Aleksei Gusev es un historiador ruso, especialista en Trotsky y el trotskismo en la URSS en los años ‘20 y ‘30. Conversamos con él, quien está en Moscú, a propósito del 80° aniversario del asesinato de León Trotsky.
Gusev es uno de los especialistas rusos en el trotskismo soviético que venimos publicando en Ideas de Izquierda desde hace unos meses, como ya hicimos con trabajos de Aleksandr Reznik y Aleksandr Fokin. También está a cargo del proyecto de investigación sobre los archivos de los trotskistas de la prisión de Verjneuralsk, en el sur de Rusia, hallados hace dos años, de los cuales también hemos publicado traducciones.
En esta entrevista nos habla de cómo fue crecer en las últimas décadas de existencia de la URSS y acercarse al legado oculto de Trotsky y la Oposición de Izquierda, y cómo hubo un redescubrimiento de su obra a partir del doloroso período de los años ‘90 con la restauración capitalista. Nos acerca también a un panorama mayormente desconocido desde aquí sobre la oposición al estalinismo y la burocracia a lo largo de todo el período de existencia de la URSS, y cómo es vista la figura de Trotsky y se piensa a la revolución en el clima de ideas predominante en la Rusia actual.
Hoy estamos hablando con Aleksei Víktorovich Gusev. Él es profesor en la Universidad Lomonósov de Moscú. Es vicedirector del Departamento de Historia Política y de Historia de los Movimientos políticos.
Perdón Guillermo, no ahora, ahora soy solo profesor, lo fui antes.
Ah, está bien, eso fue antes. Entonces, él es especialista en los movimientos de oposición en la Rusia Soviética en los años ‘20 y comienzos de los ‘30. Es considerado una autoridad mundial en su tema. Escribió su tesis doctoral en 1996, sobre la Oposición trotskista en la Rusia Soviética entre los años ‘20 y los ‘30. Escribió también trabajos y monografías sobre Víctor Serge y Rosa Luxemburg. Es uno de los académicos en Rusia en la actualidad que han escrito sobre la Oposición trotskista y la oposición al estalinismo en general.
Hace poco escuché que estás editando una antología sobre los Centralistas Democráticos, otra de las corrientes de oposición al estalinismo de aquél entonces.
Sí, este es un proyecto en proceso, estamos compilando los documentos y preparando esta antología. Pero va a tomar bastante tiempo, creo que los terminaremos en un par de años.
Junto con Kevin Murphy de EE.UU.
Sí, sí.
Voy a empezar esta conversación con una cuestión biográfica. Naciste y te criaste en la época de la URSS. ¿Cómo era posible tener acceso a documentos sobre la Oposición trotskista, o conocimiento sobre ella o sobre la oposición al estalinismo en general? Supongo que debe haber sido un poco más fácil durante la época de Mijaíl Gorbachov en los ‘80, o tal vez en el período entre la disolución de la URSS y la Rusia post-soviética. ¿Era posible acceder a esos documentos?, ¿cómo fue tu experiencia al respecto?, ¿cómo te interesaste en ese movimiento político?
En los últimos años de la URSS, durante la Perestroika, estaba terminando la escuela y luego fui un estudiante de historia en la Universidad Estatal de Moscú y ese fue un tiempo de grandes cambios en nuestra sociedad y nuestro país. Ese tiempo estuvo lleno de crisis ideológicas en el régimen del Partido Comunista porque esa ideología oficial del marxismo-leninismo había perdido su credibilidad e incluso aquellos que tenían que propagandizarla tampoco creían en ella y se volvieron anticomunistas más tarde. Y la gente empezó a buscar alternativas, políticas y sociales. Estos años de la Perestroika, como resultado de las reformas iniciadas por Gorbachov, fueron de despertar intelectual y social para la gente. Así que esta búsqueda de alternativas llevó a la gente a buscar diferentes modelos. Por caso, la ideología oficial del PCUS a finales de los ‘80 se volcó a figuras como Nikolai Bujarin. Y Bujarin fue visto como un predecesor de la Perestroika, del “socialismo de mercado”, etc. Y al mismo tiempo se empezaron a publicar obras de Trotsky o sobre él, pero Trotsky no encajaba bien con el discurso oficial sobre la Perestroika. Porque Trotsky no solo estaba en contra de Stalin como persona, sino en contra del sistema, de la burocracia dirigente. Y Gorbachov y los líderes de la Perestroika eran productos de esta misma burocracia, no eran compatibles con la figura de Trotsky. Y para nosotros, los jóvenes de ese tiempo, Trotsky era visto como una especie de alternativa, un símbolo de la alternativa, no solo al sistema de la nomenklatura burocrática de Stalin sino también al capitalismo privado, cuya transición comenzó en ese entonces. Así que me interesé en Trotsky y traté de encontrar sus obras.
