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Red Internacional
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Urgente. Venezuela entre los llamados a un golpe y la represión a la protesta

El lunes una veintena de integrantes de bajo rango de la Guardia Nacional protagonizaron una sublevación, aumentando los niveles de tensión bajo los llamados de la oposición de derecha a los militares a rebelarse. Al mismo tiempo, fueron reprimidos focos de protesta que se desarrollaron durante el día en algunas zonas de Caracas. Este martes el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, mandó un mensaje de apoyo a la oposición, llamando directamente a la destitución de Maduro.

Martes 22 de enero de 2019 10:16

En una situación aún no muy clara, un grupo de una veintena de integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) -organismo que se encarga de la “seguridad” y control social- habría detenido en la madrugada del lunes a sus oficiales jefes en un puesto al suroeste de Caracas. Según el relato oficial, desde allí se dirigieron a un puesto de comando al este de la ciudad de donde sustrajeron varias decenas de fusiles, y luego a otro puesto de la GNB en el oeste de la ciudad, donde hubo un fuerte cruce de disparos, pero finalmente, al amanecer, los convencieron de rendirse y entregarse a la justicia militar.

Es difícil elaborar una hipótesis sobre lo que realmente sucedió dado lo enrarecido de la situación y la gran incertidumbre que reina actualmente en el país. Lo que sí es claro, es que el clima generado por la propia oposición de derecha llamando constantemente a las Fuerzas Armadas a poner “orden” en la situación, es decir, a levantamientos golpistas para deponer a Maduro, junto a la catástrofe social que vive el país, abre situaciones de deliberación en los cuarteles, por lo que no es de extrañar que ocurran este tipo de acontecimientos.

La oposición de derecha no se ha cansado de hacer llamados abiertos a una rebelión militar o a un golpe, contando para ello con el respaldo groseramente intervencionista del gobierno imperialista de los Estados Unidos. Así hemos visto como Juan Guaidó, actual presidente de la Asamblea Nacional y del mismo partido de Leopoldo López, Voluntad Popular, dice abiertamente: "Hacemos un llamado claro a las Fuerzas Armadas, a esa enorme mayoría de soldados y oficiales que portan con honor su uniforme y no se han dejado corromper (...) para que den un paso al frente (...)”.

Este llamado golpista viene acompañado de un “incentivo” para los militares. La Asamblea Nacional emitió un decreto que promete amnistía para “todos los funcionarios civiles y militares que no reconozcan a Maduro”.

Para subir aún más la apuesta en un intervencionismo sin límites, este martes el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, publicó en su cuenta de Twitter un video abiertamente golpista, en el que dice hablar en nombre de Trump, señalando a Maduro como un dictador y reconociendo a la Asamblea Nacional como el órgano de poder legítimo. Al mismo tiempo apoya el llamado de Juan Guaidó para destituir a Maduro y establecer un gobierno de transición. El video finaliza con el apoyo a la marcha llamada para este miércoles 23 por la derecha.

Ellos quieren sacar a Maduro de la mano del imperialismo o de las FANB, no para poner un gobierno "democrático" sino un gobierno “fuerte”, apoyado en estas mismas FANB, para poder imponer su “salida” a la crisis con más hambre, entrega y represión. Es más que sabido que el plan de la derecha no es aplicar un programa en función de los intereses de las mayorías del país. Por eso ante el escenario que vive Venezuela es necesario oponerse categóricamente a cualquier tipo de salida golpista.

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La respuesta de Maduro

Maduro aprovecha estas acciones y llamados para fortalecer su bonapartismo y su carácter represivo, cargando contra el pueblo, tal como se demostró el mismo día lunes con la represión en los distintos barrios que salieron a protestar. Es que, vaciado de apoyo popular, el gobierno de Maduro no solo que está sustentado en las Fuerzas Armadas, sino que prácticamente cogobierna con las mismas, siendo éstas parte de las distintas camarillas del chavismo que sostienen al gobierno y se dividen tajadas de poder.

Durante todo el lunes y hasta la madrugada del martes, el Gobierno descargó una brutal represión sobre al menos una decena de protestas callejeras, que se iniciaron en Caracas, y se extendieron incluso a aquellas zonas consideradas bastiones del chavismo.

Algunos centros de seguimiento de la conflictividad como OVCS (Observatorio Venezolano de Conflictividad Social) calculan en unos 30 los focos de protestas registradas cerca de la medianoche en Caracas, la mayoría en barriadas del municipio de Libertador, donde están ubicadas todas las sedes de los poderes públicos. Durante la jornada abundaron los videos y las imágenes por las redes sociales buscando contener y sofocar los focos de protestas, incluso disparando gases lacrimógenos en zonas residenciales y hasta ingresando a edificios con disparos y detonaciones de plomo inclusive.

Estas protestas son producto del hartazgo de las masas contra este gobierno en medio de una catástrofe económica que arrecia y se profundiza en el país aumentando las calamidades. Un hartazgo que el Gobierno sale a enfrentar con represión. Es de primer orden denunciar esta represión al pueblo y los que salen a protestar.

Hay que enfrentar al gobierno de Maduro que hunde cada vez más a los trabajadores y los sectores populares en la catástrofe económica, además de cercenar las libertades democráticas, y aumentando su escalada represiva. Pero también hay que estar contra la oposición de derecha, que azuza la intervención de las Fuerzas Armadas por la vía directa al golpismo, y que no representa en modo alguno las aspiraciones e intereses de la clase trabajadora y el pueblo, sino que encarna un proyecto político y económico totalmente pro-empresarial y de mayor sometimiento a los intereses del capital extranjero y del imperialismo.

Este miércoles 23 está llamada una movilización convocada por la derecha con el programa golpista e injerencista que vienen levantando. Por su parte el gobierno de Maduro, que convoca su propia movilización, aprovechará la reciente rebelión para militarizar las calles, no solo contra esta marcha sino contra los barrios populares que se empiezan a poner de pie. La agenda de los trabajadores y el pueblo pobre no es la de la derecha. Como lo demostraron en las protestas del lunes, su hartazgo con las condiciones de miseria no necesariamente van de la mano con un apoyo a la oposición de derecha.

Por eso enfatizamos una vez más que “Con Maduro y el régimen actual no hay salida, pero debe ser el pueblo trabajador quien expulse a Maduro, con sus propios métodos de lucha, no que el descontento popular sirva de base de maniobras para una operación política de la burguesía y el imperialismo. Por eso decimos categóricamente que sólo el pueblo trabajador debe ser el que eche a Maduro. Así mismo, solo un gobierno obrero y del pueblo pobre, sustentado en las organizaciones de lucha que se den las masas, y aplicando una salida obrera en ruptura con el imperialismo y los capitalistas, puede dar respuesta favorable al pueblo ante la catástrofe imperante que nos continúa hundiendo en el pantano de la miseria y las calamidades”.

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