En estas elecciones de estudiantes al Senado Universitario, y con Amanda Baeza como candidata, desde Vencer seremos una voz que cuestione el autoritarismo y el gobierno universitario desde sus cimientos. Debatiremos ideas sobre el proyecto de universidad, país y sociedad que hay que poner sobre la mesa y defenderemos las demandas históricas del movimiento estudiantil y del pueblo trabajador contra el sistema capitalista y neoliberal que afecta a nuestra educación, como a todo el resto de la vida.
Miércoles 21 de agosto
El senado universitario es un “órgano superior” dentro de la universidad que fue creado por las autoridades en una reforma el año 2006, como desvío de las movilizaciones del año 1997 donde miles de estudiantes cuestionaban la herencia de la dictadura en materia de educación por leyes impulsadas desde la ex-concertación que mantuvieron cerradas las puertas de las universidades a los sectores populares manteniendo privatizado su acceso con el autofinanciamiento y las pruebas de selección.
Este organismo fue creado para dar un carácter más “democrático” a la universidad, pero en este Senado los representantes no son equivalentes a lo que es cada estamento pues los académicos tiene 27 puestos, siendo estos minoría dentro de la universidad. Los estudiantes tenemos 7 puestos y los funcionarios solamente 2. Esta institución, entre otras funciones, es encargada de ratificar el presupuesto anual y puede proponer leyes dentro de la universidad.
Las movilizaciones que cuestionaron el autoritarismo universitario
Es importante considerar que el primer semestre del año 2024 fue de movilizaciones, la mayoría de las facultades se encontraban en paros o tomas, algunas en solidaridad con Palestina contra el genocidio, otras en apoyo a Yolanda Galaz y por demandas locales. Es un hecho que, miles de estudiantes junto a académicxs y funcionarios apoyaron estas iniciativas como la toma de Artes Centro (que duró 75 días aprox) o el acampe en Casa Central por la ruptura de convenios con universidades Israelíes (cómplices de genocidio) que duró 2 meses. Pero hubo un límite del cual fuimos testigos quienes formamos parte de las movilizaciones: El autoritarismo universitario.
En todos los casos las demandas tenían una clara solución: Que la comunidad universitaria decida. En esta dirección, el acampe por Palestina propuso un plebiscito triestamental para decidir si se mantenían o no los convenios con universidades de Israel.
El autorismo se impone como un mecanismo para reprimir movilizaciones y perpetuar una universidad que reproduce las desigualdades y las contradicciones sociales. Estudiantes, funcionarios y un sector de académicos se levantan para conquistar una universidad diferente: por la ruptura de los lazos con las universidades de Israel que perpetúan el genocidsio, por mejores condiciones laborales y de estudio, en definitiva, por el fortalecimiento de una universidad verdaderamente pública.
La crisis de la Universidad de Chile es la crisis de la Universidad Pública
Las condiciones laborales de funcionarios son exclusiva responsabilidad de las autoridades, esto denunciaban compañerxs movilizados de Yolanda Galaz, trabajadora que perdió parte de su dedo por condiciones de trabajo precarias, pero la demanda de los trabajadores no quedaba ahí, proponían el sumario administrativo del director económico de la facultad de artes, un proceso reglamentado en los estatutos de la universidad y en el estatuto administrativo, pero al que rectoría, al igual que con el plebiscito en defensa del pueblo Palestino, se negó rotundamente.
Además, los problemas de infraestructura revelan una realidad que las autoridades, los intelectuales y académicos al servicio de la burguesía y dedicados a criminalizar las movilizaciones no quieren mostrar: El sistema de autofinanciamiento está precarizando a niveles horrorosos las universidades en Chile, por lo cual, necesitamos financiamiento integral que asegure acaba con sueldos de miseria para sus funcionarios, prevenir accidentes laborales, mejorar la infraestructura peligrosa para la comunidad, eliminar las condiciones insalubres. Esta inyección de dinero debe venir del Estado a tavés del impuesto progresivo a las grandes fortunas y la nacionalización bajo gestión de los tabajadores y profesionales de los recursos naturales como el cobre o el litio.
La pelea contra el autoritarismo universitario es clave para fortalecer la educación pública y que las demandas de los diferentes estamentos se hagan realidad.
Decimos: basta de monarcas que gobiernen la Universidad de Chile, en estas elecciones del Senado Universitario nos presentamos para pelear por un nuevo gobierno universitario al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo pobre.
Es necesario un fuerte cuestionamiento al entramado institucional actual para que se hagan realidad propuestas tan importantes como la que plantean los funcionarios por mejores condiciones laborales, para que nunca más un trabajador pierda el dedo por un accidente laboral o sea asesinado camino a su trabajo por no contar en horas complejas con buses de acercamiento como el caso de Margarita Ancacoy.
También, para decidir de manera democrática si mantener o no convenios con universidades cómplices de genocidio. Hasta ahora Rosa Devés Alessandri, preside los dos órganos superiores de la institución (el consejo y el senado universitario) como una verdadera monarca. El Senado universitario es parte del engranaje autoritario para preservar una universidad que se está cayendo a pedazos.
En estas elecciones de estudiantes al Senado Universitario, desde Vencer seremos una voz que cuestione estas estructuras de poder desde sus cimientos. Debatiremos ideas sobre el proyecto de universidad, país y sociedad que hay que poner sobre la mesa y defenderemos las demandas históricas del movimiento estudiantil y del pueblo trabajador contra el sistema capitalista y neoliberal que afecta a nuestra educación, como a todo el resto de la vida.
Avanzar a un movimiento antiimperialista por una universidad abierta al pueblo trabajador: Amanda Baeza al Senado Universitario
Pensamos una universidad abierta al pueblo trabajador, donde su funcionamiento no esté al servicio de enriquecer a un puñado de capitalistas sino a desarrollar las ciencias, las humanidades, las artes y las distintas disciplinas. Una educación gratuita 100% financiada por el Estado con aportes basales, con acceso irrestricto y un programa nacional de educación sexual integral en todos los niveles, van en esta perspectiva.
La principal contradicción de las universidades en la sociedad burguesa es formar personas “capacitadas” para la inserción en la economía capitalista, cuya producción está destinada a llenar los bolsillos de unos pocos, pregonando los valores ilustrados de la libertad, la fraternidad y la igualdad, cuando las grandes mayorías están privadas de derechos sociales básicos como la salud, la educación y la vivienda.
Estos son los intereses que mantienen intactos al alero de una institución que para esos fines funciona bajo una lógica de monarquía constitucional. Es preciso avanzar a una universidad donde la comunidad decida.
Nuestra propuesta es cogobierno triestamental proporcional a cada estamento, es decir, que el gobierno de la universidad descanse en trabajadores y estudiantes y no en un monarca de turno. Que los cargos unipersonales sean electos por votación universal y que cada persona valga un voto.
Esta lucha es parte del proyecto que buscamos levantar con la construcción de una corriente política anticapitalista y revolucionaria como Vencer y con la candidatura de nuestra compañera Amanda Baeza.