Un símbolo. Zanon, 20 años de gestión obrera

“Ante la amenaza de cierre, nuestra respuesta no se hizo esperar. El 1 de octubre dimos un paso decisivo y ocupamos la fábrica. La toma fue una respuesta a la patronal y el gobierno a la altura de los ataques que nos lanzaban, haciendo eje en la defensa de los puestos de trabajo en momentos de alta desocupación dirigiéndonos a la comunidad para ganar su apoyo.

La ocupación de la fábrica despertó un gran entusiasmo en la vanguardia combativa de la provincia, que redobló su apoyo a nuestra lucha. La toma no significaba para nosotros encerrarnos fronteras adentro de la fábrica, todo lo contrario, se convirtió en una trinchera de lucha.

Zanon se convirtió así en un laboratorio de la lucha de clases. Desde nuestra mirada militante, la ocupación de la fábrica tenía el objetivo inmediato de frenar el ataque patronal y defender los puestos de trabajo, pero no la separábamos de la lucha de clases más general, desde nuestra perspectiva de una política clasista.”

Así recuerda Raúl Godoy, uno de los principales protagonistas de la lucha de Zanon y el Sindicato Ceramista de Neuquén, cómo empezó la ocupación de la fábrica, un 1 de octubre de 2001, cuando todavía nadie sospechaba que tan sólo unos meses después renunciaría el entonces presidente De La Rúa y se abriría una de las más grandes crisis de la Argentina. El relato es del libro Zanon, fábrica militante sin patrones, escrito por el propio Godoy, y que ya lleva dos ediciones realizadas por el IPS.

Después de la ocupación vino una larga lucha. En noviembre, la patronal de Zanon comunicó oficialmente el cierre de la planta y el despido de 380 empleados, quienes quemaron los telegramas y marcharon a la Casa de Gobierno. Ese día la policía reprime y 6 obreros fueron detenidos. Así, entre represiones y amenazas de desalojo, la más emblemática un 8 de abril de 2003, los distintos gobiernos fracasaron en liquidar a un puñado de obreros y obreras que, aún en pequeña escala, demostraban que la clase trabajadora no sólo puede resistir sino también pelear por su propia salida.

Ante los despidos que produjo la crisis capitalista de 2001, Zanon fue parte y emblema de un movimiento de “fábricas recuperadas”, donde sus trabajadores se hicieron cargo de la producción ante los cierres, despidos o directamente la huida de los patrones.

En su libro, o en la serie de videos titulados El hilo rojo, se puede conocer con detalles y de primera mano esta experiencia, así como las conclusiones de uno de sus protagonistas, desde una perspectiva militante revolucionaria. La experiencia de Zanon no es algo del pasado. No sólo porque al día de hoy, cuando se cumplen 20 años de gestión obrera, sigue resistiendo y produciendo, sino por lo que implica para el futuro.

En momentos en que el capitalismo a nivel mundial viene atravesando una crisis de carácter histórico, signado por la pandemia y sus consecuencias económicas, donde los capitalistas hunden a millones en el mundo en la miseria, la experiencia de Zanon muestra una alternativa. En Argentina, el Gobierno y la oposición de derecha debaten sobre una reforma laboral para flexibilizar a millones de trabajadores y trabajadoras, profundizando la pobreza y la precarización. Planes similares a los que debieron enfrentar los obreros ceramistas, y que concluyeron en la ocupación de la fábrica.

Ante los nuevos embates que se vienen contra la clase trabajadora, la experiencia de los valerosos obreros ceramistas de Neuquén se reactualiza y revitaliza pensando en el futuro. Más allá de las dificultades de 20 años de gestión obrera en un mar capitalista, la gesta de Zanon sigue viva y mirando con la frente en alto hacia adelante.