Se conoció que la Universidad dará “soporte virtual” al proyecto educativo propulsado por Bergoglio. Mientras continúa agravándose la crisis acelerada por el COVID-19, el Rectorado avanza en convenios con la Iglesia Católica.
Domingo 7 de junio de 2020 14:51
Una respuesta papal a la medida de la crisis
Por lo que ha trascendido en los últimos días mediante declaraciones del rector de la UNC, Hugo Juri, la mencionada casa de estudios firmó un nuevo convenio de cooperación con la Fundación Pontificia Scholas Occurrentes, que fue creada por el papa Bergoglio en 2013. Dicha fundación inauguró una “casa de estudios virtual” -de carácter internacional, pero con sede en el Vaticano- a la cual Bergoglio dio el nombre de Universidad del Sentido. El convenio firmado por Juri y elaborado en conjunto con otros funcionarios y funcionarias de la UNC, constará en darle el soporte virtual a este proyecto papal, para que se comience a poner en marcha. En palabras del propio Juri: “El Campus Virtual de la UNC va a ser el que les va a ayudar a transitar los primeros pasos hasta que logren su total autonomía”.
Juri dice que quiere aportar a la “autonomía” de una Fundación que, sin embargo, ya tiene un largo camino recorrido. Tal como puede leerse en su página oficial, se trata de una Organización Internacional de Derecho Pontificio aprobada y erigida por el Papa Francisco desde la Ciudad del Vaticano el 13 de agosto de 2013, que busca distintas vinculaciones entre tecnología, arte y deporte que fomenten la integración social y la “cultura del encuentro por la paz”. Está presente en 190 países a través de su red que integra a más de 400.000 escuelas y redes educativas, tiene sedes en al menos 15 países. Y si bien la fundación fue erigida en 2013, tal como mencionó Bergoglio en estos días, los primeros pasos de su origen fueron dados tras la crisis de 2001, durante el arzobispado del hoy papa Francisco, con los programas Escuela de Vecinos y Escuelas Hermanas.
Pero hay algo cierto: cuando hablamos de Scholas Ocurrentes no podemos decir que sea, específicamente, una fundación autónoma. Los aportes y subvenciones de los distintos Estados en los que dicho proyecto papal tiene presencia se cuentan por decenas, siendo destacado el aporte de $ 16. 666.000 que en 2016, el por entonces presidente Mauricio Macri, decidiera otorgar a esta “noble” causa, en el marco de la conocida y turbulenta relación que el Gobierno nacional y el Papa argentino y “progre”, sostenían.
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Además, por esos mismos años, se hicieron conocidas denuncias que vinculaban a funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner con varias irregularidades en el manejo de su relación “colaborativa” con eventos de Scholas. Por ejemplo, la denuncia por la proyección de spots del FPV en el Vaticano en plena campaña electoral (año 2015), durante un evento de la fundación.
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En este marco, la videoconferencia inaugural de la Universidad del Sentido significó toda una declaración de intenciones de la Iglesia Católica ante esta nueva crisis. "Crisis significa originalmente ruptura, atajo, apertura... peligro... pero también oportunidad. Cuando las raíces necesitan espacio para seguir creciendo, la maceta acaba por romperse” podrían ser las palabras que cualquier empresario multimillonario haya pronunciado en estas semanas, pero no, se trata de parte de la intervención que el papa Francisco hizo en esta videoconferencia. El director mundial de la fundación e íntimo amigo de Bergoglio, José María del Corral, aclaró aún más este objetivo: “En medio de una gran crisis que se vivía en la Argentina -se refiere a la crisis del 2001- , una crisis que llevaba a que mucha gente agarre las cacerolas y empiecen a golpear gritando: ‘Que se vayan todos’.(…) En medio de esta situación, asume Jorge Bergoglio al Arzobispado de Buenos Aires y lo primero que dice es: si no cambiamos la educación, no vamos a cambiar el país”.
No es casual que, ante cada crisis, la Iglesia y sus representantes decidan intervenir en los escenarios políticos de una manera más ofensiva que en tiempos de “normalidad”. Demagogia de por medio, la Iglesia Católica cumplirá el rol que siempre la caracterizó en momentos de crisis social y económica: contener la profunda bronca y descontento del pueblo trabajador y los sectores populares que ya se comienza a sentir y a ver, en tanto el ajuste económico a sus condiciones de vida ya comenzó. Es con este objetivo que el Rectorado de la UNC quiere colaborar.
¿Conmemorando la Reforma del 18?
