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Red Internacional
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Entrevistas. Ana Natalucci: “Los asesinatos de Darío y Maxi fueron un parteaguas para toda una generación militante”

Ana Natalucci es Licenciada en Comunicación Social y Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora del CONICET donde trabaja temas de movilización social, trabajo, sindicatos, economía popular y género. Directora del Observatorio de Protesta Social (CITRA/UMET).

Viernes 24 de junio de 2022 00:00

¿Cuál es tu lectura sobre aquel 26 de Junio de 2002? ¿Por qué el Gobierno mandó a reprimir?

Respecto del significado del 26 de Junio, me parece que fue una represión que cuando uno mira desde ese 19 y 20 de diciembre hasta ese 26 de junio se observa una profundización de la política represiva del gobierno nacional entonces encabezado por Eduardo Duhalde. Esa represión tiene que ver con un proceso de movilización altísimo, no sólo de los sectores populares sino también de una profunda alianza entre sectores populares y sectores medios. En este sentido, la represión de ese día, en el puente, es una escalada de una represión que ya venía pero también como un fuerte disciplinamiento a los sectores populares y medios, que seguían movilizándose a 6 meses del 2001.

Después de 20 años, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki permanecen en la memoria popular. ¿Por qué te parece que sucede?

Darío y Maxi siguen en la memoria popular. Para toda una generación militante fue un parteaguas, fue como un corte. De hecho, la movilización del día siguiente, del 27 de junio, fue multitudinaria. Yo vivía en Córdoba en ese momento y la movilización del 26 no fue muy grande pero sí la del 27 en repudio a la represión. De hecho Duhalde tiene que anunciar pocos días después su renuncia, la anticipación de su renuncia porque pensaba concluir su mandato en diciembre de 2003 y por la represión tiene que irse antes.

En parte creo que siguen en la memoria popular por lo brutal de la represión, pero también porque me parece que en la Argentina hay un fuerte consenso en torno a que el límite es la vida. Entonces se trata de una herencia de todo el movimiento de Derechos Humanos argentinos y en ese sentido por lo que significó ese 26 para esa generación militante y las implicancias políticas de esa represión y el costo que pagó el gobierno son las que quedan en la memoria. Además, por supuesto, la convicción de las organizaciones, en principio del Frente Popular Darío Santillán, de mantener esa memoria.

¿Por qué crees que no aún no han sido condenados los responsables políticos?

Me parece que lamentablemente la no condena a los responsables políticos termina sucediendo en todos los eventos de represión, como si la policía actuara sola y la represión no fuera una de las respuestas estatales a la movilización social, sea porque no está dispuesto a canalizar las demandas, porque no le interesa o porque no hay posibilidades de hacerlo. Esa idea de la represión como respuesta estatal es lo que está invisibilizado y parece que queda como que a la policía “se le fue la mano”, como sucede también en casos de gatillo fácil. No, no se le fue la mano, fue una decisión estatal reprimir. Por esa invisibilidad no hay persecución de responsables políticos.

¿Qué elementos estructurales del capitalismo argentino exponen hechos como los de Puente Pueyrredón?

No sé sí son elementos estructurales del capitalismo argentino. En ese momento hay una fuerte disputa entre sectores dominantes y sectores dominados, con todos los claro oscuros que podamos encontrar en las alianzas interclases, que tienen que ver con que la salida del 2001 es desde arriba con la devaluación asimétrica de Remes Lenicov y cómo se resuelve el reemplazo presidencial y la asunción de Eduardo Duhalde ese 1º de enero de 2002. Me parece que lo que demostraba la movilización social es que eso no era parte de un consenso social y, en todo caso, la represión lo que viene a mostrar o intentar legitimar por la fuerza un gobierno que no contaba con apoyo popular y en eso se dirime la prepotencia de los sectores dominantes por intentar disciplinar a los sectores populares y sectores medios.

En el contexto de la crisis económica y social actual, frente al aumento de la informalidad y el fenómeno de trabajadores pobres. ¿Qué experiencias aporta la lucha de los movimientos sociales?

Me parece que la memoria y la historia de los movimientos populares en realidad son movimientos muy recientes porque en términos históricos solo pasaron veinte años, entre la emergencia de los piqueteros al día de hoy, o de la figura de los trabajadores de la economía popular o de los trabajadores precarizados o trabajadores informales. En ese sentido, creo que ha habido un proceso acumulativo de luchas, que tienen que ver con discutir no solo trabajo sino también con fortalecer la organización. Creo que hoy las organizaciones son mucho más fuertes de lo que eran hace veinte años atrás, de lo que eran las organizaciones piqueteras. Y me parece que eso también es producto no solo de la lucha sino de también de un proceso de conciencia de las organizaciones de fortalecerse como una propuesta de los y las trabajadoras.

Me parece que lamentablemente la no condena a los responsables políticos termina sucediendo en todos los eventos de represión, como si la policía actuara sola y la represión no fuera una de las respuestas estatales a la movilización social.

Acerca de la entrevistada

Ana Natalucci es Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Córdoba; Magister en Investigación en Ciencias Sociales y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Es Investigadora Adjunta del CONICET con sede en el Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA/CONICET/UMET), donde trabaja temas de movilización social, trabajo, sindicatos, economía popular y género. Directora del Observatorio de Protesta Social (CITRA/UMET). Profesora Adjunta de la materia “Teorías de la Acción Colectiva”, Carrera de Ciencia Política, UBA. Desde febrero de 2022 se desempeña como Secretaría de Investigación y Desarrollo de la UMET. Dicta cursos de posgrado en FLACSO, UNLP y UBA. En materia de transferencia y consultoría, se ha dedicado al trabajo con organizaciones sociales, sindicales y organismos de gobierno. Participa en redes regionales e internacionales de movimientos sociales y acción colectiva.