El 5G es la quinta generación de redes móviles que viene después de la ya conocida tecnología 4G, que permitirá un salto en velocidad, capacidad y tiempos de respuesta en la comunicación entre dispositivos móviles, que tendrá importantes consecuencias en diferentes aspectos de la vida cotidiana, la seguridad y la economía en todo el mundo.
Una comparación precisa entre las tecnologías 4G y 5G depende de muchos factores y de las distintas formas de implementación, concretas y parciales, que se puedan ir dando en cada país hasta su implementación final, que permitiría un aprovechamiento completo de sus posibilidades.
Una de las principales características de la tecnología 5G, es que promete (en sus versiones más avanzadas) un aumento en la velocidad de transferencia entre 20 y 100 veces superior a la actual tecnología 4G. Lo que permitirá, por ejemplo la transmisión en vivo de videos de alta definición y descarga de una película en unos pocos segundos.
Otro de los cambios más importantes, es el aumento de la capacidad del canal de transmisión o del ancho de banda, es decir el ancho de la autopista por donde circula la información. Esto permitirá descongestionar las redes móviles que en muchos lugares están llegando al límite de sus capacidades y se saturan en eventos multitudinarios. Esto hará posible un salto en la cantidad de dispositivos conectados a las redes móviles, multiplicando por 100 la cantidad de dispositivos conectados simultáneamente.
Sin embargo, quizás el cambio más importante y con mayor potencial, es la enorme mejora en los tiempos de respuesta a los pedidos de información de los dispositivos (conocido como tiempo de latencia). Con esta mejora se reducen los tiempos de interacción entre dispositivos permitiendo que interactúen en tiempo real. El tiempo de reacción del ser humano ante un estímulo visual (por ejemplo al manejar un automóvil, un dron, una máquina o cualquier dispositivo) puede ubicarse en el orden de las décimas de segundo (de 200 a 500 milisegundos). Los tiempos de respuesta de las redes 4G no llegan a ser suficientes, para permitir una interacción fluida entre dispositivos en tiempo real. Pero la tecnología 5G permite reducir los tiempos de respuesta (latencia) a unos pocos milisegundos (de 1 a 5 milisegundos), es decir 100 veces más rápido que la percepción del ser humano. Esto significa un salto en la comunicación móvil de los dispositivos, permitiendo una interacción fluida en tiempo real.
La principal innovación que posibilita estos cambios es el aprovechamiento de nuevos rangos de frecuencia de ondas del espacio radioeléctrico que se usan para la transmisión de la información. Mientras que las redes 4G utilizan frecuencias de hasta 6 GHz, las redes 5G hacen un uso avanzado (direccionado) de nuevos rangos que llegan hasta los 300 GHz. Dichas frecuencias requieren para su funcionamiento una mayor cantidad de antenas ubicadas a menor distancia y presentan dificultad para atravesar edificios, por lo que se estima que la cantidad actual de antenas para la misma cobertura puede multiplicarse por 3 o 6, cuestión que afectará los tiempos y costos del despliegue de dicha tecnología que se realizará de manera paulatina, empezando por las grandes ciudades.
¿Por qué es importante? ¿Qué posibilidades se abren?
Uno de los impactos más notables en esta tecnología será en los teléfonos móviles que podrán ir incorporando mayores capacidades y funciones, sin embargo las potencialidades finales están lejos de limitarse a esto.
Las transformaciones de las tecnologías digitales desde sus orígenes se basan en 3 pilares: procesamiento, almacenamiento y transferencia.
El aumento de la capacidad de procesamiento (procesadores o microchips) que determina la cantidad de operaciones que puede hacer una computadora, la capacidad de almacenamiento, donde podemos englobar al almacenamiento masivo incluyendo tanto grandes bases de datos como “memorias rápidas” y los aumentos en la capacidad de transferencia (incluyendo velocidad y latencia), son las tres dimensiones que en su conjunto sostienen un aumento de la productividad, la viabilidad económica de estas innovaciones y las importantes ganancias de los sectores de la economía ligados a las nuevas tecnologías.
