Desde el PTS de Argentina hemos propuesto a los partidos del Frente de Izquierda Unidad iniciar una campaña permanente que levante a la vez la lucha contra las sanciones imperialistas con la pelea por la libertad a los presos obreros y populares.
Christian Castillo @chipicastillo
Lunes 12 de octubre de 2020 09:41
Venezuela vive una situación crítica, con salarios que están incluso por debajo de ¡un dólar! A esto hay que agregar la escandalosa ley votada en forma irregular por la Asamblea Nacional Constituyente, llamada “antibloqueo”, que autoriza al Poder Ejecutivo encabezado por Maduro a la entrega de empresas y recursos naturales, violando expresamente la Constitución de la República Bolivariana, cuestión que ha generado oposición aún en sectores oficialistas.
Por su parte los Estados Unidos, luego del fracasado intento de imponer a Juan Guaidó como presidente, continúan desplegando una política abiertamente injerencista, con multitud de sanciones económicas y políticas que buscan terminar de asfixiar la economía y que solo agravan los sufrimientos de todo el pueblo venezolano.
Las políticas represivas del gobierno de Maduro, cada vez más basado en las fuerzas armadas, incluyen la persecución e incluso el encarcelamiento de decenas de dirigentes sindicales y activistas obreros, que son víctimas de la discrecionalidad generalizada del régimen. Esto se suma a las ejecuciones extra judiciales llevadas adelante por las FAES (Fuerzas de Acciones Especiales) de Policía Nacional Bolivariana, con la excusa de “combatir al crimen organizado”.
Las judicialización y criminalización de la actividad sindical, de las luchas por motivos laborales y, en general, de las exigencias y denuncias de los trabajadores, ha recrudecido en los últimos meses, con un aumento de los casos de trabajadores enjuiciados o directamente encarcelados. En algunos casos, han sido agredidos directamente en sus casas por organismos de represión. Estos nuevos casos vienen a engrosar una deplorable lista en la que ya estaban casos emblemáticos como el de Rodney Álvarez que lleva varios años presos. A éstos se han agregado otros, detenidos más recientemente, entre los cuales se encuentran Darío Salcedo, Marcos Sabariego, Bartolo Guerra, Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba.
En los mismos días que se negociaban los indultos a políticos de la oposición de derecha, seis campesinos eran privados de libertad por abuso policial y falsos positivos comprobados de la Fuerza de Acción Especial (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana en la comunidad de La Virgen, Comuna Máximo Vizcaya, municipio Bruzual, estado Yaracuy. Sus familiares denunciaron que el juez, sin llegar a la audiencia y sin oír los alegatos, ya tenía una decisión en concordancia con el Ministerio Público con una condena de cinco años, señalando que todo era para favorecer al grupo Ebenezer que se dedica a la producción avícola en Yaracuy.
Existe también un fuerte acoso contra distintas fuerzas políticas que cuestionan desde la izquierda al gobierno de Maduro, algunas de las cuales incluso lo apoyaban hasta hace poco tiempo.
Esta acción represiva está al servicio de evitar que se multipliquen los reclamos del pueblo trabajador contra las medidas de ajuste del gobierno. La profunda crisis social que agobia al conjunto de los sectores venezolanos no es solo producto de las sanciones imperialistas sino también de las políticas aplicadas por Maduro, que continuó pagando la deuda externa y ha avanzado en la entrega del petróleo y demás recursos naturales, algo que se propone profundizar, aplicando al mismo tiempo brutales ajustes económicos antiobreros y antipopulares, eliminando de un plumazo las contrataciones colectivas, autorizando los despidos masivos, dando vía libre al capital privado para violar los derechos laborales, destruyendo las prestaciones sociales, promoviendo la liberación y dolarización de los precios de las mercancía. Algo que pretende profundizar con la nueva ley de entrega llamada cínicamente “antibloqueo”.
