían gran parte de las dificultades que hoy tenemos. Todos comparten que la Elección Universal debe estar resulta en los estatutos. Pero hay una diferencia entre; establecer una comisión técnica con condiciones materiales y técnicas que construyan una propuesta con mecanismos para llevarlas a cabo y con un cronograma de pasos. Proponemos que una vez terminado el trabajo de la comisión sea el congreso nacional el facultado para establecer el momento en que realicen estas elecciones. Establecer un plazo determinado de en 4 u 8 años. (Al respecto por la primera propuesta hubo 110 votos, por la segunda 8 y 1 abstención).”

El sector nucleado durante las últimas elecciones, en la lista “A recuperar la CUT”, denunció que “gracias a la fuerza mayoritaria desplegada por los sectores de Bárbara Figueroa y Nolberto Díaz, se votó una vez más en contra de incluir en una reforma estatutaria el voto universal como el nuevo mecanismo electoral de la Central para las próximas o subsiguientes elecciones, manteniendo indefinidamente el sistema ponderado que ha sido objeto de fuertes críticas y acusaciones de fraude hasta que las “condiciones permitan el tránsito hacia el ideal universal”.

Andrés Giordano, Consejero Nacional, electo por esta lista, señaló que “Resulta impresentable que dirigentes que aparecieron defendiendo la idea del voto universal en programas electorales y concejos directivos, hoy votaran en contra de la idea de fijar una fecha concreta para el cambio de sistema, existiendo la necesidad política y las condiciones técnicas para ello”.

Parece que los dirigentes sindicales de la Nueva Mayoría creen que “tienen todo el tiempo del mundo” para implementar una medida tan básica como el voto universal. ¿Por qué no lo hacen ahora? Quizá porque saben que los principales rostros del mundo sindical ligado a la CUT comparten el desprestigio que golpea a los partidos del régimen y la Nueva Mayoría. No podría ser de otro modo. Ellos permanecieron completamente al margen del desarrollo de los movimientos sociales más importantes después del movimiento estudiantil: el movimiento NO+AFP y el movimiento de mujeres que se expresó en la marcha NiUnaMenos. ¿Qué vitalidad podría tener una orgánica que prefirió estar enclaustrada y hacer “diálogo social” con el gobierno y con los empresarios, sin poner los pies en la calle, salvo en hitos puntuales? ¿Qué vitalidad podría tener una central sindical cuya dirección mantiene una subordinación inconmovible a los partidos en crisis de la Nueva Mayoría?

Las fuerzas dirigentes de la CUT no tienen nada que ver con ese nuevo espíritu que va surgiendo en miles de trabajadores, que los empuja a la vida política y que se expresa en el movimiento NO+AFP, en el que participan, a lo largo del país, centenas de dirigentes sindicales de izquierda -del sector público y privado-, no vinculados a los partidos que tradicionalmente dirigieron a la clase trabajadora. Son ellos, a través de la Coordinadora Nacional de Trabajadores NO+AFP, y no la retrógrada CUT, quienes han cumplido un rol protagónico en las convocatorias a marchar contra el sistema de pensiones, que han atraído a más de un millón de personas, en dos ocasiones, en todo el país.

Cuando los dirigentes burocráticos de la CUT se niegan a implementar el voto universal, en el fondo buscan evitar exponerse ante las críticas, preguntas, interpelaciones, que se producirían inevitablemente si tuvieran que confrontar ideas frente a trabajadores de base, en un Chile movilizado que desconfía de la política tradicional y que le abre la puerta a nuevos fenómenos sindicales.

Un bloque contra la Nueva Mayoría en los sindicatos

La Nueva Mayoría es una fuerza conservadora en los sindicatos, comenzando por la CUT. Las nuevas fuerzas que vienen emergiendo en el mundo sindical, como la nueva dirección del Colegio de Profesores de Mario Aguilar, el Frente de Trabajadores Nelson Quichillao de Cristián Cuevas, el Movimiento de Unidad Docente, los “Cabreados” de la ANEF, figuras como Andrés Giordano de la lista “A refundar la CUT”, Claudia Hasbún de la ANEF, la Unión Portuaria, los dirigentes que impulsan el movimiento NO+AFP, y organizaciones como Nuestra Clase, Alternativa Obrera y Pan y Rosas, podemos actuar en bloque para instalar debates necesarios, que la CUT buscará eludir una y otra vez.

En primer lugar, es necesario que no dejemos pasar la decisión burocrática de no implementar el voto universal para las próximas elecciones. Si bien creemos que éste mecanismo por sí sólo no resuelve el problema de la democratización de los sindicatos, en tanto es compatible con estructuras en las que sólo los cuerpos directivos toman las decisiones; creemos que sería un gran paso para contrapesar la voluntad de las cúpulas burocráticas que hacen y deshacen a su antojo.

Discrepamos con la opción del sector dirigente del Colegio de Profesores, de congelar la participación en la CUT, en caso de que en las próximas elecciones no se implemente universal, pues creemos que eso les da espacio a los dirigentes de la Nueva Mayoría para preservar los métodos burocráticos sin cuestionamientos. Pero al mismo tiempo creemos que la CUT, en manos de la Nueva Mayoría y previamente de la Concertación, está profundamente agotada y pierde cada día más su peso y credibilidad. Por lo mismo, si bien criticamos esa opción, llamamos al sector de Mario Aguilar a impulsar en común la pelea por el voto universal para las próximas elecciones de la CUT.

Por otro lado, creemos que cualquier “declaración” en el sentido de buscar darle un rol a la CUT en las principales discusiones del país, quedará en las palabras si ésta no se hace parte del movimiento NO+AFP. Para eso, podría aportar convocando a un paro con movilización en marzo, previamente o posteriormente a la marcha del 26. De esa forma aportaría con “fuerza real” desde su propio rol como central sindical al proceso de lucha contra el sistema de pensiones.

Por otro lado, creemos que es insostenible que la CUT y los sindicatos no se pronuncien ante las demandas del movimiento de mujeres en Chile. La central debe adherir a todas las marchas contra la opresión machista. Por la base se desarrollan ejemplos interesantes, como los sindicatos de Orica o del GAM, donde han surgido comisiones de mujeres y desde donde se han hecho parte de las marchas NiUnaMenos y del Día de la No Violencia contra la Mujer.

Sólo una nueva Central Única de Trabajadores, que retome lo mejor de la tradición de la CUT de Clotario Blest, podrá proponerse la tarea de fortalecer la unidad de los trabajadores.

Es necesario que las fuerzas políticas que luchamos contra los partidos del régimen discutamos cuáles de estas batallas podemos dar en común, sin dejar de debatir nuestras diferencias.


Juan Valenzuela

Santiago de Chile

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