Se podía acceder a estas sobre todo a través de los documentos de los congresos y conferencias del PCUS. Fueron publicadas oficialmente en los años ‘20, en los ‘40, y luego fueron republicadas bajo Jrushchov cuando fue criticado el “culto a la personalidad”. También hubo publicaciones en los periódicos de los años ‘20 y así encontré las fuentes para mi estudio. Y luego durante mi pasantía en el Instituto de Marxismo-Leninismo en Moscú encontré el Boletín de la Oposición. Y este fue un gran descubrimiento, porque contenía todo, todo lo que podía considerarse como reflejos de las posiciones de Trotsky y la Oposición sobre diferentes problemas.
Y entonces, primero, pude escribir mi tesina de grado, sobre la Oposición en 1923, y luego preparar mi tesis de doctorado sobre la Oposición trotskista a fines de los ‘20 y comienzos de los ‘30. Es decir, el período de clandestinidad y exilio de la Oposición, luego de la expulsión del PCUS. Como tema era completamente desconocido para los académicos. Ya se habían publicado algunas obras, como la de Pierre Broué en Francia, los Cahiers Léon Trotsky, pero estaban basadas en los archivos de Trotsky en el extranjero, no en la URSS. Mi obra está basada principalmente en fuentes de archivos de Moscú, como por ejemplo los del Comité Central del PCUS. Así que esa fue mi génesis como especialista en Trotsky y la Oposición.
¿En esa época hubo otros académicos interesados en la historia de la Oposición como en tu caso? Por ejemplo, de lo que conozco pienso en Vadim Rogovin, quien fue publicado aquí en Occidente, hasta donde sé, principalmente en alemán y en menor medida en inglés. Aquí se conoce poco los que publicaban los académicos rusos. ¿Qué estaban escribiendo en ese entonces los rusos, había más que estuvieran interesados en la Oposición?
Bueno, es interesante cómo cambió en nuestro país la concepción respecto a la historia de Trotsky y de la Oposición, de los biógrafos. Bajo Stalin, como sabes, Trotsky fue considerado como la encarnación del mal, como una especie de Anticristo, como la raíz de todo lo malo, el demonio, etc. Stalin ya en 1931 escribió que Trotsky y la Oposición eran la vanguardia de la contrarrevolución. Y después de Stalin, en los períodos de Jrushchov y Brezhnev hubo un replanteo oficial de este concepto y entonces la Oposición trotskista dejó de ser la vanguardia y pasó a ser la retaguardia de la reacción. Y hubo un libro escrito por Mijaíl Basmánov, un historiador oficial, que llevaba el título de En el vagón de equipaje de la reacción. Como ves, hay diferentes enfoques.
Durante la Perestroika, por supuesto, durante la rehabilitación de las víctimas del estalinismo. Trotsky fue reconocido, no como un enemigo del pueblo y del poder soviético sino como uno de los líderes de la Revolución bolchevique de 1917. Pero, irónicamente, de demonio de la contrarrevolución pasó a ser el demonio de la revolución. El general Dmitri Volkogónov, quien fue uno de los ideólogos de la Perestroika de Gorbachov, escribió un artículo y luego un libro sobre Trotsky donde introduce esta caracterización: “demonio de la revolución”. Esta fue muy bien recibida por la prensa y los medios y es utilizada ampliamente hasta hoy. Entonces Trotsky se volvió el símbolo de “la revolución por la revolución misma”, es decir, como experimentos revolucionarios, violencia, caos, etc, etc. Y esto se volvió una concepción oficial.
