A través de videos, el personal de esa dependencia bonaerense denuncia que la desinversión deja librados a su suerte a trabajadores y usuarios. Mientras, se gastan millones en elementos para vigilarlos.
Jueves 29 de agosto de 2019 13:16
Mientras Vidal destinó grandes montos del presupuesto a colocar molinetes y contratar empresas para la instalación de aparatos de datos biométricos para controlar al personal, en la Torre 1 de la ciudad de La Plata (uno de los edificios con variedad de dependencias provinciales) pasan otras cosas.
Este jueves a la mañana círculo un video donde se ve una catarata cayendo por las escaleras del piso 9 y a las trabajadoras de limpieza con pequeños secadores tratando de orientar el agua para algún lado.
Ocurrió que en el piso 11 se rompió un caño de agua del baño de mujeres y empezó a caer a borbotones. A consecuencia de esto se cayó el cielorraso del baño del piso 9, tuvieron que cortar el agua de toda la Torre y la electricidad de los pisos de arriba por el riesgo que representa el contacto del agua en la instalación eléctrica.
Esta situación tan crítica de las torres (la 2 está ubicada a dos cuadras de allí y tiene las mismas dificultades), viene desde hace años y quienes la padecemos somos las trabajadoras, los trabajadores y quienes van al edificio a realizar los trámites.
La gran “inversión” de Vidal fue solo para controlar a quienes sostenemos día a día el funcionamiento de estas dependencias públicas. La Gobernadora se desentendió de todos los reclamos que le venimos haciendo desde que asumió.
Las delegadas y los delegados de los diversos organismos que conviven en las torres han hecho ya muchas presentaciones explicando en detalle los problemas y se han realizado inspecciones. La última verificó el colapso de las líneas eléctricas, el mal funcionamiento de los ascensores, la falta de baños y de inodoros particularmente, la falta de calefacción y de aire acondicionado, la rotura de caños de agua y de caños que llevan fluidos cloacales, falta de cielorraso, tendidos de cables rozando las cabezas del personal, etc.
Además de tener salarios miserables, las y los estatales debemos afrontar todos los días este tipo de problemas. Este invierno (como casi una tradición) no hay calefacción, ya que el año pasado luego de muchas fallas en dos meses, tomaron conocimiento del peligro que conllevaba tener un sistema de calefacción tan obsoleto como el que había; una compañera del piso 15 sufrió quemaduras leves por la rotura de uno de esos caños que lleva agua caliente a todos pisos.
También tomaron conocimiento de que había que cambiar el sistema de ascensores, después de la caída de dos ascensores con personas en su interior.
Una trabajadora de Educación del piso 14 comentó a este diario que “se rompió un caño en el baño del piso 11. Se inundó el piso y entró agua a las oficinas. Dado el volumen de agua, cayó como catarata a los pisos de abajo. En el piso nueve se cayó el cielo raso del baño de mujeres”.
La compañera agregó que “por otro lado desde el viernes pasado en varios pisos hasta ayer, estuvimos casi sin agua. Condiciones de higiene tremendas. Los baños eran focos de infección. Aparentemente no funcionaba la cisterna y remendaron el problema con dos bombas de agua chicas que claramente no lograba subir el agua como corresponde. Por lo que solo en brevísimos lapsos conseguíamos agua en los baños”.
Hemos denunciado cada hecho y exigido los arreglos inmediatos para poder trabajar en condiciones laborales higiénicas y seguras. Pero la Gobernadora Vidal decide cuáles son sus prioridades, claramente no es la vida de las/os trabajadores, ni usuarios que transitan esos pisos.