La tecnología 5G, plantea la posibilidad de dar un salto en la capacidad de transferencia móvil de información digital para todo tipo de dispositivos. En los últimos años, el aumento en las capacidades de procesamiento y almacenamiento permitieron el crecimiento de grandes bases de datos en la “nube” y tecnologías de inteligencia artificial como el aprendizaje automático (machine learning) que permiten a los sistemas una mayor adaptación al contexto y autonomía en su funcionamiento.
El aumento en las capacidades para equipar a todo tipo de dispositivos (incluyendo robots, sensores, cámaras, etc.) con pequeñas computadoras, abre la posibilidad de que ramas de la inteligencia artificial puedan ser aplicadas para automatizar por su menor costo a un creciente número de actividades y servicios que se realizan de forma manual o analógica y el desarrollo de nuevas áreas.
En este caso las posibilidades que abre el 5G permitirán que nuevos dispositivos puedan interactuar ágilmente con otros sistemas remotos más avanzados y grandes bases de datos permitiendo un salto cualitativo y una sinergia de las capacidades, cuyas posibilidades todavía es difícil determinar.
Esto es lo que se conoce como Internet de las cosas (Internet of Things) que promete nuevas generaciones de dispositivos interconectados lo que a su vez permitirá el surgimiento de nuevas aplicaciones y formas de programación de procesamiento distribuido e interconectado que se conoce como la llamada “computación en los bordes” (edge computing).
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Lo que promete tener un enorme impacto en nuevas aplicaciones y dispositivos, potenciando la posibilidad de interactuar en tiempo real con mayor precisión y autonomía, cuestión que tendrá influencia sobre todo tipo de artefactos, como casas y ciudades “inteligentes”, sistemas de transporte sin conductores (como automóviles y drones), robots, mayor control remoto de dispositivos, armamento autónomo, cámaras de seguridad con mayores capacidades de reconocimiento, videollamadas fluidas, videojuegos interactivos, realidad virtual, aplicaciones de realidad aumentada, entre muchas otras posibilidades.
Esto tendrá efectos importantes en la economía, no solamente generará la necesidad de instalar miles de nuevas antenas y renovar los parques de teléfonos para el uso de 5G. Sino que además permitirá el desarrollo de dispositivos altamente interconectados con capacidad de reacción en tiempo real en distintas áreas de la economía y la "seguridad"; sobre esto a su vez se irán desarrollando aplicaciones, servicios y plataformas (software) que harán uso de estas nuevas capacidades.
¿Qué problemas enfrenta esta tecnología?
Si bien la tecnología 5G y muchas de estas aplicaciones ya están disponibles, su aplicación generalizada todavía es música del futuro y depende de los ritmos en que se despliegue en cada país así como también habrá que esperar una nueva generación de dispositivos y aplicaciones que puedan hacer uso de esta tecnología a costos lo suficientemente bajos. La tecnología del 5G ya está disponible en algunas ciudades, pero todavía está en una etapa muy inicial con versiones limitadas y su despliegue en todo el mundo se desarrolla más lentamente de lo previsto por los costos de despliegue, la gran cantidad de antenas necesarias y en particular por las disputas entre China y Estados Unidos que se vienen profundizando.
Otro de los indicadores que anticipa que estas potenciales innovaciones podrían llevar más tiempo de lo previsto es que mucha de esta tecnología ya podría implementarse hoy con redes WI-FI y fibra óptica tanto en industrias, robótica así como en muchas otras aplicaciones. Y sin embargo estas implementaciones avanzan todavía muy lentamente, por lo que la tecnología de 5G tampoco garantiza el desarrollo hasta el final de la Internet de las Cosas, con todas sus posibilidades potenciales a largo plazo, por lo que es probable un desarrollo inmediato mucho más lento y contradictorio.
¿Cómo nos pueden afectar los cambios tecnológicos?
Lejos de traer un mundo mejor para todos, la tecnología del 5G y el aumento de las capacidades digitales, potenciará también muchos de los problemas que hoy ya existen.