Pero, al mismo tiempo, a finales de los ‘80 y comienzos de los ‘90, especialmente a partir de 1990, la obra de historiadores disidentes rusos y ucranianos dedicada a Trotsky comenzó a aparecer. Uno de los primeros historiadores vivos que se volcaron a esta problemática fue el profesor Víktor Danílov. Él fue uno de los principales especialistas rusos en historia agraria. Estudió la colectivización, la agricultura colectiva, etc. Y escribió un artículo en 1990, en una de las pequeñas revistas que había, que se llamó “Estamos empezando a entender a Trotsky”, allí atacaba algunos mitos historiográficos, como el de que Trotsky fue un predecesor de Stalin, que fue un maniático que quería prender fuego a Rusia, etc, etc. Ese fue un artículo corto. Luego vinieron otros historiadores con mucha autoridad, como Vitali Startsev, Aleksandr Pantsov, A. Podshchekoldin, quienes publicaron distintos artículos sobre aspectos de Trotsky y la Oposición, etc. Esto fue a comienzos de los ‘90. Yo también fui parte de un comité internacional para estudiar el legado de Trotsky, que fue organizado por un grupo de académicos rusos que simpatizaban con la izquierda, como el profesor Mijaíl Voéikov del Instituto de Economía y otros, y también por colegas y trotskistas de EE. UU. que estaban entusiasmados con esta investigación. Y organizamos varias conferencias dedicadas a la Oposición trotskista, y publicamos un libro en 1996, del cual fui editor junto a Mijaíl Voéikov, llamado El legado de León Trotsky. Su historia y relevancia contemporánea. Este fue uno de los primeros libros dedicados a Trotsky en la época post-soviética.
También, por supuesto, debemos tener en cuenta la contribución del Dr. Vadim Rogovin. Rogovin no era un historiador profesional, era sociólogo, y trabajaba en el Instituto de Sociología, y tampoco en realidad utilizó mucho material de archivo. Sus libros son más bien del tipo de “publicismo histórico”. Así que más bien se trata de análisis pero sin introducir nuevas fuentes. Pero su contribución fue la de reunir y resumir todo el material publicado sobre Trotsky. Él escribió sus libros en los ’90 hasta su muerte, en 1998. Fueron siete tomos sobre la historia de la Oposición desde 1923 hasta la muerte de Trotsky en 1940. Así que estas son obras muy importantes como introducción al tema. Por supuesto que tienen esta debilidad de no utilizar mucho material, y también lo que considero que es un elogio acrítico a Trotsky, sobre todo respecto a las ideas de Trotsky sobre la modernización, esa unilateralidad. Pero, sin embargo, les recomiendo a mis estudiantes que lean estos libros.
Y luego, desde el año 2000 en adelante, apareció lo que considero como la historia más importante de dos académicos rusos, que ahora viven en EE. UU. Son Georgi Chernyavski y Yuri Felshtinski. En 2012 ellos publicaron tres volúmenes de una biografía sobre Trotsky. El primer volumen fue Trotsky revolucionario, el segundo Trotsky bolchevique… ¡Ah, perdón son cuatro volúmenes! El tercero es Trotsky bolchevique, y el cuarto Enemigo N.°1. Ellos también usan varias fuentes y materiales interesantes, pero principalmente de archivos de EE. UU., como los de Harvard y Stanford,no muchos materiales de los archivos rusos. Y, por supuesto, estos autores también tienen su sesgo ideológico, desde la postura inversa a la de Rogovin, desde un punto de vista liberal. Esa es su debilidad y no son muy objetivos.
Y hay otros investigadores más jóvenes que trabajan ahora en este campo. Puedo mencionar a Aleksandr Reznik, quien defendió su tesis de doctorado y escribió un libro sobre este período, Trotsky y sus camaradas era su título. Habla de la Oposición en 1923 y varios aspectos de esta discusión, que marcó el nacimiento de la Oposición de Izquierda. También Vladislav Shabálin, un colega de Perm, escribió un libro pequeño muy interesante sobre la Oposición en los Urales, porque él vive en los Urales, y usó archivos y materiales locales Es muy interesante. Sobre la Oposición en los Urales desde 1927 hasta comienzos de los ‘30.
También está Mijaíl Voéikov, a quien ya mencioné. Él pertenece a la generación más grande, pero aún sigue escribiendo sobre el tema. Él analiza a Trotsky principalmente desde el punto de vista económico, porque es economista y dirige el Departamento de Economía Política del Instituto de Economía de la Academia Rusa de Ciencias, así que se concentra en los puntos de vista económicos de Trotsky.
Y también hay varios jóvenes, estudiantes y ex estudiantes de doctorado, como Dmitri Apálkov de la Universidad Estatal de Moscú. Es un colega que acaba de defender su tesis sobre el desarrollo de las luchas internas del PCUS en los ‘20 y los ‘30, y que también dedica una gran parte de su investigación a la Oposición Comunista de Izquierda. Pero debo admitir que no mucha gente está trabajando en este campo. No es un campo muy popular.
