A propósito de la edición en catalán de Seis meses rojos en Rusia, de Louise Bryant
Andrea D’Atri @andreadatri
Martes 21 de enero de 2020
"La historia, dice el dicho, la escriben los vencedores, pero también habría que añadir: y los hombres. También hoy, Louise Bryant es conocida injustamente, como ‘la mujer de John Reed’, una etiqueta que oscurece, o incluso anula, su obra periodística y relega su figura a un segundo plano." Así comienza el prólogo de Àngel Ferrero a Seis meses rojos en Rusia, de la periodista norteamericana Louise Bryant, traducida al catalán y editada en 2017 por Tigre de Paper. Un relato apasionado y apasionante de los días que gestaron la revolución rusa de 1917 y de su temprano desarrollo. Seis meses que conmovieron al mundo y a la propia Louise, narrados en la primera persona de una mujer norteamericana.
En la Primera Guerra Mundial, más de 200 operadoras telefónicas bilingües estadounidenses participaron en el frente, en Francia. Y más de 20 mil enfermeras del ejército norteamericano prestaron servicio en hospitales militares de Estados Unidos y otros países, de las cuales más de 400 murieron en los campamentos militares europeos, en su mayoría víctimas de la "gripe española", la pandemia más devastadora de la Historia, con casi 100 millones de víctimas en 1918.
A fines de 1916, una mujer era elegida para la Cámara de Representantes, representando al Partido Republicano de Montana. Se trataba de Jeannette Rankin, que se convirtió así en la primera diputada del Congreso de los Estados Unidos. Cuando el 6 de abril de 1917 la Casa Blanca aprueba la participación en la Primera Guerra Mundial, Jeannette Rankin fue el único voto en contra del parlamento.
Este era el cuadro de los nuevos tiempos para las mujeres norteamericanas que vieron cómo crecían sus derechos y se acortaban sus faldas, al ritmo del fox-trot y la Gran Guerra.
El punto de vista de una mujer
Louise Bryant había nacido en San Francisco, California, en 1885, en el seno de una familia trabajadora. Siendo joven, se independizó y compartió piso con sus amigas de la universidad, al tiempo que se iniciaba como reportera e ilustradora. En 1909, se casó con Paul Trullinger, un odontólogo aficionado al arte y las fiestas, y pronto se uniría a la Liga por la igualdad del sufragio. A través del diario socialista The Masses, conoció al periodista John Reed y a la anarquista Emma Goldman, quienes pasaron a integrar su círculo de amistades. Finalmente, Bryant abandonó a su esposo y se unió al periodista en 1916, con quien muy pronto marchó a Rusia para vivir y narrar las experiencias de la naciente revolución socialista.
El periódico The Masses solventó los gastos de viaje de John Reed, pero Bell Syndicate –una especie de agencia que distribuía artículos, columnas y ficción a distintos periódicos norteamericanos- le dio una asignación a Louise Bryant para que informara sobre la guerra "desde el punto de vista de una mujer". Una mirada que es muy significativa en las crónicas reunidas en Seis meses rojos en Rusia, que fueron leídas en los periódicos por miles de norteamericanas y norteamericanos, aunque no obtuvieran la repercusión internacional que tuvo el libro de Reed, Diez días que conmovieron al mundo, que fue traducido a numerosos idiomas y está considerado entre los cien principales trabajos de periodismo en Estados Unidos.
Louise luchó por el derecho al voto de las mujeres, abogó por el amor libre y la anticoncepción, apoyó la revolución obrera en Rusia y enfrentó la persecución contra "la propaganda comunista" en los tribunales norteamericanos. Dio conferencias en distintas ciudades de Estados Unidos, expresando su incondicional apoyo a la revolución y a sus dirigentes Lenin y Trotsky, buscando apoyo para los bolcheviques, mientras denunciaba la intervención armada norteamericana en Rusia.
En 1920, tuvo que afrontar la muerte de su compañero, enfermo de tifus. Años más tarde, se casó con William Bullitt Jr, con quien tuvo su única hija, pero muy pronto enfermó de adiposis dolorosa y abandonó el periodismo, mientras su marido iniciaba el divorcio y un juicio por la tenencia de su hija, acusándola por su alcoholismo y su relación con la pintora y escultora lesbiana inglesa Gwen Le Gallienne. Louise Bryant murió en enero de 1936, en París y sus restos descansan en un cementerio de Versalles.
Un libro tan apasionadamente rojo como los acontecimientos y los personajes que lo trasuntan. Ideal para aproximarse a la gran experiencia del proletariado ruso de principios del siglo XX o, para quienes ya conocen esa parte de la historia de la lucha de clases, acercarse desde otra mirada inédita
Seis meses que conmovieron a Louise
Seis meses rojos en Rusia nos introduce en el Smolny durante los preparativos de la insurrección, nos explica los debates entre los distintos partidos revolucionarios, nos habla de los soviets y nos narra la caída del Palacio de Invierno. Pero también nos cuenta sobre las primeras ministras, sobre las mujeres que inspiraron la fuerza revolucionaria, sobre ejército rojo, sobre Lenin y Trotsky.
"Me siento como alguien que salió a recoger piedras y encontró perlas", escribe Louise en Seis meses rojos en Rusia, mostrando un futuro rojo ante los ojos recientemente abiertos de las nuevas mujeres que paría la Gran Guerra a uno y otro lado del Atlántico. Mujeres que, como Louise, estaban ansiosas de libertad, hambrientas de pan y también de rosas.
Una lectura muy recomendable con la que, esta edición de Tigre de Paper, recupera –como señala Ferrero en el prólogo- la figura de "una de las primeras mujeres corresponsales de guerra y pionera del periodismo moderno".
Un libro tan apasionadamente rojo como los acontecimientos y los personajes que lo trasuntan. Ideal para aproximarse a la gran experiencia del proletariado ruso de principios del siglo XX o, para quienes ya conocen esa parte de la historia de la lucha de clases, acercarse desde otra mirada inédita. También una crónica encantadora que Tigre de Paper acerca al público catalán en su propia lengua y que vale la pena releer en distintos idiomas en el 84º luctuoso aniversario de la muerte de su autora.
Andrea D’Atri
Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en el (...)