En Venezuela, una de las iniciativas más relevantes para denunciar esta situación fue la confluencia de distintas organizaciones y de familiares de trabajadores presos y perseguidos ocurrida el 27 de junio para impulsar acciones detrás de la demanda #LiberenATrabajadoresPresos. En ella participaron la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), Marea Socialista, Partido Socialismo y Libertad (PSL), Sindicato Nacional de los Trabajadores de la UCV (SINATRA), Federación Unitaria de Sindicatos Bolivarianos del Estado Carabobo (Fusbec), Organización Indígena Intercultural Wainjirawua La Guarura, Familiares de Darío Salcedo, Lxs Comunes, Movimiento Popular Alternativo (MPA), Agrupación juvenil anticapitalista Barricada, Liga Unitaria Chavista Socialista (LUCHAS), trabajadores de base de Maderera Masisa y Ministerio del Trabajo.
El imperialismo estadounidense utiliza la represión del gobierno de Maduro para favorecer sus políticas injerencistas y lavar la cara a los gobiernos derechistas de la región, algunos de los cuales practican represiones indiscriminadas sobre sus propios pueblos, como el de Piñera en Chile, Añez en Bolivia o el de Duque en Colombia, donde se cuentan unos 1200 dirigentes políticos y sociales asesinados desde la firma de los Acuerdos de Paz. Ese fue el sentido que tuvo la resolución aprobada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (donde hubo 22 votos a favor, 22 abstenciones y 3 en contra), que fue votada a favor por el gobierno de Alberto Fernández junto a los gobiernos amigos de Trump en la región.
Esta situación plantea dos posiciones que tenemos que enfrentar con claridad. Por un lado, quienes basándose en el carácter cuasi dictatorial y represivo del régimen venezolano plantean que hay que actuar en común para enfrentarlo con las fuerzas de derecha y pro imperialistas. Incluso están quienes desde esta perspectiva sostienen que era correcto votar favorablemente en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, equiparando esta situación a las denuncias realizadas bajo la dictadura militar argentina a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. Esta visión deja de lado no solo la evidente diferencia de magnitud entre ambas situaciones (en Venezuela el régimen es fuertemente represivo pero no está llevando adelante un genocidio), sino que en aquél momento no existían en la Argentina de la dictadura genocida sanciones imperialistas contra el país ni intentos de golpes pro yanquis, como los que sí hay en Venezuela.
La otra posición que enfrentamos es la que a partir de la existencia de una real agresión imperialista a Venezuela se niega a enfrentar la política represiva del gobierno de Maduro, sus políticas de ajuste y entrega y sus continuas violaciones a las elementales libertades democráticas, como ocurre con sectores del kirchnerismo que se opusieron a la votación del gobierno en la ONU.
Nuestros compañeros de la LTS venezolana (que son parte junto al PTS de la Fracción Trotskysta – Cuarta Internacional y la Red Internacional La Izquierda Diario) siempre han mantenido una posición independiente del chavismo y denunciado las represiones y el ajuste de Maduro a la vez que enfrentado en primera línea las ofensivas imperialistas y de la derecha.
Desde el PTS hemos propuesto a los partidos del Frente de Izquierda Unidad (con los cuales nos hemos movilizado tanto contra el intento de golpe de Guaidó como a la Embajada de Venezuela reclamando por los presos obreros de Maduro) iniciar una campaña permanente que levante a la vez la lucha contra las sanciones imperialistas con la pelea por la libertad a los presos obreros y populares. Ambas demandas, recordamos, son parte de los puntos programáticos votados en la Conferencia Virtual de América Latina y Estados Unidos, en la que participamos 50 organizaciones de todo el continente.
Creemos esta tarea urgente, para favorecer el surgimiento de una oposición por izquierda al gobierno de Maduro, que pueda evitar que el desastre al que ha llevado la combinación de sus políticas y la agresión imperialistas favorezca ya sea una salida por derecha o la continuidad de un régimen que, más allá de su retórica, es crecientemente entreguista, antiobrero y antipopular.
Christian Castillo
Dirigente Nacional del PTS en el Frente de Izquierda. Sociólogo y docente universitario en la UBA y la UNLP