Habrá que tener en cuenta, que antes que nada, los mayores beneficios del 5G, el acceso a servicios, aplicaciones y dispositivos estarán disponibles solamente a quienes puedan pagarlos y no priorizando las necesidades sociales como sus posibles aplicaciones en salud pública, asistencia a las personas, educación o en la mejora de las condiciones de vida de la población.
El uso de altas frecuencias y la mayor cantidad de antenas, alertan también sobre los efectos que podrían tener estas ondas en la salud de la población. Si bien algunos especialistas afirman no afectarán la salud ya que la potencia necesaria para estas antenas será menor, los estudios todavía son insuficientes y será necesario profundizar las implicancias del uso intensivo y a largo plazo tanto de las antenas como de los nuevos dispositivos que utilicen estas frecuencias.
Los bajos costos de las nuevas tecnologías digitales permiten avanzar en la automatización de gran cantidad de tareas que a la vez crean de manera permanente nueva ramas de la economía que demandan trabajos calificados reduciendo a la vez la jornada laboral. Sin embargo, los empresarios buscarán generar a partir de estas tecnologías formas de trabajo precarizadas (como los trabajadores de plataformas) e intentarán instalar sus grandes industrias en zonas de manos de obra barata, como sucede en la actualidad.
La posibilidad de avanzar en la automatización de tareas mediante la inteligencia artificial interconectada y la robótica, puede ser utilizada por los empresarios para generar una mayor desocupación (un ejército industrial de reserva en términos de Marx) para presionar a la baja del salario, como ha sucedido en otros momentos de la historia.
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Los problemas de seguridad también se potenciarán, permitiendo que no solamente se acceda a servidores o dispositivos móviles, sino que también se abre la posibilidad de afectar todo tipo de dispositivo conectado digitalmente, cuestión que puede tener consecuencias en el mundo real; pensemos por ejemplo en los problemas de seguridad que podrían darse en automóviles y drones conectados digitalmente.
La pérdida de privacidad de los usuarios también se potenciará con la posibilidad de recolección masiva de datos de las personas de parte de las empresas para la venta de publicidad, que podrá efectuarse ahora por dispositivos de todo tipo que recolectarán una cantidad enorme de información de cada persona.
La disputa por la infraestructura
De todos estos posibles cambios a futuro, quizás el aspecto inmediato más importante que se abre es la disputa por el control de las comunicaciones y su infraestructura entre las principales potencias, con todas las consecuencias que esto trae en materia de seguridad.
Los avances que China viene dando en la tecnología 5G, así como en muchas otras áreas preocupa cada vez más a Estados Unidos. La empresa china Huawei está tomando la delantera en la tecnología 5G dando pasos en su implementación en varios países, mientras que Estados Unidos busca poner todo tipo de trabas para dificultar el despliegue de la empresa en distintos países. Cuestión que ha sido tomada directamente por el mismo Donald Trump, que ha recurrido a sanciones comerciales, denuncias sobre espionaje, guerra de patentes y todo tipo de condicionamientos, utilizando su influencia geopolítica para frenar el desarrollo de la empresa china, mientras busca ganar tiempo y poder desarrollar su propia tecnología 5G para competir en mejores condiciones con el gigante asiático.
Las posibilidades de control social y sobre los datos personales de parte de los Estados, también se potencia con el 5G, abriendo las puertas a un verdadero “Gran Hermano”, para lo cual es clave el control de la infraestructura (tanto antenas como dispositivos móviles). Este es uno de los temas centrales que más preocupan a Estados Unidos en su disputa con China por esta nueva tecnología.
Como es de público conocimiento, Estados Unidos viene realizando espionaje generalizado desde sus principales empresas como lo revelaron las filtraciones de Edward Snowden, espionaje que no se limita a la población en general sino que es utilizado también para armar operaciones judiciales, espionaje industrial y político en todo el mundo, recordemos que hasta la canciller alemana Ángela Merkel fue espiada por la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por su siglas en inglés).
