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DEBATE EN LA IZQUIERDA VENEZOLANA. Venezuela: con la política del PSL no se enfrenta al imperialismo ni a la derecha

En el marco de la agresión e injerencia imperialista, publicamos una polémica de la LTS de Venezuela con la política del Partido Socialismo y Libertad (PSL), organización hermana de Izquierda Socialista de Argentina, y miembro de la UIT.

Miércoles 13 de marzo de 2019 08:47

Fotografía: EFE

Fotografía: EFE

La Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) de Venezuela forma parte de la Fracción Trotskista- Cuarta Internacional, junto al PTS de Argentina y otras organizaciones a nivel internacional. En este artículo presentamos un debate con la política del PSL de Venezuela ante la injerencia golpista del imperialismo. El PSL forma parte de la Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT) junto a Izquierda Socialista de Argentina.

La ofensiva del intervencionismo imperialista desde mediados de enero digitando cada paso de la derecha criolla y acompañada por todo el derechismo continental devino en una ofensiva golpista para imponer por la vía de la fuerza a un gobierno títere encabezado por Juan Guaidó. No han faltado sanciones económicas como el embargo petrolero y el bloqueo de los activos extraterritoriales de Venezuela, así como la hipócrita operación de “ayuda humanitaria” el pasado 23 de febrero, entre otros movimientos políticos. Tal política les ha venido fracasando al no haber conseguido quebrar a las Fuerzas Armadas, principal pilar del régimen de Maduro.

La oposición de derecha y el imperialismo, así como todo el derechismo internacional, hacen demagogia a diestra y siniestra de las calamidades con una crisis iniciada por la caída de los precios del petróleo, el saqueo de la renta petrolera, y profundizada por las políticas antiobreras de Maduro, así como haciendo uso de una cínica cruzada por la “democracia” por el autoritarismo represivo de este gobierno, que ha llevado al hartazgo del pueblo trabajador. A estos sectores lo que menos le interesa son estos padecimientos y cuestiones de democracia, como ha quedado al desnudo con sus llamados a los militares para que le den un golpe a Maduro, y gobernar con estas mismas Fuerzas Armadas represoras a quienes hasta les ha lanzado una ley de amnistía.

A pesar de la denuncia al imperialismo, una política concreta más bien funcional a la arremetida imperialista

En esta situación el Partido Socialismo y Libertad (PSL, grupo hermano de Izquierda Socialista, que integra el FIT en Argentina), a pesar de ser una corriente que se reivindica antiimperialista e independiente tanto del gobierno como de la oposición de derecha, en la actual situación tiene una orientación que hace eje jerarquizado, como consigna motora de su política, el “Fuera Maduro”, en lugar de una orientación que, sin darle el más mínimo apoyo al gobierno de Maduro y denunciando sus políticas antiobreras y represivas, llame en primer lugar a derrotar la agresión imperialista y el renovado golpismo de la derecha que busca, precisamente, derrocar a Maduro para poner a Guaidó.

Pues se trata de toda una política abiertamente recolonizadora en Venezuela y en el continente, donde un triunfo del golpismo proyanqui será un elemento de peso y fortalecimiento de todos los gobiernos neoliberales y de derecha en el continente, como Bolsonaro, Macri, Piñera, Duque, e instituciones proimperialistas como la OEA, y toda la ofensiva del capital encabezado por el FMI. A esta perspectiva es que hay que oponerse con todas las energías posibles.

La política del PSL ha sido el “todos contra Maduro” en medio de la arremetida golpista del imperialismo y la derecha local, lo que los lleva a terminar siendo acompañantes de esa ofensiva, aunque con una consigna “radical” o “popular”. Esta lógica los lleva a plantear la “acción común” con todos aquellos que “también” están por la caída del gobierno, es decir, incluye a todos aquellos que lo quieren sacar para que suba la derecha o triunfe la ofensiva encabezada por Estados Unidos.

Con esta consigna central, durante todo este tiempo el gran eje de los compañeros del PSL no ha sido enfrentar enérgicamente la intervención imperialista como tampoco ha sido la denuncia furibunda a la avanzada golpista. La crítica a la injerencia imperialista aparece subordinada a su consigna central de “Abajo Maduro” acompañado de la muletilla de “Con la movilización autónoma del pueblo trabajador”, como si al agregar esto ya de por sí los separara de la onda golpista cuando el grueso de las movilizaciones, sus llamados y fechas eran todas determinadas por la derecha proimperialista.