Como ves, la historiografía refleja el clima ideológico que hay en la sociedad y en lo que llamamos el orden social de las autoridades. Ahora el discurso oficial en Rusia es conservador, y el partido gobernante en Rusia, Rusia Unida, es oficialmente un partido conservador, así que tienden a reivindicar lo que hizo gente como Pyotr Stolypin [1], etc., y para nada a gente como Trotsky.
Y la serie sobre Trotsky es como una especie de reflejo de este clima ideológico, la serie que se emitió en Rusia en el Canal 1 de TV y aquí en Occidente por Netflix, ¿no?
Sí, es interesante por cómo han cambiado las actitudes oficiales respecto a Trotsky y la Oposición. Desde 1990 hemos tenido dos relatos diferentes al respecto. Uno liberal, y otro nacionalista ruso de derecha, conservador. Para los liberales él fue un “ultrarrevolucionario”, enemigo de la democracia, etc. Para los nacionalistas, fue un cosmopolita, un comisario judío…
¡Un comisario judío gobernando Rusia! Eso es un anatema completo.
Sí, lo de “comisario judío” ya de por sí es muy malo. Pero Putin de alguna manera combinó ambos relatos. Trotsky es visto como la encarnación de fuerzas que son hostiles a Rusia, hostiles a un gran Estado ruso, porque el relato oficial es que… la idea o ideología básica del putinismo es la continuidad básica de la tradición y la estatalidad rusas, desde los antiguos príncipes rusos hasta Putin, de hecho. Y una valoración positiva de Stalin, Iván el Terrible, de los zares y de los secretarios generales del PCUS. Con una gran ruptura en esta continuidad. La revolución, que fue algo malo. Lo que estaba antes y lo que vino después está bien. Y Trotsky es el símbolo de la revolución. Y entonces, en la época soviética, Trotsky era considerado un enemigo de la revolución, y fue atacado por eso. Y ahora es una figura destacada de la revolución, y también es atacado por eso. ¿Viste esta serie, Trotsky, que está en Netflix?
Sí, la vi.
Entonces entiendes a qué me refiero. Trotsky es el que verdaderamente hace la revolución, no Lenin. Lenin es una figura secundaria.
De alguna manera encaja en el relato de que “los judíos son los que verdaderamente hicieron la revolución”.
No, en esta serie creo que no hay un tono tan directamente antisemita. Pero, por supuesto… “sapienti sat” [a buen entendedor, pocas palabras]. ¿Por qué Trotsky se volvió tan desarraigado y cosmopolita, y no le gustaba Rusia? Bueno, porque todo eso ya estaba ahí. Y esta es la lógica de la gente que ve este tipo de películas y otras similares.
Pero también podríamos hablar de otras películas que se emiten en la TV rusa, como “Secretos de la revolución mundial” o “La llave de oro de la revolución mundial”. Estas explotan el mito de que todas las revoluciones están hechas por los servicios de inteligencia extranjeros, por agentes extranjeros, etc. Esto por supuesto está politizado. Porque para el régimen actual, el miedo a la revolución, el miedo a un movimiento democrático es muy real. Y ven a los movimientos democráticos revolucionarios en los otros países del espacio ex soviético, y tienen miedo de que lo mismo pase en Rusia. Entonces tienen que demonizar la concepción misma de revolución.“La revolución es trotskismo. El trotskismo es algo malo”. La revolución y el trotskismo son subvencionados por bancos y gobiernos extranjeros, por agentes extranjeros, etc. Y uno ve esta serie sobre Trotsky que mencionaste, y ahí aparece la figura de Parvus [2]. Y allí Parvus es el que manipula en realidad a los revolucionarios, eso es completamente fantasioso. Parvus trabaja para los japoneses, para los alemanes, ya en la revolución de 1905. Lo cual es una cosa completamente fantasiosa, una invención imposible. Parvus es el que “compra” el mandato de Trotsky como delegado para el 2.° Congreso del Partido Socialdemócrata Ruso. Algo completamente descabellado.
