Coke, estudiante del CBC para la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, nos cuenta su opinión sobre acto internacional contra el racismo y la violencia policial que tuvo lugar el pasado 11 de julio.
Lunes 13 de julio de 2020 12:54
Erradicar el racismo estructural requiere transformar radicalmente la sociedad.
Hay que tirar algo más que las estatuas. (Ríos, Alejandra. Gran Bretaña)
Si alguien me hubiera contado hace 4 años lo que viviría y vería cambiar el mundo desde que me vine de Chile a Argentina, no le hubiese creído. Como no hubiese creído que nuestras realidades cambiarían diametralmente en menos de 4 meses por un virus y que en el corazón del tío Sam, estallaría un movimiento anti-racista como Black Lives Matter tras el asesinato de George Floyd.
Ayer - 11 de julio de 2020 - fuimos partícipes del Acto Internacional de la Fracción Troskista Cuarta Internacional, donde pudimos oír(-nos) a compañerxs de todos los frentes del globo planteando el escenario actual y las problemáticas que seguimos arrastrando. De cómo frenarlas y contra-embestir la seguidilla de violaciones sistemáticas que como clase trabajadora; jóvenes y migrantes hemos sido oprimidxs y subalternadxs por generaciones. Anasse Kazib (Francia) trabajador ferroviario e hijo de padre ferroviario, menciona como compañerxs de APPs móviles pedalean sin cesar para llevar comida a otrxs, desconociendo si ellxs y sus familias comerán ese día. Entonces pienso en los míos, disgregados por el planeta, intentando sobrevivir a lo cotidiano y no perdernos en la corriente. Y en el resto de familias y personas donde cada vez más compartimos realidades precarizadas. Es imposible no sentir rabia, indignación y empatizar porque tenemos más en común de lo que las fronteras nos podrían separar.
La pandemia no hizo más que reflejar, por enésima vez, el núcleo del sistema capitalista y dejar entrever como los muros de material agrietado y obsoleto caen resquebrajados al suelo. El acto de ayer es una radiografía a lo que debemos hacer: imprimir energía y materializarla mediante objetivos con mayor fuerza y alcance para cercenar las raíces del modelo. Los pistones de un motor joven y revolucionario están siendo fogueados a mayor presión y la lucha en la calle es compartida con igualdad contra las injusticias en cada rincón del planeta. No nos convertiremos más en la carne de cañón de la patronal y no dejaremos que otrxs sean el carbón para alimentar la maquinaria capitalista que nos han hecho naturalizar hasta el tuétano.
Entonces si te dijera que el capitalismo puede ser derrocado, organizándonos: ¿me creerás o serás como el Jorge de hace 4 años atrás? Porque hoy, yo soy distinto.