Levantan esta política bajo la premisa de que “todos podemos estar juntos” porque tenemos “algo en común”, que es estar contra este gobierno, sin diferenciar el carácter de clase y los intereses antagónicos que hay en ese campo del “todos contra el gobierno”: como si fueran los mismos intereses los del pueblo trabajador que está harto de Maduro, y los del capital internacional y el imperialismo estadounidense que también lo quiere sacar.

Tanto en las movilizaciones del 23E cuando Guaidó se autoproclamó “presidente encargado” como en la del 12F en la que se anunció la entrada de la “ayuda humanitaria” organizada por Estados Unidos, quedó claro el carácter reaccionario de las mismas, más allá de que hayan asistido sectores importantes del pueblo por el hartazgo con Maduro. Ese es su contenido político, pues están puestas tras este objetivo imperialista y para imponer un plan económico profundamente antinacional y antipopular.

Si durante las movilizaciones de mediados del 2017 el no enfrentar en el mismo plano al gobierno de Maduro y a la MUD condujo al PSL a estar por detrás de la política de la oposición de derecha, llamando a apoyar las marchas de la MUD, participando en el plebiscito de esta el 16J y hasta en su “paro cívico” patronal, hoy con la gran ofensiva intervencionista y su golpismo, la orientación del PSL los lleva a estar a la saga de esta política.

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Aunque dicen estar contra el imperialismo y contra Guaidó, al poner como eje central de su política, el “abajo Maduro”, y el “todos contra el gobierno”, se adaptan objetivamente a la política de la oposición de derecha, enemiga mortal de las masas trabajadoras.

Uno de los argumentos esgrimidos es que todo el pueblo está contra Maduro y el “abajo Maduro” constituye la demanda fundamental, llevando a un segundo plano el intervencionismo imperialista y el golpismo en curso. Pero en una situación donde Trump, Guaidó y la derecha continental está también por el “abajo Maduro” y con posibilidades concretas de llevarla a cabo, no significa otra cosa que sumarse a esta línea, por más que se le agregue “con la movilización del pueblo trabajador”.

Los compañeros sostienen que “El Partido Socialismo y Libertad (PSL) está consciente que la mayoría del pueblo trabajador venezolano está por la salida de Nicolás Maduro y su gobierno hambreador y represivo. El pueblo trabajador ya no aguanta más el desastre en el que lo ha sumido el falso socialismo chavista.” Pero el PSL parece no estar “consciente” hasta el final de que este hartazgo es utilizado demagógicamente por el imperialismo y la derecha criolla para imponer un golpe, tal como se vio el 23 de febrero.

Es cierto que hay un hartazgo con el gobierno de Maduro y la situación es insoportable, pero en la situación actual hay una intervención política descarada con una avanzada golpista que si no se ha concretado, como ya lo hemos dicho, es porque la oposición y el imperialismo no han conseguido quebrar a las Fuerzas Armadas. No hay otro escenario posible donde la reacción dirige todo el movimiento opositor en las calles detrás de Guaidó y todos los partidos de la derecha, con la imposición directa del imperialismo y la derecha latinoamericana.

Frente a un golpismo en ciernes, Maduro saldría no por la acción de una rebelión obrera y popular, o un ascenso de la lucha de clases de los explotados y oprimidos, sino por la embestida imperialista y la política de la derecha que cabalga el descontento popular, para imponer un presidente designado directamente por los yankis. Pero la vuelta de la derecha neoliberal y proimperialista al poder en este contexto, no parece mayor problema para el PSL.

La Intersectorial de Trabajadores, un espacio concreto donde se expresa crudamente esta orientación

La Intersectorial de Trabajadores de Venezuela (ITV) es un espacio de intervención concreto donde se pone a prueba de qué manera se batalla o no por una política de independencia de clase. Nació en el segundo semestre del año pasado como un intento de frente único de trabajadores para defenderse de los ataques antiobreros del gobierno, y como todo frente único, tiene una diversidad de corrientes ideológicas y políticas, en este caso, buena parte de quienes están al frente de las organizaciones sindicales que la componen obedecen a partidos de la derecha o tienen filiación por esas ideas. Es obvio que las corrientes políticas que intervienen en el movimiento obrero buscarán llevar la lucha reivindicativa de los trabajadores hacia los objetivos políticos que sostienen, el deber de quienes nos reclamamos de la izquierda obrera y socialista es luchar contras las corrientes que quieren subordinar a los trabajadores a políticas ajenas a sus intereses de clase.