Así que esta concepción de una interferencia extranjera es muy importante. Y esta aparece afirmada más explícitamente en los supuestos “documentales”. Todos estos que ya mencioné, “Secretos de la revolución mundial”, “La llave de oro de la revolución mundial”, supuestos documentales, están hechos para que la gente realmente piense que todo eso fue real. Y están producidos por grupos de gente monárquicos declarados. Por directores y productores como Elena Chavchavadze y algunos otros, que creen que el Zar fue asesinado por una especie de “conspiración judía” y cosas así. Todo esto es propaganda inventada oficialmente ahora en Rusia, y la serie sobre Trotsky, de hecho, no es la peor.
Cuando estuve en Moscú, en 2017, visité el VDNJ, el viejo parque soviético, y vi allí un museo de historia multimedia dedicado a la historia de Rusia, y noté que prácticamente no había mención a la historia de Rusia en el siglo XX, con la excepción de algunos generales del Ejército Blanco. Hasta donde pude ver, ni siquiera había una mención a Stalin. Hasta habían borrado la revolución completamente.
Pero ahora en esa exhibición, que se llama Parque “Rusia, mi historia”, le han dedicado un tercio al período soviético. La concepción que tiene es que la revolución fue mala, los comisarios eran judíos, pero que después vino el bueno de Stalin, fusiló a todos estos judíos, y recreó el más grande imperio ruso bajo el manto de la “bandera roja”. En resumen, esa es la visión que ofrecen. Y todo esto está organizado por un sacerdote ortodoxo llamado Tijon Shevkunov, quien es el padre espiritual de Putin, y es el que escribió todo este proyecto sobre la historia rusa. Y en esta exhibición, Trotsky por supuesto es el mal e incluso llegan a usar citas falsas de Trotsky. Sí, despliegan estas citas en las paredes. Algunas de ellas son falsas. Y también esta circulación de citas falsas de Trotsky es típica en Rusia, circulan en internet, en las publicaciones, etc. Cosas del tipo “Nosotros los judíos queríamos subyugar a Rusia”, etc. Referencias falsas a periódicos comunistas. Y los historiadores serios saben que todo esto es falso. Pero, no obstante, estas falsificaciones continúan reproduciéndose.
Bien. Y, ¿qué nos podrías contar de las investigaciones actuales sobre la Oposición de Izquierda? Por ejemplo, nosotros hemos traducido y publicado en nuestro semanario trabajos de Aleksandr Fokin sobre los cuadernos de los trotskistas de Verjneuralsk, en el sur de Rusia, que fueron encontrados por casualidad dentro de una prisión allí, creo que hace unos tres años, y Fokin está digitalizando esos cuadernos en los archivos de la prisión y subiéndolos a internet. ¿Qué sabes de esta investigación?
De hecho estoy a cargo del grupo de historiadores que se dedica a esta tarea, y Aleksandr Fokin es parte de este colectivo. Antes que nada, estamos trabajando en producir una colección de estos documentos para subirlos a la web, y estamos planeando hacer esto para el fin de este año, y luego vamos a publicarlos en forma impresa, pero estamos viendo diferentes vías prácticas de hacerlo. Primero, digitalizamos alrededor de 30 documentos, los llamados Cuadernos del Aislador Político de Verjneuralsk (Altos Urales). Como dijiste, estos documentos fueron hallados en 2018, durante los trabajos de reparación en la prisión de Verjneuralsk, un pequeño pueblo en los Montes Urales, donde había una prisión política a fines de los ’20 y comienzos de los ’30, en la que había diversos enemigos políticos del régimen, como por ejemplo socialistas, anarquistas, nacionalistas y, también, la parte más grande de los prisioneros eran comunistas de distintas tendencias. Había trotskistas, centralistas democráticos [3], del Grupo Obrero, es decir, los comunistas de izquierda [4]. Este descubrimiento contiene documentos producidos por una de las fracciones de los trotskistas, porque también tenían diferentes fracciones que peleaban entre sí, típico de los trotskistas. Y esta fracción producía la revista llamada “El bolchevique-leninista”, del cual se había perdido el archivo. Y nosotros encontramos ese archivo. Y estamos trabajando con este material. Muy interesante. Y, de hecho, publiqué un artículo dedicado a la actitud de la Oposición respecto a la colectivización, que creo que tradujiste y que estaba basado en parte en estos documentos. Y, en este punto en particular, vemos que la crítica de los trotskistas hacia la política estalinista era mucho más aguda que la del propio Trotsky. Porque Trotsky la consideraba contradictoria, por un lado reaccionaria, por el otro progresiva. Este grupo de trotskistas atacaba sin dudar a la política estalinista como un crimen contra los obreros, contra los campesinos y llamaban a todo tipo de resistencia contra el estalinismo, sin excluir la resistencia armada, y esto era a comienzos de los ‘30, y creo que incluso era una posición mucho más radical que la de Martemián Ryutin y su Unión de Marxistas-Leninistas [5], que eran mucho más conocidos, mucho más conocidos en Rusia, la antigua Oposición de Derecha. Entonces podemos ver en estos documentos que las actitudes trotskistas respecto al desarrollo del sistema político en la URSS, la discusión sobre si quedaba algún tipo de remanente de la dictadura del proletariado en la URSS. Qué clase de régimen político había, cuál debía ser la actitud de la Oposición frente a los levantamientos obreros y campesinos, como, por ejemplo la manifestación obrera en Ivánovo que fue ametrallada por la policía estalinista, etc. Y también su actitud frente a problemas teóricos. Ellos debatían la concepción de la revolución permanente y sus implicancias contemporáneas, problemas del movimiento obrero internacional, la política de la Internacional Comunista y hacia el ascenso de Hitler al poder. Esta parte de los documentos también fue publicada por Fokin.
