El 4 y 6 de agosto próximos se realizará la convención de los Socialistas Democráticos de América (DSA), la mayor organización estadounidense que se declara socialista, pero hace años su dirección viene apoyando -y llamando a que sus bases también lo hagan- a uno de los dos pilares del capitalismo imperialista. Dos importantes secciones proponen una ruptura inmediata con el Partido Demócrata para llevar adelante una política independiente de los partidos burgueses.
Martes 25 de abril de 2023 23:34
Este artículo es una adaptación del publicado originalmente en el sitio Left Voice, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.
El DSA, Socialistas Democráticos de América, constituye el mayor partido que se ubica a la izquierda del Partido Demócrata en Estados Unidos. En los últimos años viene haciendo campaña por candidatos progresistas o del ala izquierda de los demócratas (además de darle sus propios candidatos), lo que en definitiva es apoyar abiertamente a ese partido que junto con el partido Republicano, son la maquinaria que sostiene al Estado imperialista.
Al interior del DSA hay sectores que no solo no están conformes, sino que rechazan la política que lleva adelante la dirección y proponen una ruptura inmediata con el Partido Demócrata y funcionar como un partido independiente de los gobiernos, con el norte en la independencia de clase. Las secciones que tienen estas perspectivas son DSA Boise (sección de Idaho) y la Red Labor Caucus otra sección del DSA que defiende la independencia de clase.
En solidaridad con esta postura, la juventud del Partido de los Trabajadores Socialistas de Argentina llama a los miembros de DSA (Democratic Socialists of América, por sus siglas en inglés. NdeT) a votar a favor de llevar la resolución a la convención para apoyar la ruptura política con los partidos capitalistas.
En el período previo a la convención 2023 de los Socialistas Democráticos de América, llevaran adelante un período de debates y luego votarán muchas plataformas políticas y resoluciones que compiten entre sí. Una de esas resoluciones, "The Clean Break” (Ruptura limpia, por sus siglas en inglés. NdT) -que cuenta con el respaldo de Boise DSA y el Red Labor Caucus- propone que DSA "busque inmediatamente una “ruptura limpia”, irrefutable y permanente con el Partido Demócrata capitalista...". Se requiere un mínimo de 300 firmas antes del 28 de abril para que la resolución llegue al pleno de la convención del DSA.
A continuación reproducimos una declaración internacionalista de la juventud del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en solidaridad con la resolución. Si eres miembro del DSA, puedes firmar en apoyo de la resolución aquí.
En nombre de la juventud del Partido de Trabajadores Socialistas de Argentina -así como ya lo hizo Left Voice (ambos integrantes de la Red Internacional La Izquierda Diario)-, queremos expresar nuestro apoyo a la resolución "The Clean Break" presentada por Boise DSA y el Red Labor Caucus en esta próxima convención de la DSA. El avance de una izquierda obrera independiente de los partidos imperialistas y capitalistas en EE.UU. es de gran interés para nosotros.
Sería un avance para los socialistas de todo el mundo el surgimiento de una izquierda obrera independiente en Estados Unidos. Hemos seguido de cerca el giro de una generación de jóvenes hacia las ideas del socialismo en EE.UU. Más aún, cuántos nuevos organizadores de la clase obrera han liderado una oleada de sindicalizaciones de base en todo EE.UU. Sin embargo, es importante que este giro a la izquierda no sea cooptado por el aparato del Partido Demócrata, que sirve a los intereses de la clase dominante.
En su convención de 2021, la dirección del DSA consolidó un giro a la derecha para la organización. La dirección presionó aún más para establecer el partido como el ala izquierda de la maquinaria electoral del Partido Demócrata. No es ningún secreto que en la próxima convención buscarán profundizar esta política. Está en manos de las bases de esta organización presentar una alternativa y, en su lugar, orientarlos hacia la clase obrera independiente y la política socialista.
La dirección de la DSA (y otras figuras supuestamente "progresistas") justificará su asociación con el Partido Demócrata con una gama de argumentos "posibilistas": hablarán de cómo es imposible que surja un tercer partido en EE. UU. y de cómo, por tanto, es necesario trabajar dentro del Partido Demócrata (el "mal menor" del establishment político estadounidense), al menos por ahora. Evitarán centrarse en la organización sindical e incluso en otros movimientos sociales como la lucha contra el racismo y los derechos reproductivos, ya que sólo conciben que el cambio puede venir del aparato del Estado capitalista. En resumen, la dirección del DSA parece siempre escéptica respecto a la fuerza de la clase obrera estadounidense y optimista respecto al régimen político estadounidense.