Es precisamente lo que, lamentablemente, no han venido haciendo los compañeros del PSL. Aunque hemos coincidido, junto con otras corrientes, en denunciar al imperialismo y en que la ITV no aparezca como un espacio de respaldo a la ofensiva de la derecha, la política de “Abajo Maduro” en medio de la arremetida imperialista, los ha llevado en los hechos a coincidir dramáticamente con la mayoría de los dirigentes sindicales de la derecha que también dicen “Abajo Maduro”… para que suba Guaidó.

Al calor de la nueva ofensiva de la oposición, las corrientes sindicales ligadas a la derecha han venido bregando para que la ITV se pliegue a las movilizaciones y política de Trump/Guaidó. Querían que la ITV se sumara a la marcha del 23E, en la que se concretó la decisión de Estados Unidos y un sector de la derecha de proclamar a Guaidó como “Presidente”. Algunos sectores nos opusimos, planteando que se hiciera una movilización propia de la Intersectorial, independiente de la del gobierno y la de la oposición. Sin embargo, los compañeros del PSL en lugar de batallar firmemente por esa idea y denunciar la movilización del 23E como parte de la agenda de la derecha digitada desde Washington, llegaron a coincidir con la solución de que “cada cual queda en libertad de ir a la marcha” y, peor aún, señalar que algunos de sus dirigentes (como el compañero Orlando Chirino) irían a la marcha a título individual.

Pero ha sido en el reciente Plenario de la ITV del 26 de febrero donde quedó mucho más al desnudo el desabarranque a que conduce la política de los compañeros. Este se transformó en un plenario totalmente pro Guaidó, con cualquier cantidad de intervenciones a favor de la política de la derecha y de poner las luchas de los trabajadores en función de la misma (con voces reivindicando abiertamente los objetivos golpistas del operativo de la “ayuda humanitaria” del 23F). Es decir, se transformaba a la ITV en un vehículo para llevar a los trabajadores a ser parte de la ofensiva imperialista.

Pero ese 26F, en lugar de batallar duramente contra esto, de dar centralidad a denunciar semejantes propósitos, de jerarquizar la lucha contra la injerencia imperialista tras de la cual se estaba llevando a los trabajadores, el PSL terminó coincidiendo con la idea de “huelga general” que, supuestamente, nos contempla a todos, ya que “todos estamos por sacar a Maduro”.

A pesar de que un compañero de C-CURA (la corriente sindical que impulsa el PSL) cuestionó la intención de llevar la ITV tras la política de Guaidó, y de que Orlando Chirino señaló que ellos son “de los que no estamos con Guaidó”, el eje de las intervenciones del PSL no estuvo en poner un obstáculo a la pretensión de llevar a la ITV tras la política de la derecha, sino más bien contemporizó con la mayoría pro-Guaidó ayudando a construir el “consenso” tras el cual se impuso la política de este sector.

El argumento de la mayoría de los dirigentes sindicales era que al no haber consenso para oponerse a la política de Trump y Guaidó, eso no se asume como orientación de la ITV, pero que sí lo hay en que “todos estamos contra Maduro”. Los compañeros del PSL, al no dar centralidad alguna a la batalla contra la orientación pro Trump/Guaidó, al tiempo que hacen eje también en la generalidad del “todos estamos contra Maduro”, terminan siendo parte de la maniobra que logra pasar como orientación “consensuada” el poner las marchas, paros y una eventual “huelga general” en función de la ofensiva de Estados Unidos y la derecha.

El PSL contribuye así, con una consigna aparentemente “radical” y “clasista”, a poner la ITV bajo los lineamientos de la oposición de derecha, a permitir que la ITV aporte el “componente obrero” a la movida de Guaidó y cía.

De hecho, a pocos días de ese plenario, se demostró nítidamente la consecuencia de semejante “consenso” de “paro y huelga” de la ITV, con la participación de muchos de sus referentes en la reunión con Guaidó que dio por resultado, precisamente, el llamado de este a un “paro” de la administración. Un paro evidentemente político con objetivos reaccionarios, apoyado justamente en la orientación de la ITV que los compañeros del PSL, lamentablemente, ayudaron a definir.

Los compañeros del PSL han publicado un balance del plenario donde señalan correctamente que el mismo no tuvo independencia de clase, con un énfasis que, sin embargo, no corresponde con la actuación concreta que tuvieron durante el mismo, donde no batallaron ni intentaron obstaculizar la orientación pro-ofensiva de derecha que primaba en el mismo. Si este balance a posteriori implicara alguna rectificación de esa actuación, bienvenido sea, aun que de momento no parece serlo puesto que, aun reconociendo que ese plenario no tuvo independencia de clase, no cuestionan la orientación que se resolvió, y a la que ellos contribuyeron, que es precisamente expresión de esa falta de independencia de clase.

