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Red Internacional
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Epidemiología. Viruela del mono: otra zoonosis y van…

Argentina registra un caso que actualmente se está analizando. Otra enfermedad de origen zoonótico se propaga a escala mundial.

Martes 24 de mayo de 2022

UK Health Security Agency/Science Photo Library

UK Health Security Agency/Science Photo Library

Los primeros casos fueron detectados en países de África (Benin, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Gabón, Costa de Marfil, Liberia, Nigeria, República del Congo, Sierra Leona. y Sudán del Sur) y el 7 de mayo último se detectó el primer caso de viruela símica o monkeypox en Reino Unido. Posteriormente, fueron detectados casos en al menos 15 países más por fuera de África (España, Portugal, Italia, Canadá, Estados Unidos, Australia, Suecia, Francia, Bélgica y Alemania). La enfermedad fue identificada por primera vez en colonias de monos para investigación transportados desde Singapur hacia Dinamarca en 1958, aunque se cree que se transmite a las personas a través de animales salvajes como roedores u otras personas infectadas. En humanos fue detectada recién en 1970, por lo cual se trata de una enfermedad viral de origen zoonótico.

¿Qué medidas se vienen tomando?

La OMS informó el pasado sábado que hasta el 21 de mayo hay 92 casos confirmados de laboratorio y 28 casos sospechosos en todo el mundo. Por su parte, el gobierno de Boris Johnson (Reino Unido) ha implementado una cuarentena de 21 días que incluye a contactos estrechos de casos positivos. Otros países han informado sobre la enfermedad a través de los organismos sanitarios locales.

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¿Cómo se contagia? ¿Qué tratamientos hay?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el contacto estrecho con otros pacientes constituye el factor de riesgo más importante de infección. Este contacto estrecho podrá ser a través de secreciones respiratorias, lesiones cutáneas u objetos contaminados. La cadena de transmisión más larga documentada es de 6 personas. El período de incubación de la enfermedad suele ser de entre 5 y 21 días. Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias subyacentes pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la viruela del simio. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen por sí solos en pocas semanas. Las complicaciones de los casos graves de viruela del simio incluyen infecciones de la piel, neumonía, confusión e infecciones oculares que pueden provocar la pérdida de la visión. Según la OMS, “la tasa de mortalidad ronda del 3 al 6% de los casos en países endémicos, habitualmente en niños o personas que pueden tener otras afecciones de salud. Es importante tener en cuenta que esto puede ser una sobreestimación porque la vigilancia en países endémicos es limitada”.

No existe un tratamiento antiviral específico. Los síntomas de la viruela del mono habitualmente se resuelven sin necesidad de tratamiento. Es importante esperar a que se curen las erupciones y evitar el contacto entre llagas y boca u ojos. La vacuna más nueva que se desarrolló para la viruela (MVA-BN, también conocida como IMVAMUNE o IMVANEX) se aprobó en 2019 para su uso en la prevención de la viruela del mono, pero aún no está ampliamente disponible en todos los países. También hay otras vacunas disponibles para la prevención de la viruela que brindan cierta protección contra la viruela símica. Vale recordar que la vacunación contra viruela terminó en 1980, luego de que fuera considerada la primera enfermedad en ser erradicada.

¿Cuál es el origen?

Los datos disponibles sugieren que los roedores africanos son el reservorio natural del virus, y se han producido infecciones en ardillas, ratas, ratones, monos, perritos de las praderas (Cynomys) y humanos. Esto apuntaría a la exposición de poblaciones humanas con hospedadores animales, lo cual es promovido por actividades económicas y sociales. En otras, palabras, nos encontramos con las mismas causas estructurales que vienen acelerando la aparición de zoonosis en las últimas décadas: la depredación capitalista del ambiente.

El filogeógrafo Rob Wallace, autor de Grandes granjas, grandes gripes, especializado en la emergencia de virus zoonóticos, lo planteó de esta manera en su cuenta de twitter: “después de la influenza aviar, el Ébola, Zika, el Nipah, Encefalitis japonesa y el coronavirus antes, otro patógeno previamente marginado encuentra sus pies protopandémicos. Aunque esta viruela símica puede ser el regreso de una cepa de 2018, el modelo más grande de emergencia permanece. Las incursiones en los bosques lideradas por el capital se combinan con la ampliación de las líneas de suministro y las redes de viaje y el deterioro de la salud pública para acelerar los eventos de contagio y ampliar su alcance.”

Wallace y su equipo, así como el historiador Mike Davis, autor de El monstruo está en la puerta, vienen denunciando el papel del capital como principal vector en los procesos de destrucción ecológica en la generación de patógenos protopandémicos.

Homofobia al destape

Sin embargo, lejos de poner el énfasis en los orígenes ecológicos, económicos y sociales de la emergencia zoonótica del virus, y a dos años de una pandemia con orígenes estructuralmente similares, diferentes medios y figuras de todo el mundo combinaron un reduccionismo epidemiológico y prejuicios varios al apuntar directamente al contacto sexual entre varones en relación al origen de esta ola de viruela símica. Frente a esto, distintas voces del colectivo LGBTIQ+ han salido a denunciar el tratamiento que se le da en los medios.