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Red Internacional
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24 DE MARZO. A 41 años del golpe decimos que fue un genocidio

Este 24 de marzo se cumplen 41 años del golpe genocida, 41 años de lucha contra la impunidad de ayer y de hoy. La Izquierda Diario apuesta a ser la caja de resonancia que amplifique las voces contra el nuevo intento de imponer la teoría de los dos demonios y el negacionismo del genocidio.

Martes 14 de marzo de 2017

Como cada año, se reabre el debate sobre lo ocurrido por aquellos años y sus consecuencias sobre el por qué del último golpe cívico-militar, el contexto nacional e internacional, las consecuencias del genocidio, la resistencia, la antesala económica y política de aquellos años de terror, la lucha de años en contra de las leyes de obediencia debida y el punto final, el reclamo en las calles por la memoria, la verdad y la justicia, por el juicio y castigo a todos los genocidas que, luego de 13 años de derogadas las leyes que garantizaban la impunidad, sólo un puñado de represores han sido juzgados.

El golpe del 24 de marzo de 1976 perpetrado por las Fuerzas Armadas con Jorge Rafael Videla a la cabeza, fue orquestado por el imperialismo yanqui a través del conocido Plan Cóndor y por la clase empresarial junto con las cúpulas eclesiásticas. En los años previos al golpe, durante el gobierno de Isabel Perón la persecución y represión era desarrollada por organizaciones paraestatales como la Triple A.

La dictadura llevó adelante un plan sistemático de exterminio para terminar con un movimiento obrero combativo que iba creciendo, desde el Cordobazo a las Coordinadoras Interfabriles y las jornadas de lucha contra el plan Rodrigo, y con jóvenes estudiantes y de los sectores populares que luchaban por transformar de raíz la sociedad. Para eso, utilizaron los métodos más aberrantes como la desaparición forzada de personas, torturas, asesinatos, violaciones, hasta la apropiación de bebés.

Es decir, que el genocidio fue de clase y tuvo como objetivo disciplinar, centralmente, a la clase trabajadora y a toda una vanguardia organizada e impedir que se profundice el ascenso obrero, ya que en nuestro país, a partir del Cordobazo en mayo del ‘69 surgieron y se generalizaron nuevas formas de acción y organización obrera en las fábricas y lugares de trabajo.

Los grandes empresarios que aún continúan impunes, nacionales y extranjeros, no fueron solo cómplices civiles, sino que fueron ideólogos e impulsores del golpe genocida, celebraron la asunción del gobierno de facto y aportaron dinero e infraestructura. Por su parte, los medios masivos de comunicación fueron aparatos de propaganda que justificaban el terrorismo de Estado organizando operativos de prensa perversos.

Resistencia

Frente a un régimen de terror y persecución a trabajadores y jóvenes, fueron creándose formas de resistir. Clandestinamente, se empezaron a organizar fuera de las fábricas, armando comisiones internas clandestinas, tomando medidas de lucha como el ausentismo o el trabajo a desgano. Hasta que en el ‘79 un sector del a CGT opositora convocó a un paro general en plena dictadura.

Además, por aquellos años surgieron las Madres de Plaza de Mayo y otros organismos de derechos humanos que empezaron a denunciar y luchar contra el régimen, dando inicio así a un importante movimiento de derechos humanos en el país que tuvo repercusión a nivel internacional.

“Teoría de los dos demonios”, Obediencia Debida y Punto Final

Durante el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín ante las exigencias de víctimas, familiares y organismos de derechos humanos, con la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y el Nunca Más se impulsó el Juicio a las Juntas que era sobre algunos casos y sólo a las cúpulas. Con la teoría de los dos demonios se juzgó a los máximos militares y se detuvo a los jefes de la guerrilla que aún estaban vivos. Luego, vinieron las leyes de obediencia debida y punto final para garantizar la impunidad e intentar la reconciliación con las Fuerzas Armadas.

Después del levantamiento carapintada, al poco tiempo de asumir Menem, se dictaron los nefastos decretos de indultos a los condenados y procesados por el terrorismo de estado. El estado perdonó a quienes habían sido responsables de crímenes atroces.

