El lado b del endeudamiento derivado de las obras anunciadas por el Gobierno, encuentran a los salarios y a la obra pública en la mira del ajuste. Los fondos que se recortan se trasladan al creciente pago de los intereses de la deuda.
Domingo 6 de junio de 2021 20:10
A partir de un estudio de las cuentas públicas de la provincia de Jujuy desde 2016 hasta 2020 encontramos un resultado alarmante.
Los informes de ahorro-inversión-financiamiento del ministerio de Hacienda indican que como parte del gasto público total, la masa salarial y la inversión real retroceden; mientras crece el peso de los intereses de la deuda pública. O sea, el ajuste sobre los más de 83 mil trabajadores estatales y una menor inversión en obras públicas terminan financiando el pago de los intereses del endeudamiento ejecutado por el Gobernador.
Entre 2016 y 2020 del total del gasto público la masa salarial pasó de representar el 70% al 64%; la inversión real que llegó al 8% (en 2018) al 4% en 2020; mientras los intereses de la deuda pública pasaron del 1% al 6% del gasto total (Cuadro 1).
La deuda pública se multiplicó por seis durante el período analizado sobre todo a partir de la toma de créditos en dólares por parte del Poder Ejecutivo, previa autorización de la Legislatura con el voto de la UCR y el PJ, a los fines de financiar el Parque Solar Cauchari entre otras obras definidas por Gerardo Morales (Cuadro 2).
Volviendo a la cuestión de las y los trabajadores estatales a partir de 2018 la masa salarial crece muy por debajo de la inflación provocando un fuerte recorte del poder de compra de las familias trabajadoras (Cuadro 3). El caso de la docencia entre 2016 y 2020 perdió cerca de un 25% del poder adquisitivo de sus salarios.
El gobierno otorgando paritarias por detrás de la inflación y de la misma evolución de sus ingresos se hace de una masa de fondos que como indicamos antes le permite afrontar el creciente pago de intereses de la deuda contraída. Por ejemplo, la diferencia entre las paritarias otorgadas y las que hubiesen correspondido para equiparar a la inflación en 2018 le permitieron al Estado quedarse con $ 6.158 millones, en 2019 con $ 2.664 millones y en 2020 con $ 4.943 millones.
Por último, este año según el presupuesto votado en diciembre pasado los ingresos del parque solar cauchari aunque no alcanzarían para pagar el conjunto de los vencimientos de la deuda. Aún con los ingresos de la venta de energía, el Estado provincial manteniendo el esquema de ajuste en salarios e inversión, se hace de una caja extra a costa de las y los trabajadores y de las mayorías.
Con esta mecánica financiera Morales logró incluso en el primer año de la pandemia obtener un superávit fiscal de $ 698 millones en 2020, algo histórico puesto que el resultado financiero de la provincia siempre ha sido negativo. Recordemos que el año pasado con una inflación del 39,5 %, las paritarias las firmó por 12 % en noviembre. Por otro lado, este superávit le permite financiar en gran medida las elecciones anticipadas del próximo domingo 27.
Si Morales durante cinco años pudo imponer este esquema de ajuste a las y los trabajadores estatales como vía de financiamiento de sus obras es porque no actuó solo. Le facilitaron su tarea, las direcciones sindicales (en su amplia mayoría ligadas al PJ) aceptando paritarias de miseria sin ofrecer resistencia, como también desde la propia Legislatura el PJ que con su totalidad de legisladores y legisladoras votó los presupuestos. Solo el bloque del FIT siempre votó en contra de esta política de ajuste y endeudamiento.
Como plantea el Frente de Izquierda Unidad hay que frenarlos. Se necesita fortalecer a la izquierda renovando las bancas de la izquierda en la Legislatura y los concejos para darle fuerza a la organización de la clase trabajadora para enfrentar a los gobiernos y sus socios como también a sus direcciones sindicales traidoras. No queda otra.
Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.