El movimiento estudiantil Argentino, hoy con más de 60 facultades tomadas y decenas de asambleas de base en todos los lugares de estudio, está demostrando cómo se enfrenta las políticas neoliberales en educación y cómo se defiende la educación pública ante los ataques de la derecha y los empresarios. El camino es la auto-organización, la unidad con la clase trabajadora y los distintos sectores de la sociedad.
Jueves 17 de octubre
En Chile venimos de décadas de un fuerte movimiento estudiantil que hizo temblar al régimen heredado de la dictadura de Pinochet. El mismo movimiento estudiantil que peleó por la gratuidad de la educación en Chile hoy está en Argentina defendiendo la educación pública con movilizaciones, con asambleas masivas, con unidad entre profesores y estudiantes. Es ese movimiento estudiantil el que reivindicamos. El movimiento estudiantil y la juventud que salió a manifestarse -hasta el día de hoy- en contra del genocidio, con acampes en todo el mundo en repudio a que nuestras casas de estudio tengan convenios con instituciones que colaboran y perfeccionan la brutal matanza que está ejerciendo el Estado de Israel al pueblo palestino y que en países como Siri Lanka se alzó contra el empobrecimiento al que los somete el Fondo Monetario Internacional y los capitalistas financieros.
En Chile fuimos parte de ese movimiento que acampó contra el genocidio. En la Casa Central estuvimos dos meses acampando para que todas las universidades rompieran estos convenios y se declararan espacios libres de apartheid. Reivindicamos al movimiento estudiantil que se organiza y peleamos por un movimiento estudiantil antiimperialista, que luche en contra del sometimiento de nuestras casas de estudio, el gobierno y el Estado de Chile al propio imperialismo que hoy ejerce el genocidio, lo que es otro elemento que evidencia cómo funciona el mercado educativo, inclusive dentro de las universidades públicas, con autoridades que toman decisiones sin consultar a nadie al más puro estilo de monarcas, además ganando sueldos de gerentes como el de Rosa Devés superior a los 12 millones de pesos, la misma rectora que se dedicó a criminalizar nuestra movilización y se negó a cortar los convenios con las universidades de Israel.
El brutal mercado en la educación que vuelve un negocio el derecho a educarse para los hijos de las familias trabajadoras volvió a evidenciarse con el escándalo de Marcela Cubillos, quién ganó 17 millones de pesos prácticamente sin trabajar en la Universidad San Sebastián, plagada de redes de corrupción en el marco del caso Hermosilla, pasando por Chadwick y otros agentes del piñerismo. Eso develó nuevamente el lucro en la educación a costa de dinero del Estado y de la deuda educativa con la cual han condenado a miles de estudiantes a pasar décadas endeudados.
Este caso es una muestra del sistema social que defienden la derecha y la burguesía. Muestran la verdadera razón que hay detrás del discurso de la “libertad de enseñanza”, que es mantener sus intereses, fortalecer sus ideas y su ideología, y hacer política para la clase dominante.
Hoy el movimiento estudiantil que reivindicamos se encuentra debilitado y desarticulado. Pero esto es responsabilidad de quiénes han tenido la dirección del movimiento estudiantil y de sus organismos durante más de una década, quiénes en el 2011 llevaron la lucha por educación gratuita a la institucionalidad, y desviaron el movimiento a una beca, que si bien fue una concesión para les estudiantes, terminó consolidando el modelo educativo de mercado, hoy doblemente consolidado por el mismo gobierno de Gabriel Boric, quién vende un proyecto de “fin al CAE” y “Nuevo Sistema de Financiamiento” como un salvavidas para las familias trabajadoras pero que solamente fortalece el subsidio a los privados y otorga un gran bolsón de dinero a los bancos.
