El 11 de julio seis dipufachos fueron al penal de Ezeiza a apoyarlos en su reclamo de prisión domiciliaria. Te contamos quiénes son Astiz, Guglielminetti, Pernías y Donda, cuatro de los criminales de lesa humanidad bancados por los que cacarean “libertad”.
Daniel Satur @saturnetroc
Viernes 26 de julio 08:33
Habrás escuchado apellidos como Astiz, Guglielminetti, Pernías o Donda. Son emblemas de la desaparición de personas, la tortura y la apropiación de bebés. Por eso están presos, condenados a perpetua por sus crímenes atroces durante la dictadura cívico-militar-eclesiástica.
Hace pocos días seis dipufachos de La Libertad Avanza, encabezados por el entrerriano Beltrán Benedit, fueron a la cárcel de Ezeiza a apoyarlos en su reclamo de prisión domiciliaria y demás beneficios.
La bancada del Frente de Izquierda repudió esa reunión y presentó un pedido de informes en la Cámara de Diputados para que el Servicio Penitenciario Federal, que depende de la ministra Patricia Bullrich, explique con qué fundamentos permitió esa reunión de amigos en Ezeiza.
¿Quiénes son los criminales a los que visitaron los diputados de Milei?
Alfredo Astiz. Tiene 72 años. Integró los grupos de tareas de la ESMA donde se torturó a más de cinco mil personas, muchas de las cuáles terminaron arrojadas al Río de la Plata en los vuelos de la muerte.
Astiz secuestró y mató a mucha gente. Se infiltró entre familiares de desaparecidos y gracias a él fueron secuestradas varias Madres de Plaza de Mayo y dos monjas francesas. En 1982 “el ángel de la muerte” fue a Malvinas, pero no luchó. Se entregó a los ingleses sin tirar un solo tiro.
Astiz siempre dijo que volvería a hacer lo mismo. Fue la lucha de sobrevivientes, familiares y organismos de derechos humanos la que logró que lo condenaran a perpetua por varios de sus crímenes.
Raúl Gulielminetti. Tiene 82 años. Fue espía del Ejército y estuvo en centros clandestinos como Automotores Orletti, El Olimpo y La Escuelita de Neuquén. Según sobrevivientes, era un fanático de la tortura.
Fue espía de la SIDE y tras la dictadura integró una banda que secuestraba gente para pedir rescates millonarios. Traficó armas y drogas. Se fugó a Europa y décadas después lo condenaron a perpetua por algunos de sus crímenes.
Antonio Pernías. 77 años. Fue teniente de la Armada. Otro emblemático de la ESMA. En el 78 Videla y Massera lo mandaron a Francia a formar el llamado Centro Piloto de París, desde donde se hacía inteligencia sobre exiliados y propaganda a favor de la dictadura.
Pernías llevó a París a mujeres secuestradas en la ESMA, haciéndolas pasar por colaboradoras del gobierno. Durante años siguió en funciones en la Armada. Las perpetuas en su contra también tardaron décadas en llegar.
Adolfo Donda. Tiene 78 años. También emblema de la ESMA. Secuestró, torturó, mató y se quedó con bienes de sus víctimas, a las que obligó a firmar escrituras a su nombre.
Su propio hermano y su cuñada embarazada fueron llevados a la ESMA. Allí nació su sobrina. Él se la entregó a su camarada Juan Azic, que la anotó como hija propia. Victoria Donda recuperó su identidad a los 26 años, tras contactarse con Abuelas de Plaza de Mayo.
A esos criminales y otros más fueron a apoyar en la cárcel las diputadas y diputados de La Libertad Avanza.
Los genocidas quieren la prisión domiciliaria, con la excusa de que cumplen con el requisito de tener más de 70 años. Hasta ahora el Poder Judicial se los negó. Los dipufachos que cacarean “libertad” prometen ayudarlos en próximos intentos.
¿Vos qué pensás? Dejanos tu comentario.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).