En 2018 se cumplieron 100 años de la Reforma del 18. Fue un aniversario en el que no faltaron los festejos, las inauguraciones y las frases rimbombantes de parte de las gestiones (radicales y opositoras) de los decanatos y el Rectorado. La otra cara de ello, fue la de la lucha estudiantil que ese mismo año estalló en muchas universidades del país incluyendo la local, en las que estudiantes exigieron el aumento de presupuesto, reclamaron junto a docentes por sus magros salarios, y pelearon porque ningún hijo de trabajadores se quede sin poder estudiar en la Universidad Pública.
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Podemos decir quienes con orgullo formamos parte de esa lucha, que nos identificamos con la tradición de aquel movimiento que en 1918 resquebrajaría las estructuras universitarias con la irrupción del movimiento estudiantil como actor político. Ese movimiento de alcance latinoamericano tuvo entre sus principales conquistas la laicidad, mediante la cual la Iglesia dejó de cumplir el rol preponderante y orgánico que tenía en la Universidad hasta aquel momento, resaltando así el co-gobierno y la autonomía universitaria. Aún así, podemos decir que la participación de sectores ultra conservadores en la universidad no fue ni (aún hoy) es novedad. De ello es muestra, por ejemplo, que el decanato de la Facultad de Derecho esté presidido por Barrera Buteler, miembro de la Academia del Plata (una “tribuna activa en defensa de la fe católica”, como señalan sus estatutos), conocido por fallar en contra de la aplicación del aborto no punible en Córdoba. Sin ir más lejos, durante la lucha educativa del 2018, en una asamblea de Derecho, las y los estudiantes votaron sacar la virgen que desde hace tiempo se encontraba en el patio de la facultad.
¿De qué lado se ubica, entonces, este convenio del Rectorado con fundaciones bancadas por el papado? Más aún y por sobre todo en momentos de crisis agravada por la pandemia del Covid- 19, que ya registra características históricas, estos anuncios resultan igual de simbólicos que repudiables. En un contexto en el cual, para adelantarse a escenarios de mayores luchas sociales producto de esta crisis, los gobiernos buscan mayores consensos con la Iglesia para contenerlos o frenarlos. Por lo cual, en nombre de la tradición de los y las reformistas y de todas las luchas en defensa de la Educación que le sucedieron, no podemos permitir que se haga de nuestras universidades públicas y laicas puntos de apoyo y expansión para el avance de esta institución reaccionaria.
Por una universidad al servicio del pueblo
Desde la Juventud del PTS venimos planteando que, como es sabido, nuestra universidad cuenta con innumerables recursos y conocimientos que deberían haberse puesto al servicio de combatir la pandemia en curso desde el día uno. Ante estas exigencias, recibimos los silencios de misa que tan a menudo se escuchan entre las autoridades universitarias. A la vez, estos anuncios muestran dónde están ubicadas las prioridades del Rectorado y su gestión, manteniendo incluso todos los Consejos Directivos y Superior cerrados, para que no pueda darse ni el más mínimo debate.
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La “oportunidad” ante esta crisis que nombra Bergoglio se enmascara en la “libertad de elección” en la educación, mientras en realidad pretenden imponernos la defensa de los valores de la Iglesia católica y su moral, utilizando a la universidad como tribuna. Nos estamos refiriendo a una institución que es la principal enemiga de las mujeres y de la diversidad sexual, que se ha opuesto a lo largo de la historia no sólo al aborto legal, seguro y gratuito, sino a otros innumerables derechos. Estamos hablando de una institución que hasta se opone a la Educación Sexual Integral.
Luna Labat, consejera directiva de la Facultad de Filosofía y Humanidades plantea “Justamente una de las demandas del movimiento reformista fue la de la separación de la Iglesia del Estado, que por aquellos días implicó arrebatarle a la Iglesia el dominio de los claustros universitarios” y añade “Esto fue una conquista muy importante, que abrió paso al ingreso de nuevos docentes, a la libertad de cátedra y con esto a una proliferación de estudios científicos y de reflexiones en torno a la utilidad social del conocimiento y el compromiso con la realidad. En los últimos años, las pibas de la marea verde dijimos en la calle nuevamente que Iglesia y Estado son asuntos separados”.
Asimismo Tania Argañaraz, consejera directiva de la Facultad de Artes dice “No sólo es necesario pelear por la urgente derogación de este convenio y ruptura de todos los lazos que la UNC mantiene con la Iglesia, sino también porque se aumente de inmediato el presupuesto destinado a combatir la violencia de género en todas las facultades”.
A la vez, agrega “Como denunció nuestra compañera Laura Vilches, ya en Córdoba, la Iglesia cuenta con 2.141 propiedades por las que no pagan impuestos. Nacionalmente, esta institución recibe millones de parte del Estado para pagar los ‘sueldos’ a los obispos, están exentos de pagar impuestos, controlan contenidos académicos en escuelas y universidades. ¡Basta de subsidiarlos!”.