Estos partidos (PC-FA-PS), absolutamente integrados al régimen burgués chileno y verdaderos administradores del capitalismo y la educación de mercado, son los mismos que hace cinco años, en la rebelión popular de 2019, se negaron a organizar al movimiento estudiantil como sujeto político nacional, mientras que por arriba eran parte del Acuerdo por la Paz y Nueva Constitución impulsado por el mismísimo Sebastián Piñera, a quién rindieron pleitesia cuando falleció. De esta forma, fueron grandes colaboradores de que la rebelión fuera desviada a un proceso constitucional absolutamente limitado que cumplió el objetivo de salvar a Piñera y al régimen. Incluso más cerca, en el propio acampe por Palestina de este año, estos partidos fueron quiénes buscaron en todo momento dividir en demandas “internas” y “externas”, además de negarse completamente a que la lucha se nacionalizara para organizar al movimiento estudiantil de conjunto y recomponerlo por medio de la demanda de fin a los convenios, que vimos que era una demanda motora que hubiera permitido, por ejemplo, un Paro Nacional educativo por Palestina y que, además, abría la puerta para un cuestionamiento mayor del autoritarismo universitario.
Pero desde la Agrupación Anticapitalista y Revolucionaria Vencer creemos que les estudiantes tenemos que volver a organizarnos y levantarnos, con asambleas de base y acción directa. Para esto es necesario poner por delante un programa para el movimiento estudiantil y la juventud trabajadora que dé perspectiva y un horizonte claro. Este programa debe partir por retomar la pelea por educación gratuita, de calidad, democrática y no sexista, que sea 100% financiada por el Estado a través de la nacionalización de los recursos naturales como el cobre y el litio, este último regalado por el gobierno de Boric al ex yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou y a capitales Norteamericanos, Chinos y Europeos.
Por la condonación real del CAE y toda la deuda educativa, que sea sin indemnizar a ningún banco parásito, ya que éstos se han enriquecido a destajo con los sueños de las familias trabajadoras. Para poner fin al negocio educativo es necesario acabar con los subsidios a las universidades privadas, que las que lucren (como la U. San Sebastián) o quiebren, o que sus comunidades así lo decidan, sean estatizadas bajo gestión de quiénes permiten que existan: trabajadores, estudiantes y profesores. Fin a las pruebas estandarizadas como la PAES que son un filtro de clase que limita el acceso a la educación para estudiantes de sectores populares, pues no son les estudiantes quiénes deciden en qué universidad estudiar, sino que son las universidades las que deciden quiénes entran a sus aulas según sus intereses. Por universidades libres de apartheid y sin convenios con instituciones sionistas; que todas las decisiones administrativas, académicas y económicas sean decisión de estudiantes, trabajadores y profesores por medio de un cogobierno triestamental que acabe con el autoritarismo universitario.
Esta es la perspectiva que tenemos desde la Agrupación Vencer, porque peleamos por una sociedad completamente distinta a la actual, queremos que el conocimiento sea patrimonio de todes quienes quieran acceder a él y no solamente de un sector minoritario, por universidades abiertas al pueblo trabajador y al servicio de las grandes mayorías, es decir, que las carreras estén enfocadas en mejorar la vida del pueblo y no al servicio de los intereses de los grandes capitalistas. Asimismo, buscamos organizarnos en unidad con la clase trabajadora, a nivel nacional e internacional, ya que creemos que es la única clase capaz de darle una salida a la crisis actual en la que nos encontramos, una salida colectiva y desde abajo, porque no nos compramos el discurso de que es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo, por lo que planteamos que la revolución y el socialismo no sólo son posibles, sino que necesarios para acabar con la barbarie en la cual nos encontramos por la avaricia de un puñado de grandes empresarios que explotan a miles de millones de personas alrededor del mundo y nos empujan guerras y conflictos que nada tienen que ver con nuestros intereses, como el genocidio en Palestina y la guerra entre Rusia y Ucrania, que no benefician a nadie más que a los capitalistas de las grandes potencias y a sus aliados.
Por esta razón es que invitamos a todes quiénes quieran ser partícipes de esta batalla colectiva a ser parte del Encuentro Por una Juventud Antiimperialista y Anticapitalista que organizamos desde Vencer, el que se realizará el día sábado 23 de noviembre en el Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile (Macul con Grecia) a partir de las 11 horas.