Aniversario. A 25 años de la "Batalla de Seattle": qué fue el movimiento antiglobalización

En 1999, Seattle fue el escenario de una serie de protestas masivas durante la cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se llevaron a cabo del 29 de noviembre al 3 de diciembre. Este evento, conocido como "la batalla de Seattle", marcó un punto de inflexión en el activismo global contra las políticas neoliberales y el dominio de las grandes corporaciones multinacionales.

Las manifestaciones comenzaron pacíficamente, con miles de personas, incluidos sindicatos, ambientalistas, indigenistas, organizaciones religiosas, feministas y organismos de derechos humanos, marchando hacia el centro de convenciones donde se realizaría la cumbre. El objetivo era bloquear los accesos y cancelar el acto inaugural. Al paso de la movilización distintas columnas atacaron los símbolos de las principales corporaciones capitalistas como entidades bancarias, McDonald’s o Starbucks, y la policía respondió con una fuerte represión, utilizando gases lacrimógenos y gas pimienta. Esto resultó en más de 600 arrestos y la declaración de un estado de emergencia, creando una zona de exclusión militarizada.

Surge el movimiento antiglobalización

El movimiento antiglobalización surgió a finales de los años 90 como una respuesta al avance del capitalismo neoliberal y la globalización económica dominada por grandes corporaciones multinacionales. Este movimiento se hizo visible por primera vez de manera masiva durante las protestas en Seattle en 1999. La "Batalla de Seattle" fue el acto fundacional del movimiento antiglobalización que se expresó como resistencia a la globalización capitalista, las contrarreformas neoliberaliberales en los países imperialistas, el "Consenso de Washington" en la periferia, y las instituciones multinacionales que le daban fundamento.

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El despertar político de este nuevo activismo juvenil contribuyó a deslegitimar instituciones capitalistas como la OMC, el FMI, el Banco Mundial, o el foro de Davos promoviendo la solidaridad internacional y, en algunos casos, la unidad con los trabajadores.

Luego de Seattle, el movimiento se extendera a nivel internacional y se manifestará en otras ciudades como Davos, Washington y Génova. Sin embargo, el movimiento enfrentó desafíos internos, como la falta de una estrategia revolucionaria clara y la influencia de organizaciones reformistas y autonomistas que abogaban por "humanizar" el capitalismo en lugar de promover un cambio radical, muchas de ellas agrupadas en el Foro Social Mundial bajo el lema "otro mundo es posible" sin proponerse enfrentar al capitalismo sino "administrarlo".

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A lo largo de los años, el movimiento antiglobalización se desarrolló a través de "contracumbres", donde se enfrentaba a la represión policial y se expresaban las diversas fracciones y tendencias del movimiento. Aunque el movimiento logró movilizar a grandes sectores, su falta de unidad con la clase trabajadora y las tendencias reformistas y autonomistas a su interior limitaron la capacidad para desarrollar un fenómeno verdaderamente anticapitalista.

En resumen, el movimiento antiglobalización fue una respuesta significativa al avance del capitalismo neoliberal, que logró cuestionar y deslegitimar las instituciones globales del capitalismo, pero que también enfrentó limitaciones internas que impidieron su consolidación como un movimiento anticapitalista más profundo.

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