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Una vez más: la importancia de una lucha consecuente por una política obrera independiente

Como hemos venido sostenido en otras polémicas con las posiciones del PSL, hay un problema cuando se proclama la independencia ante la oposición patronal y proimperialista pero en los hechos se proponen líneas que llevan a los trabajadores a no ser más que aditivos o complementos de las políticas de esta misma derecha. En lugar de sumarse a las movilizaciones, convocatorias y maniobras políticas de la oposición burguesa, hay que rechazarlas y bregar porque los trabajadores se doten de una política propia, con independencia de clase, contrapuesta tanto al gobierno como a la oposición dirigida por Estados Unidos.

La declaración del Frente de Izquierda (FIT) de Argentina para convocar a la marcha a la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires el pasado 27 de febrero, tenía correctamente articulada la política antiimperialista con independencia del gobierno de Maduro. La corriente hermana del PSL en Argentina, Izquierda Socialista, por tanto, firma una declaración que tiene una lógica distinta de la que impulsan en Venezuela, lo que expresa una gran contradicción entre lo que firman en Argentina con la política y la práctica en Venezuela.

Los socialistas revolucionarios de la LTS en Venezuela y de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional, corriente internacional de la que somos parte, partimos de la concepción histórica que levantó el trotskismo cuando hay enfrentamientos entre países imperialistas y semicolonias o países dependientes, que es partir, en primer lugar, del carácter respectivo de los estados, más allá de los regímenes políticos que haya en cada país ("junto con el Brasil ’fascista’ frente a la ’democrática’ Gran Bretaña", León Trotsky).

Trotsky escribía “Tomemos el ejemplo más simple y obvio. En Brasil reina actualmente un régimen semifascista al que cualquier revolucionario sólo puede considerar con odio. Supongamos, empero, que el día de mañana Inglaterra entra en un conflicto militar con Brasil. ¿De qué lado se ubicará la clase obrera en este conflicto? En este caso, yo personalmente estaría junto al Brasil “fascista” contra la “democrática” Gran Bretaña. ¿Por qué? Porque no se trataría de un conflicto entre la democracia y el fascismo. Si Inglaterra ganara, pondría a otro fascista en Río de Janeiro y ataría al Brasil con dobles cadenas. Si por el contrario saliera triunfante Brasil, la conciencia nacional y democrática de este país cobraría un poderoso impulso que llevaría al derrocamiento de la dictadura de Vargas” (La lucha antiimperialista es la clave de la liberación).

Se trata de una concepción que parte de la consideración de que cualquier triunfo del imperialismo se convertirá en una doble cadena para las masas explotadas y oprimidas no sólo del país agredido directamente, sino sería una derrota para todos los pueblos oprimidos del mundo, e incluso para los proletariados de los países imperialistas agresores. Pero si se derrota al imperialismo constituiría un poderoso impulso de las masas y el pueblo trabajador, para derrotar a estos gobiernos represivos y hambreadores con la rebelión obrera y popular, facilitando su autoorganización y abriendo el camino para un gobierno propio de los trabajadores.

Una política obrera independiente en la situación actual pasa por enfrentar con firmeza el intervencionismo imperialista a la vez que desarrollar la lucha de los trabajadores contra la situación miseria y autoritarismo. El programa obrero de emergencia que varias corrientes levantamos no puede estar separado de la lucha contra el imperialismo, un programa obrero que apunte a satisfacer las necesidades obreras y populares golpeando al capital imperialista y local, enfrentando no solo la política de Maduro sino también con demandas específicas para derrotar la agresión imperialista.

En su antigubernamentalismo a secas, los compañeros del PSL no parten de esta premisa básica. Es que hay una cuestión de fondo en esta posición política del PSL, su teoría de “revolución democrática”, donde lo importante es la caída del gobierno de turno sin importar cómo caiga y quién lo eche abajo. Lo que los lleva a tener políticas cuyo eje es exclusivamente antigubernamental, aún cuando existan ofensivas reaccionarias con grandes movilizaciones de la derecha aupadas por el imperialismo contra esos gobiernos, dándole poca o ninguna importancia a combatir consecuentemente esas ofensivas. Una política bajo una suerte de “todos contra el gobierno de turno” sin importar el carácter de las movilizaciones y quienes las motorizan, donde la independencia de clase se liquida.

Llamamos a los compañeros del PSL a rectificar esa política y a batallar juntos contra todo este golpismo de la avanzada imperialista y la derecha criolla, tal cual la declaración principista que firman en Argentina, donde se articula la política antiimperialista con total independencia del gobierno de Maduro.