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Red Internacional
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Europa. Alemania expulsará a los refugiados afganos para darle lugar a los ucranianos

Las autoridades desplazan a los refugiados afganos ante la creciente llegada de ucranianos. Una muestra más del racismo imperial.

La Izquierda Diario

La Izquierda Diario @izquierdadiario

Lunes 25 de abril de 2022 20:41

"Sin preguntas, sin negociación, simplemente debía ’salir dentro de las próximas 24 horas’", escribe Foreing Policy citando el relato de Parwana Amiri y subrayando que, como ella, hay cientos de afganos en toda Alemania en la misma situación.

El Departamento de Integración, Trabajo y Servicios Sociales del Senado de Berlín tomó la decisión de desplazar de los hogares para refugiados a los afganos que habían llegado a la ciudad, muchos luego de que el talibán tomará el gobierno de Afganistán, para que esos lugares sean ocupados por refugiados ucranianos.

El argumento de las autoridades estaría "basada en consideraciones operacionalmente necesarias y difíciles", lo que no impide imponer la brutal medida.

Según dijo con gran cinismo Stefan Strauss, jefe del departamento de prensa berlinés, las autoridades "lamentaban" que "esto haya causado dificultades adicionales a las familias afganas [y que] las personas afectadas hayan tenido que mudarse de su entorno familiar y ahora posiblemente tengan que mantenerse al día con sus conexiones sociales con gran dificultad”.

Strauss aseguró que a los afganos desalojados se les dio otro alojamiento "permanente" de calidad equivalente, excluyendo baños y cocinas compartidos. Pero la realidad no siempre coincide con la declaraciones oficiales.

Parwana Amiri, una activista social y refugiado afgano de 33 años, relató al sitio Foreign Policy que junto a su familia ya se han mudado dos veces desde su desalojo en marzo y ahora viven en un antiguo hotel en Reinickendorf, en las afueras del norte de Berlín, que se anuncia como un refugio temporal para personas “sin hogar”.

Una publicación de Facebook redactada por la oficina del distrito de Reinickendorf decía que “asegurar un alojamiento permanente no es el objetivo” en relación al alojamiento, dos pequeñas habitaciones con una cocina compartida, que habita Amiri.

El nuevo lugar donde fue enviada Amiri y su familia no es barato, algo que quedó claro cuando mostró una carta que detalla cuánto está pagando el gobierno alemán por las dos habitaciones pequeñas y la cocina compartida: 37 euros la noche por persona, o unos 4.500 euros al mes, una suma altísima incluso para la costosa capital.

Tampoco está claro cuánto tiempo pueden quedarse. La primera residencia de la familia, cuando llegaron a Alemania, era de ellos hasta que pudieran encontrar su propio apartamento (difícil en la superpoblada capital) mientras que en el nuevo refugio podrán estar hasta finales de julio.

Según Foreign Policy la primera residencia de donde Amiri y su familia fueron desalojados, para dar el lugar a los refugiados ucranianos, estaba vacía y desierta cuando los periodistas la visitaron en abril, semanas después de que varias familias fueran expulsadas. Varios de los trabajadores sociales presentes en el lugar expresaron su frustración por el trato del gobierno a los afganos, así como a otros refugiados del Medio Oriente y África del Norte.

Cuando los talibanes tomaron la capital afgana en agosto pasado, Alemania sacó a unas 5.000 personas, la mayoría afganas. “Desde entonces, el gobierno alemán evacuó a unas 4000 personas y nosotros gestionamos otras 3000”, dijo Theresa Breuer, cofundadora de la organización sin fines de lucro Kabul Luftbrücke. Eso eleva el número total de afganos que llegaron a Alemania a aproximadamente 12.000.

Alemania fue parte de las potencias imperialistas que invadieron Afganistán, comandadas por Estados Unidos bajo el relato de la "lucha contra el terrorismo". La invasión se extendió durante 20 años, desde el 2001, y terminó con la huida de los estadounidenses y sus aliados ante el avance talibán.

Desde el comienzo de la invasión rusa en Ucrania, Alemania ha registrado al menos 316000 ucranianos que huyen de la guerra. Berlín, en el este del país cerca de la frontera con Polonia, es el primer punto de llegada para muchos y hasta ahora ha registrado 60000 recién llegados.

La brutal medida de las autoridades de Berlín no es la primera que expone el racismo institucional. Un video en redes sociales había mostrado como en Alemania, más allá de las palabras, no todos los refugiados eran recibidos por igual. En el video se ve como una joven, que es parte de un grupo de ayuda a los refugiados, denuncia que la policía alemana tiene la orden de separar a los refugiados "ucranianos" de "las personas negras" que llegan en tren desde Polonia.

Las autoridades alemanas justifican la medida contra los refugiados afganos diciendo que no tienen recursos para hacer frente a la situación, mientras el Gobierno alemán gasta millones de euros en el envió de armas a Ucrania.

En febrero, el canciller alemán Olaf Scholz anunció 100.000 millones de euros de gasto en defensa alemana como parte de un fondo especial para equipar mejor a la Bundeswehr [FF.AA. de Alemania,], casi el doble de todo lo que recibió en todo el año 2021. Más significativo aún, anunció que Alemania gastará ahora "muy por encima" del 2 % del producto interior bruto fijado por la OTAN como objetivo de gasto para sus miembros, y seguirá haciéndolo cada año. Dicho de otra manera, un gasto militar muy por encima del Reino Unido y Francia en términos absolutos.

Millones de euros para el rearme militarista imperial, mientras faltan los recursos para dar respuesta a los refugiados de un país que Alemania invadió.