Hoy en día, las empresas de telecomunicaciones en todo el mundo realizan un seguimiento de la ubicación e identificación de los teléfonos móviles de manera generalizada y sistemática, como puede verse en cualquier investigación judicial. Con el 5G, se multiplicarán los dispositivos que obtengan información, la precisión de la ubicación será mucho mayor, debido a la mayor cantidad de antenas que permite una triangulación más ajustada, además de los saltos en la velocidad que posibilitará un salto en la instalación de cámaras de reconocimiento de todo tipo y en todos lados que podrán interactuar en tiempo real con mayores capacidades gracias a estas tecnologías. Esto además de las posibilidades de interceptación de las comunicaciones (metadatos e información no encriptada) y el potencial acceso a los dispositivos de parte de los fabricantes, que abre la puerta al acceso de información encriptada.
En el plano militar, estos avances tienen además consecuencias importantes, posibilitando el desarrollo de armamento autónomo como drones militares, misiles inteligentes, vehículos autónomos, equipamiento para soldados, etc. La utilización de estas tecnologías en el asesinato del general iraní Soleimani en Irak es sólo un botón de muestra sobre las posibilidades devastadoras que se abren de combinarse con armas nucleares o biológicas. La tendencia a costos cada vez más bajos de esta tecnología, permite a las potencias crear verdaderos ejércitos con todo tipo de armamento autónomo, cuestión repudiada por la comunidad científica ante la carrera militar que también se está dando en este terreno entre las principales potencias.
Las disputa anticipada por las potencialidades de desarrollo de las nuevas tecnologías, no son menores tampoco en el terreno económico. Recordemos que las 5 mayores empresas del mundo por su cotización en bolsa son Microsoft, Google, Amazon, Apple y Facebook, empresas estratégicamente ligadas a Estados Unidos y que su futuro dependerá de cómo se desarrollen en este nuevo contexto.
De conjunto toda la industria relacionada con las tecnologías digitales, basa sus enormes ganancias en las mejoras de la productividad a menor costo que las mismas introducen ya sea en ramas enteras de la economía que son reemplazadas, así como en otros sectores en donde las tecnologías introducen mejoras. Todo esto convierte a esta industria en estratégica para las principales potencias que sostienen sus intereses como una cuestión de Estado.
En última instancia la disputa entre China y Estados Unidos es por la productividad del trabajo tomado en su conjunto, así como por la apropiación de las ganancias extraordinarias que las nuevas tecnologías generan como parte de una disputa por los mercados mundiales, una carrera que se desarrolla también en el plano militar en el marco de una economía que no logra recuperarse desde la crisis del 2008.
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¿Tecnología para un mundo mejor?
Sin duda, las nuevas tecnologías continuarán ampliando las capacidades de la humanidad para transformar el mundo. El ritmo de los cambios que se producen puede llevar a una idea optimista muy difundida desde el mundo empresario de que la tecnología en sí misma puede llevarnos al mejor de los mundos. Como contracara, también impactados por estos cambios, surgen visiones escépticas que plantean que la tecnología nos depara un futuro cada vez más opresivo y distópico, ante el cual nada se puede hacer más que una resistencia pasiva.
Seguramente el futuro encierra muchas posibilidades y perspectivas que la tecnología potencia, pero las transformaciones en curso están condicionadas por el sistema en el cual se desarrollan. Y como vemos, las tendencias que desarrolla un capitalismo en decadencia no son muy alentadoras.
Está claro que la clase dominante, buscará utilizar los desarrollos tecnológicos en función de sus intereses. Pero es la clase trabajadora, la que desarrolla, usa y hace funcionar las tecnologías (y toda la economía), la que puede superar la fragmentación impuesta por el capital y abrir paso a otra perspectiva.
La posibilidad (y necesidad) de emancipar a la humanidad del trabajo para la subsistencia, de reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo, de democratizar la información y resguardar la privacidad, sólo puede ser llevada adelante por una acción política consciente, el futuro... habrá que escribirlo. Los cambios tecnológicos son, después de todo, un nuevo terreno para la lucha de clases en el cual intervenir.
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