Visiblemente nervioso y molesto contestó las preguntas de un corresponsal de La Izquierda Diario, hasta que terminó huyendo ante las preguntas bajo un coro de insultos de los trabajadores afectados por sus espurias maniobras.
Juan Lobo @CanisLupus1917
Jueves 19 de septiembre de 2019
Luego de una nueva reunión en Secretaría de Trabajo en la que no hubo ofertas superadoras por parte del empresario, “Don Emilio” fue abordado por un corresponsal de La Izquierda Diario, queien lo hizo tambalear en el cuadrilátero.
Es interesante analizar lo que se extrae de sus declaraciones. En primer lugar se le consultó cómo puede poner a la venta sus propiedades si está en concurso de acreedores: se limitó a contestar que se venden propiedades que no están a su nombre… sino de su grupo o de sus hijos, un argumento cínico e irrisorio para evadir su responsabilidad.
Luego se le inquirió como garantizaría la continuidad laboral ante las ventas que quiere llevar adelante y contestó con otra evasiva: “garantizamos con una entrega de alcohol”, sin dejar muy claro qué es lo que garantiza.
Al consultarle sobre la oferta perversa que realizó como propuesta “superadora”, es decir liquidar entre un 40 y un 50% de fuentes de trabajo para pagar parte de lo adeudado (¡y en cuotas!), sencillamente se encogió de hombros diciendo que eso no era su responsabilidad: “se van a reestructurar las empresas y la gente que haga falta…. para mantener la rentabilidad”.
En la segunda parte del video realiza una cruda confesión (que ya había manifestado en una reunión de Alberto Fernández con empresarios locales):
"¿Reconoce que la reestructuración está dejando familias en la calle?" Aquí Don Emilio fue más allá y volvió a insistir con que “la reestructuración no será solamente en Emilio Luque, sino en las empresas y la gente que haga falta (dejar en la calle) para que puedan tener rentabilidad y seguir subsistiendo los pocos, muchos que queden”.
¿Qué dice el VAR?
Otro aspecto interesante a analizar es como con su lenguaje corporal Don Emilio se deschava solo de que está faltando a la verdad. Si bien todo empresario es mentiroso y manipulador, expertos en la lectura del lenguaje corporal llaman la atención sobre los gestos de las personas que no están diciendo la verdad. Como Don Emilio, que contesta tapándose la cara con su mano izquierda, rascando su nariz repetidas veces, moviendo su boca hacia un costado, parpadeando más de lo normal (12 veces es lo normal por minuto, pues Don Emilio lo hizo más de 40 veces en el mismo lapso temporal) y revoleando los ojos a diestra y siniestra.
Seguramente por esto no pudo responder la última pregunta sobre si podría demostrar su falta de solvencia con la apertura de sus libros contables: sólo atinó a girar sobre sus propios talones y emprender la fuga, bajo una torrencial lluvia de insultos y reclamos de los trabajadores que está dejando en la calle.
Realmente es grave que un empresario vaciador atente contra el derecho de los trabajadores sin que nadie mueva un dedo, con un gobierno provincial que –muy lejos de defender el futuro y el trabajo- le invita asados junto a su candidato presidencial, Alberto, y beneficia y deja las manos libres a empresarios que privatizan las ganancias y en las crisis descargan sin piedad todo el peso en las familias obreras.
El SEOC, uno de los gremios más numerosos de la provincia debe tomar medidas contundentes y dejar de dejar hacer y aceptar esta oferta vergonzante que implica una derrota tremenda si están hablando, tan livianamente, de una reducción del personal del entre el 40 y 50%.
No se puede aceptar que para pagar lo adeudado a los obreros se liquide la fuerza laboral de ningún compañero. ¡Ni una familia más en la calle! Mucho menos ante la confesión del empresario vaciador, de que todo es en aras de mantener la rentabilidad empresaria. ¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!.