En este último tiempo vimos como la pandemia del Covid-19 puso en jaque a los sistemas de salud pública, mostrando su deterioro. Se vio la falta de insumos y elementos básicos de salubridad en los hospitales del pais y en el mundo. Villa Gobernador Galvez no es la excepción.
Viernes 24 de abril de 2020 12:01
En Villa Gobernador Gálvez no es la excepción. Desde que se decretó la cuarentena obligatoria hasta ahora nada a cambiado en el sistema de salud en la cuidad. Pero el problema no es nuevo, viene de antes.
En el 2017 cerraba el Policlíno Gomara, clave hasta el momento en el sistema de salud de la ciudad. Sus empleados dieron una dura pelea para mantenerlo abierto y conservar su puesto de trabajo y un lugar para atender la salud de la población. El gobierno municipal, en ese momento en manos del Partido Socialista (cuyos cínicos diputados hoy reclaman la reapertura) miró para otro lado ante las denuncias de los trabajadores despedidos y la clínica terminó cerrando.
A fines de Marzo se empezó hablar de la reapertura del policlínico, para poder hacerle frente a la pandemia y para que sea un anexo con el Hospital Anselmo Gamen en caso que el virus avance en la cuidad. El gobierno de la provincia se comprometió en un acuerdo con Nación para que se realice la apertura del lugar, lo cierto que hasta el momento sus puertas siguen cerradas.
En estos últimos días se han abierto centros de aislamiento en la cuidad, en el Club Sportivo con capacidad para 50 personas y en el Club Talleres con una capacidad para 150 personas. Esta medida que busca complementar un sistema de salud colapsado es totalmente insuficiente. Es necesario poner la discusión del sistema de salud en el centro. Nos han llegado denuncias a La Izquierda Diario sobre la situación que se da en el Hospital Anselmo Games (hospitalito) donde quienes asistense ven obligados a realizar grandes esperas para ser atendidos. A su vez también es un problema para las futuras madres que tienen que viajar hasta la ciudad de Rosario para dar a luz, con lo que implica hoy hacer un gasto de más en una situación económicamente agobiante.
El problema no es del personal de salud como muchos dicen, hoy está jugando un rol muy importante haciendo frente a la pandemia en primera línea, y siendo de los principales sectores afectados por el contagio. El problema es la plata que se le destina a la salud, que hoy es absolutamente insuficiente. La plata está, y no hace falta salir de la ciudad. Día a día vemos como las grandes multinacionales que están radicadas en la ciudad amasan grandes fortunas, como Cargill o Unilever, entre tantas otras. ¿Por qué mientras la situación de la clase trabajadora empeora día a día tenemos que ver como estos empresarios llenan sus bolsillos? Desde la Izquierda proponemos un impuesto a las grandes fortunas, que permita poner en el centro la salud y la vida de la clase trabajadora, tomemos el ejemplo del proyecto que presentó NicolásDel Caño. A su vez es necesario la centralización del sistema de salud en manos del estado, bajo control de trabajadores y usuarios que son quienes día a día asisten y saben mejor que nadie como funciona.