Se realizaron en CABA plenarios, divididos por áreas, del sindicato mayoritario de la Ciudad. En un momento de ataques históricos a la educación y a las familias trabajadoras, el sindicato y la central no están a la altura de la situación. No se votó paro ni plan de lucha. ¿Qué necesitamos para ganar? Una propuesta desde la Agrupación Marrón.
Jueves 22 de febrero 10:29
En los plenarios por áreas la Corriente docente-estudiantil 9 de abril, la Marrón dentro de la multicolor (oposición a la celeste), dio la pelea para que se lleve adelante un plan de lucha serio en CABA y en todo el país.
No sorprende esta posición de la conducción, en provincia de Buenos Aires, los SUTEBA dirigidos por la celeste tampoco quieren enfrentar a Kicillof (que pactó con Baradel salarios a la baja) ni al gobierno Nacional. Nuestros compañeros delegados plantearon la necesidad de un plan de lucha.
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Los miembros de la conducción en los distintos plenarios de la UTE no plantearon ningún balance político de lo que se desarrolló en estos dos meses en que las asambleas barriales, Unidos por la cultura y miles de trabajadores fueron protagonistas -a pesar de sus direcciones sindicales que solo fueron parte del paro parcial de la CGT del ya lejano 24 de enero. En sus intervenciones, se centraron en los reclamos específicos de la docencia alrededor del Fonid, la paritaria y el ajuste salarial.
Este ataque no puede ser separado de la situación en general, donde quieren a través de nuestra paritaria asestar un golpe a toda la clase trabajadora. No es ingenuo no hablar de todo lo que está pasando, porque no quieren enfrentar seria y consecuentemente al gobierno ajustador de Milei que además busca declarar a la educación servicio esencial, para impedir y limitar el derecho a huelga.
La conducción celeste de UTE anda en sintonía con la estrategia y carta de Cristina de “esperar” y donde también se abre el debate sobre la importancia de garantizar “todos los días de clase”. Tampoco hubo ni una palabra sobre el accionar represivo de Bullrich.
La situación agobiante en las escuelas ya se empieza a sentir. Aún no empezaron las clases pero en las escuelas secundarias ya llegan chicos y chicas a rendir y nos cuentan de las graves situaciones que se viven en su casas, algunos teniendo que mudarse por no poder pagar el alquiler, solo pueden cubrir una comida al dia, y los casos se van a empezar a multiplicar.
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También las docentes reciben a las familias que preguntan si se están entregando viandas o raciones de comida porque tienen hambre, la ministra de capital humano Sandra Pettovello dejó de entregar alimentos a los comedores, que son alrededor de 44 mil los que no están recibiendo nada para hacer frente a la situación de millones de personas, que necesitan un plato de comida.
En estos días se conocieron los datos de incremento de la pobreza en el país 57%, los aumentos de precios descomunales y el gran deterioro que vienen sufriendo los salarios. Se conoció el dato sobre los jubilados, con una actualización del valor de la jubilación al 27% y llevando la mínima a $134.000 que sabemos no alcanza e implica un ajustazo que hambrea aún más a los adultos mayores, el gobierno decidió que todo ese dinero se fuera directo para el pago a los acreedores de la deuda.
Mientras los sindicatos que son parte de la CGT, UDA, Sadop, AMET y CEA ya levantaron el paro porque esperan a la mesa de negociación que llamó el gobierno para el martes a las 18hs. un claro boicot a la organización y enfrentamiento real al gobierno ajustador de Javier Milei y Caputo. No lo podemos dejar pasar, la educación no es un servicio, es un derecho y la tenemos que defender. Frente a estas situaciones, tenemos que reforzar la fuerza desde abajo.
¿Qué estrategia necesitamos para derrotar el plan de ajuste del gobierno nacional y los gobiernos provinciales?
Por un lado, tenemos que seguir exigiendo a las centrales sindicales como la CGT y la CTA, que dejen de emitir comunicados estériles y planteen un plan de lucha serio de toda la clase trabajadora, que Ctera convoque un paro nacional para el 1ro de marzo, como parte de un plan de lucha hasta derrotar el ajuste de Milei contra la clase trabajadora y la educación pública.
Los y las docentes tenemos que dar la pelea por enfrentar el ajuste histórico que está llevando adelante el gobierno de Milei -quitando el Fonid, el fondo compensador salarial y eliminando los presupuestos para comedores, conectividad e infraestructura-, en una gran lucha desde cada escuela movilizando a todos los docentes y estudiantes junto a la comunidad educativa.
Para ello, desde la Marrón se planteó la necesidad de un paro este 26 y como continuidad y no inicio el día 1 de marzo, para confluir en Plaza Congreso con la movilización que habrá ese día, organizada por las asambleas populares, sindicatos combativos, organizaciones sociales y de izquierda, fecha en que el presidente abre las sesiones ordinarias del congreso nacional.
Un ataque de esta magnitud, precisa de medidas de lucha que estén a la altura de la situación. Por eso, tenemos que debatir y trazar un plan de lucha nacional en defensa de la educación pública. La CTERA debe llamar a una pelea en común de todas las provincias y no de forma aislada. Desde nuestra perspectiva, “luchar divididos” o “por sector” es no prepararnos para vencer. El paro del 24 fue un paso importante, pero quedó limitado a ese día. Este plan de lucha incluye tomar con todo el paro de no inicio el 26, con una gran movilización, pero tiene que haber continuidad, lo que se vote no puede quedar sin perspectiva.
El 1 de marzo no podemos regalarle la apertura de la asamblea legislativa a Milei, tenemos que ser miles, junto a las asambleas populares, junto a los sindicatos, a las organizaciones de mujeres, de DDHH, centros de estudiantes. Y el 8 de marzo tenemos que poner toda la fuerza de la marea verde y del movimiento de mujeres en la calle. Necesitamos un gran paro que unifique el reclamo de todas las mujeres trabajadoras y tiene que ser una bandera de la docencia, para defender el derecho al aborto, por la ESI y para decir basta de hambre, basta de miseria y basta de amenazas a nuestros derechos.
La única forma de parar el ajuste dictado por el FMI es peleando por imponer a la CGT y las CTA que rompan de inmediato la escandalosa tregua que sostienen con los Gobiernos y las patronales.