Estas políticas de impunidad de la UCR y el PJ estaban orientadas a la reconciliación, pero el repudio a estas medidas dio paso al desarrollo de un gran movimiento democrático contra la impunidad que exigía cárcel a los genocidas y denunciaban el gatillo fácil contra los jóvenes de los sectores populares.

Relato K

Luego de las jornadas revolucionarias del 2001, al asumir Néstor Kirchner anuló las leyes de obediencia debida y punto final, abriendo la posibilidad de juzgar a todos los genocidas. Se autoproclamaba “el gobierno de los derechos humanos”, sin embargo los juicios de lesa humanidad avanzaron a cuentagotas y de forma completamente fragmentada, no por centro clandestino y circuito represivo que hacia al plan sistemático.

Actualmente, se han juzgado a 800 genocidas, cuando en el país funcionaron más de 500 centros clandestinos de detención con miles y miles de detenidos. Además, no se juzgó prácticamente a ninguno de los responsables civiles.

El gobierno kirchnerista que se decía de los derechos humanos no se dignó a abrir los archivos de la dictadura y nombró al frente del ejército a César Milani, denunciado por delitos de lesa humanidad, quien fue detenido e imputado recientemente. El relato llegó a su fin.

No podemos dejar de mencionar que durante todo este tiempo, los organismos independientes nucleados en el encuentro Memoria Verdad y Justicia marchamos cada 24 de marzo en forma independiente, impulsamos la pelea por la aparición con vida de Jorge Julio López, y acompañamos a víctimas y familiares que denunciaban la responsabilidad de Milani mientras Cristina lo mantuvo como Jefe del ejército e intentó la reconciliación.

Además, el avance de los juicios no fue gracias a la justicia ni al gobierno sino a la lucha incansable y los testimonios brindados por víctimas y familiares.

Cambiemos: entre la teoría de los dos demonios y el negacionismo

En lo que va de gobierno macrista el otorgamiento de domiciliarias se ha profundizado. Es más Etchecolatz, genocida emblemático de la Provincia de Buenos Aires, intentó obtener este beneficio y fueron las movilizaciones en las calles las que lograron frenar que le dieran semejante privilegio.

Cabe recordar que la familia Macri fue una de las beneficiadas con la política económica del proceso. Altos funcionarios del Cambiemos han negado a los 30.000 detenidos desaparecidos, hasta el mismísimo presidente. El gobierno está impulsando una política que va entre la teoría de los dos demonios y el negacionismo del genocidio. Los dichos de Gómez Centurión son una clara expresión de esta posición, junto a la objeción de Darío Lopérfido sobre la cantidad de compañeros detenidos desaparecidos. Nunca fueron simples “dichos personales”, son ideología.

El gobierno de Cambiemos parece olvidar que la propia justicia reconoció que fue un genocidio. En el 2006 se condenó a Miguel Osvaldo Etchecolatz a prisión perpetua por los delitos cometidos en el marco de genocidio y ya en el 2015 los represores de la Fuerza de Tareas 5 fueron condenados como coautores del delito de genocidio.

Es evidente que en el marco del ajuste brutal que intenta imponer el gobierno, fortalecer el aparato represivo es fundamental, el objetivo de esta política respecto a la dictadura es imponer la mayor impunidad posible e intentar justificar la represión.

Nos sobran las razones

La Izquierda Diario se propone ser una voz intensa que durante estos 10 días desarrolle todos los aspectos mencionados para debatir sobre lo ocurrido en la década del 70, las consecuencias y la actualidad, con artículos de información y análisis, notas de opinión, difusión de actividades a 41 años del golpe, entrevistas a referentes de derechos humanos, a trabajadoras y trabajadores, a estudiantes.

Porque son 30.000, porque fue un genocidio, este 24 de marzo, como todos los años, seremos miles en las calles. Por todas estas razones, es necesario mantener la memoria activa reclamando verdad y justicia. La Izquierda Diario te invita a sumarte como corresponsal para participar día tras día.