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Red Internacional
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Colonialismo. 8 de mayo 1945: el Estado francés masacra a decenas de miles de argelinos en Sétif, Guelma y Kherrata

Este año, el "aniversario" de las masacres coloniales de Sétif, Guelma y Kherrata en Argelia por parte del Estado francés resuenan de manera particular con lo que hoy pasa en Gaza. Ayer como hoy, el imperialismo y el colonialismo están hundiendo al mundo en sangre y fuego.

Jueves 9 de mayo

El otro 8 de mayo de 1945. Como cada año, este miércoles, no se trataba de evocar durante las "conmemoraciones oficiales" uno de los episodios más sangrientos de la historia de la represión colonial francesa. El 8 de mayo se "celebra el armisticio", que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Y nada más. Sin embargo, en 1945, a varios cientos de kilómetros del júbilo popular en las calles parisinas, el Estado colonial francés respondía a una movilización independentista masacrando una y otra vez.

Unos días antes, el 1 de mayo, el Partido Popular Argelino llamaba al pueblo argelino a manifestarse por su independencia con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. La movilización continuaba el 3 de mayo en Annaba, al día siguiente de la conquista de Berlín por los Aliados, y el 4 en Guelma. El 8 de mayo de 1945, a las ocho de la mañana, varios miles de manifestantes "indígenas" se reunían en Sétif. A las 9:25, Saal Bouzid, un joven argelino, era asesinado por un policía francés.

Saal Bouzid era "culpable": había osado pedir la independencia de su país y la liberación del líder nacionalista, Messali Hadji. En reacción, en los días siguientes, la revuelta se extendía mientras la ira contenida de un siglo de humillaciones y privaciones estallaba. El Estado francés empleaba todos los medios de represión a su disposición. El general Duval movilizaba la aviación y la marina. La masacre comenzaba.

El diario francés Le Monde Diplomatique relata en esos años: "Los civiles europeos y la policía llevaban a cabo ejecuciones masivas y represalias colectivas. Para evitar cualquier investigación, reabrían las fosas comunes e incineraban los cadáveres en los hornos de cal de Héliopolis". En cuanto al ejército, su comportamiento llevaba a un especialista, Jean-Charles Jauffret, a decir que su intervención "se asemejaba más a operaciones de guerra en Europa que a las guerras coloniales tradicionales". En pocos días, en la región de Bejaia, se asesinaban a 15 000 mujeres y niños. En Kherrata, los cadáveres de los manifestantes eran arrojados al río por camiones del ejército colonial.

En total, más de 45,000 argelinos serán asesinados según el Partido Popular Argelino. Son cifras que el Estado francés no dejará de minimizar, en contra de las conclusiones de la mayoría de las publicaciones de historiadores. Setenta y nueve años más tarde, aún se niega a reconocer su responsabilidad en las masacres. Este año, una vez más, Macron, a pesar del encargo cosmético de un informe a Benjamin Stora sobre la memoria de la colonización, seguirá silenciando la represión colonial y sangrienta iniciada a partir del 8 de mayo de 1945.

Para este jefe de Estado, al igual que para sus predecesores, el "8 de mayo" solo tiene una función única: mantener, con gran despliegue de banderas tricolores y la Marsellesa, la mitología hexagonal según la cual Francia (según la expresión consagrada), "la hija mayor de la Revolución y los Derechos Humanos", ha sabido mantenerse fiel a "gloriosas tradiciones" a pesar de las pruebas y la Ocupación (alemana). Y hacer olvidar, "al mismo tiempo", que el desencadenamiento de la represión de mayo de 1945 en el Constantinois expresó la cruda realidad del Estado colonial.

Un doble ejercicio de "memoria", o más bien de distorsión memorial que desempeña un papel clave en medio del genocidio en Gaza. Porque este 8 de mayo de 2024, el Estado francés sigue matando en nombre del colonialismo y el imperialismo. Junto a Israel y Estados Unidos. Y descalificando a todos aquellos que tienen "la audacia" (nuevamente) de luchar por el fin de un genocidio y el derecho de un pueblo a la autodeterminación.

Pero el 8 de mayo de 1945 nos enseña otra lección. La brutalidad que los colonos demostraron a lo largo de este mes sangriento prefiguró la guerra de Argelia por venir, así como el acto de nacimiento del FLN, el 1 de noviembre de 1954. El pueblo argelino había "aprendido", es decir, tomó conciencia de la imposibilidad del diálogo y el pacifismo frente a la barbarie colonial. Unos años más tarde, llevaría a cabo su "revolución". Contra el ocupante francés.

Si la historia nunca se repite, a menudo reincide y, como Argelia y Vietnam, cuya victoria en Dien Bien Phu celebrábamos ayer, se espera que Palestina salga de la noche de las masacres para lograr su revolución.

por Nathan Deas @rp_deas parte del Comité Editorial de Révolution Permanente en Francia, parte de la red internacional de La Izquierda Diario.