Así que todo esto es realmente muy interesante. Creo que la publicación de estos documentos junto con nuestros comentarios y biografías de los autores serán un aporte importante a la historiografía sobre el problema.
Cuando leí los documentos por primera vez me asombró cómo estos grupos aislados podían acceder a evaluar la situación internacional, a intercambiar información entre los distintos grupos. ¿Cómo pudieron hacer todo esto, cómo lo lograron? Realmente me asombró.
Es que esto era a comienzos de los ‘30, todavía no era el Gulag de 1937. Los campos de exterminio donde la gente moría por miles y centenares de miles. Esto era un aislador político para presos políticos. Hasta mediados de los ‘30, los presos políticos en la URSS tenían un estatus especial, y no estaban mezclados con los delincuentes comunes ni con los que enviaban a construir canales, etc. Pero los mantenían en estas prisiones políticas especiales en condiciones relativamente libres. Relativamente por supuesto, porque a veces los golpeaban, los allanaban, etc. Pero podían escribir, podían producir revistas manuscritas, programas, podían discutir, encontrarse en los patios de la prisión, durante sus caminatas. Dos veces por día podían salir a caminar y discutir. Entonces era muy interesante, porque se trataba de pequeñas islas de libertad en un país que no era libre. Y esto lo cuenta Ante Ciliga en sus memorias, el comunista yugoslavo que también estuvo en estas prisiones. Cuando él llegó estaba conmovido, cómo podía ser que hubiera este parlamento de Rusia en miniatura tras las rejas. ¿Era un milagro, un espejismo, o un manicomio? Pero esto existió hasta mediados de los ‘30.
Pero luego del asesinato de Kírov, por supuesto toda esta libertad relativa se acabó y los presos políticos de la oposición comunista primero fueron enviados al Gulag, y luego casi todos fueron asesinados, fusilados. Ahora estoy preparando un artículo sobre el destino de algunos de estos presos de la Oposición comunista, y encontré que el 98% de esta gente fue fusilada durante el período del Gran Terror, y solo muy poca gente sobrevivió, por casualidad. Porque Stalin tenía la misma actitud hacia los trotskistas que la que tenía Hitler hacia los judíos. Stalin ordenó una “solución final”: todo el mundo debía ser asesinado. Y los mataron con ametralladoras, entre 200 y 300 por día, en Kolymá y Vorkutá. Esta fue la tragedia que terminó con la vida de esta gente.
¿Hasta cuándo pudo sobrevivir la Oposición en los campos, supongo, hasta los años ‘40 o ‘50? ¿Quedaba alguna huella de la Oposición en los años ‘40?
Solo muy poca gente sin ninguna comunicación entre sí. Como corriente política fue exterminada por completo. Algunos de los antiguos oposicionistas, durante la Segunda Guerra Mundial, tuvieron la oportunidad de escapar de la URSS y fueron al extranjero. Algunos de ellos, por caso, en EE. UU. y en Francia escribieron sus memorias, contaron cosas muy interesantes. Aquellos que permanecieron en la URSS, por ejemplo, Isaak Dashkovski, quien fue uno de los dirigentes de los centralistas democráticos, sobrevivió y en los años ’50 les escribió a dirigentes del PCUS, al diario Pravda, cartas exigiendo la rehabilitación de los líderes de la Oposición. Pero mucha gente, después de décadas de Gulag no podía hacer ningún tipo de trabajo político.
