La policía de Vilamarxant, Valencia, es pillada por audio accidental montando un atestado inventando acusaciones contra un vecino de la localidad. A las fuerzas represivas del estado no les tiembla la mano a la hora de inculpar a quien necesiten, tengan pruebas o no. La policía no es reformable.
Jueves 11 de mayo de 2023
El pasado 12 de diciembre de 2022 la policía local de Vilamarxant detuvo a un hombre y a su vecina durante un altercado. En la comisaría, mientras estuvo detenido tres horas y tuvo que ser atendido médicamente por un ataque de ansiedad la grabadora de su móvil requisado por los agentes había quedado encendida. “¿Y qué hago? Lo tengo en el calabozo. ¿Lo suelto como si no hubiese pasado nada?” “¿Digo que se ha puesto violento con nosotros o algo?” “Voy a poner atentado”.
Por accidente se grabó esta conversación entre agentes y comisario, en la que discutían cómo iban a falsificar la denuncia. El motivo es que la detención inicial había sido fraudulenta, durante la discusión entre vecinos el hombre no había cometido ningún delito, por lo que falsificaron completamente el atestado. Después de su puesta en libertad el detenido decidió denunciar a la policía, sin embargo el juzgado acordó un sobreseimiento provisional, alegando que la grabación era “ilegal”.
Una vez más la policía imputando delitos falsos por conveniencia y con el amparo de la casta judicial. El cargo de resistencia a la autoridad a menudo se utiliza como un comodín cuando interesa procesar a alguien, y haya pruebas o no es muy difícil de rebatir, debido al total amparo que les dan los jueces, poniendo todas las trabas burocráticas posibles para que hacerlo sea imposible. Es algo que se lleva utilizando toda la historia del “régimen del 78” como herramienta de represión política. El caso de Vilamarxant, aunque no lo haya sido, ilustra muy bien cómo funciona el asunto. A detenidos en piquetes, manifestaciones o desahucios se les procesa aún habiendo claras pruebas de que no hubo tal cosa, como táctica para amedrentar y en casos extremos encerrar en prisión a activistas políticos.
Contemos también la violencia hacia les migrantes y racializades, a los infiltrados en movimientos sociales, los casos de espionaje a políticos con Pegasus y un largo etcétera. No, la policía no es reformable, es el instrumento de control y represión de la burguesía y no se dedica a otra cosa que a velar por sus intereses. Ahora que se acercan las elecciones y la izquierda reformista sale una vez más a pedir nuestro voto recordemos a Marlaska, cómo no han derogado la ley mordaza, la masacre de Melilla, los detenidos del procés… Durante esta legislatura el gobierno más progresista de la historia ha continuado las políticas de derechas del PP, dándoles una capa de pintura para que parezcan lo que no son, políticas progresistas.
El papel que juega la policía en nuestra sociedad no es otro que el mantenimiento del orden capitalista, de la desigualdad y reprimir toda contestación, persiguiendo con especial dureza a los sectores más precarios, a los y las migrantes, la juventud
Las fuerzas represivas y cloacas del Estado no pueden reformarse, tampoco con este gobierno que infiltra policías contra las organizaciones sociales, sindicales y políticas, es responsable de la muerte de decenas de migrantes en Melilla, mantiene la Ley de Secretos Oficiales franquista y continúa con personas procesadas y encarceladas por luchar.
Ante la extrema derecha reaccionaria y casposa y un mal menor que viene a ser parecido al mal mayor pero con una cara más amable, peleemos por construir una verdadera alternativa política socialista y revolucionaria desde abajo, para terminar con este sistema de raíz.