La Real Academia Española se fundó en Madrid en 1713 por Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga VIII, octavo marqués de Villena, quien se inspiró en la Academia Francesa fundada en 1635.
Viernes 6 de abril de 2018
Un año después fue aprobada por el rey Felipe V y puesta bajo su protección. Desde su fundación y bajo el lema “limpia, fija y da esplendor” la institución se ha encargado de regular la evolución del idioma español.
Durante años fue el único organismo que realizaba esta tarea, no sólo en España, sino en todos los lugares hispanohablantes. Pero con el paso del tiempo se vio la necesidad, debido a la cantidad de variantes dialectales, que cada país en dónde se hablara español como primera lengua, tuviese su propia academia para estudiar el idioma de manera más especializada.
Desde sus orígenes la RAE se ha encargado de la regulación del idioma español, supervisar su evolución y las normativas léxicas, gramaticales y ortográficas que los hablantes desarrollan.
La lengua, como organismo vivo, presenta cambios lingüísticos anclados a una variedad de factores como la época, la condición socio económica e incluso la cercanía de otros países (por ejemplo, en México es común el uso de términos del idioma inglés).
En los últimos años miles de mujeres han salido a las calles contra la violencia por cuestión de género, el feminicidio, la súper explotación laboral de mujeres, etcétera. A la par el tema del lenguaje ha salido como una discusión actual.
La misoginia de la RAE
Desde su origen la RAE, ha perpetuado y regulado un lenguaje sexista y misógino. Durante 264 años esta institución estuvo formada exclusivamente por varones ilustres. No fue hasta 1977 que Carmen Conde se convertiría en la primera mujer en formar parte de la Academia. Hubo casos previos en los que mujeres intentaron ingresar, sin embargo, se toparon de frente con el machismo de la institución y sus integrantes.
Cuesta creer que no fue hasta 2004 (291 años después de su creación) que se dejó de relacionar términos como débil o endeble con lo femenino.
Otro ejemplo es el de la histeria, durante años se catalogó por la RAE como una enfermedad que desarrollaban principalmente las mujeres.
No se puede negar que ha habido avances en los últimos años, sin embargo, aún estamos lejos de poder afirmar que nuestra lengua actualmente es incluyente y no sexista, sin embargo, como dijimos antes, la lengua es un organismo vivo.
Avanzar hacia conquistar una lengua y lenguaje incluyente tiene un peso importante, si consideramos la relación que existe entre el lenguaje, la estructuración del pensamiento y la relación de este último con la manera cómo concebimos en mundo y nos desarrollamos en él.