Gente más joven que también había participado de la Oposición, luego participaron en algún tipo de movimientos disidentes. Como A. Zimín, cuyo nombre real era Elkon Leikin, quien escribió obras muy interesantes sobre la naturaleza del Partido Comunista y de los regímenes políticos, publicados en idioma ruso en Francia. Este manuscrito fue enviado al exterior y publicado allí, como En los orígenes del estalinismo y Estalinismo y neoestalinismo. No sé si estas obras son conocidas en tu país o en el exterior.
No, la verdad que no.
Él era muy joven y era parte de la Oposición, pero luego se volvió una especie de disidente socialista. Lo mismo Mijaíl Bailtalski, quien escribió memorias muy interesantes.
Y por supuesto tenemos que mencionar a Varlam Shalámov. Él fue parte de la Oposición trotskista, fue apresado por la GPU cuando repartía folletos oposicionistas y enviado a los campos, y solo salió de los campos en los años ‘50 y se convirtió en uno de los más grandes escritores rusos del siglo XX. Sus escritos sobre los campos son mucho más poderosos que los de Solzhenitsyn, pero es menos conocido, siendo que merecería serlo más. Pero no continuó con ningún tipo de actividad política.
Varios otros repensaron sus concepciones y algunos de ellos se pasaron a la socialdemocracia y otros solo participaron en el movimiento democrático. Algunos participaron en movimientos judíos, etc. Pero de vuelta, esto solo fue poca gente, muy poca gente.
En el movimiento clandestino, entre los escritos de oposición como los del Samizdat, ¿siguió existiendo alguna relación con la antigua Oposición trotskista o con sus ideas, por caso, entre los años ‘60 y ‘70?
No hubo una relación de continuidad directa. Como dije, estaban estas obras de Zimín, que creo que fueron publicadas en Francia por la editorial trotskista Slovo y fueron distribuidas como Samizdat. También hubo memorias, como las de Boyárchikov y algunos otros oposicionistas, que también fueron publicadas como Samizdat y republicadas en inglés por George Saunders como “Voces de la Oposición de Izquierda”, creo que a fines de los ‘70, una colección muy interesante.
Pero, por supuesto se puede ver una influencia indirecta en los movimientos disidentes de los ‘50 y ‘60. Hasta mediados de los ‘60, el movimiento disidente en la URSS era principalmente socialista, comunista. Estaban por el verdadero leninismo contra el estalinismo, las traiciones, etc. Solo desde mediados de los ‘60 se volvió predominante el movimiento democrático-liberal y de derechos humanos, especialmente después de la crisis de Checoslovaquia, cuando los sueños de un socialismo con rostro humano se debilitaron.
También estaban los hermanos Medvédev, que publicaban una revista política. No eran trotskistas, eran críticos de Trotsky, más bien simpatizaban con Bujarin. Pero ellos también contribuyeron a mantener la memoria de la Oposición y de Trotsky.
Y el movimiento trotskista en la URSS solo comenzó a reaparecer a comienzos de los ‘90, De hecho, en 1990 hubo el primer encuentro abierto de trotskistas en Moscú en el Hotel Sputnik. Así que ahora, por estos días van a ser… 30 años, fue en agosto de 1990, cuando trotskistas de EE. UU., Alemania, y principalmente Gran Bretaña llegaron a Moscú, con pequeños panfletos y republicaron las obras de Trotsky y el Boletín de la Oposición en Rusia y se reunieron con jóvenes activistas de los movimientos disidentes. Esto dio impulso a la creación de los primeros grupos trotskistas. Y entre los años ’30 y 1990, no hubo nada…
Guau, demasiado tiempo… Bueno, gracias por conversar con nosotros. Ha sido una grata charla, muy interesante, sobre muchas cosas que aquí en Occidente no conocemos, sobre las investigaciones alrededor de la Oposición y sobre los trotskistas en Rusia. Y estamos esperando con ansiedad que aparezcan tus artículos y toda la producción sobre este tema para seguir publicándolos y traduciéndolos para un auditorio occidental, principalmente para un auditorio en español, pero también en inglés y otros idiomas, aquí en nuestra revista.
Gracias Guillermo, por esta entrevista y por hacer conocida nuestra investigación y nuestro trabajo para un auditorio internacional, y espero que continuemos nuestra cooperación.
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