Siempre, de una manera u otra, señalarán las debilidades de la clase obrera, y no harán nada para radicalizar sus luchas. Lo vimos durante BLM (Black Lives Matter, movimiento contra la brutalidad policial racista), un movimiento que cruzó las fronteras y se volvió internacional y el mayor movimiento en la historia de EE.UU., donde muchos miembros del DSA estaban en las calles, pero su dirección se negó a poner la mayor organización socialista en los EE.UU. al servicio de esta lucha histórica. En su lugar, la DSA se hizo eco políticamente de los llamamientos del Partido Demócrata a votar por los demócratas en lugar de movilizarse.
Una de las mayores limitaciones estratégicas de la clase obrera estadounidense es su falta de organización y la falta de una salida con independencia de clase, en los lugares de trabajo y en las organizaciones políticas. ¿No es esto lo que un partido supuestamente socialista como el DSA debería promover, en cada acción que emprende, en cada decisión que toma? Sólo la mentalidad de un burócrata puede culpar a las masas de los males de su dirección. A medida que la clase obrera estadounidense demuestra cada vez más su poder y su necesidad de una organización independiente frente a la crisis económica y social, la dirección del DSA sólo ha allanado el camino para la disolución de todo este potencial, mientras los demócratas diluyen la fuerza a todos los movimientos sociales. ¿Se convertirá la DSA en un faro de organización independiente de la clase trabajadora? ¿O será sólo una herramienta más en el arsenal de la élite estadounidense?
Para nosotros, los socialistas latinoamericanos, la respuesta es clara, no existe el argumento del mal menor para apoyar a los demócratas. En nuestro país, Argentina, no hubo diferencia mientras Gerard Ford, Jimmy Carter o Ronald Reagan ocupaban la presidencia; al mismo tiempo, nuestra dictadura más sangrienta secuestraba, torturaba y asesinaba a más de 30.000 personas, la mayoría de ellas militantes políticos, organizadores sindicales y activistas LGBTQ+. Menos aún les importó la sangrienta dictadura de Pinochet, mientras convertía a Chile en conejillo de indias de brutales reformas neoliberales. La dirección de la DSA estará de acuerdo con coexistir con estas atrocidades y muchas otras, ya que ceden a la noción malmenorista de que los demócratas son mejores que los republicanos, y que por lo tanto está bien votar por ellos e incluso presentar candidatos bajo su plataforma.
Aquí en Argentina, también hemos escuchado argumentos similares del "mal menor" de que tenemos que votar por candidatos más "progresistas" de la clase dominante y abandonar nuestros principios y objetivos para luchar contra la derecha. ¿No nos perjudica esto aún más? ¿No impiden estas nociones que la mayoría de la clase trabajadora conciba alguna vez una alternativa al capitalismo? Se espera que los trabajadores, las personas de color y las personas LGBTQ+ se rindan cada vez más, a medida que la derecha continúa sus ataques y los demócratas ceden constantemente ante ellos. No es de extrañar que la extrema derecha esté creciendo si no hay alternativa al capitalismo a la vista. Para que la Izquierda en EE. UU. se convierta en una fuerza política real, y para enfrentar a la derecha, se debe romper de una vez por todas con el Partido Demócrata y formar una alternativa política independiente, basada en la organización y la acción socialista y obrera.
La independencia política de los socialistas en EE.UU. no sólo es posible, sino también necesaria. Si cedemos a las presiones de los demócratas, perderemos de vista nuestros objetivos y nos rendiremos al presente distópico y neoliberal en el que estamos sumergidos. Hay una razón por la cual el Partido Demócrata es apodado "el cementerio de los movimientos sociales". Las elecciones no deben verse como un fin en sí mismas, en las que renunciamos a nuestros principios y objetivos para ganarlas, sino como una herramienta para que los socialistas hagamos llegar nuestro mensaje y nuestra política a los trabajadores. Si conseguimos cargos electos, debemos utilizarlos como tribunas de los trabajadores, y exponer al congreso sólo cómo una puesta en escena de los capitalistas.
Estas perspectivas forman parte de la tradición de la izquierda revolucionaria. En Argentina, nuestro partido es miembro fundador del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, una coalición que defiende la independencia de clase y que bajo ese principio ha sido capaz de obtener más de un millón de votos en varias elecciones y convertirse en la tercera fuerza electoral. Nuestros representantes rotan sus escaños entre los partidos de la coalición, y donan sus salarios a las luchas obreras y populares, y reciben de hecho el mismo salario que un docente. Están presentes en todos los piquetes y manifestaciones, luchando por dar visibilidad, ampliar y unificar todas las luchas de la clase trabajadora. Para nosotros, las elecciones son un medio para hacer llegar nuestras ideas al mayor número de personas posible, impulsando la movilización extraparlamentaria. Nuestro principal objetivo es la auto organización de la propia clase trabajadora, para organizarnos independientemente de todas las influencias capitalistas y burocráticas en nuestros lugares de trabajo y movimientos. Creemos que si se quiere lograr un cambio significativo, sólo puede ser alcanzado y defendido por los trabajadores, con sus propios métodos de lucha y la autoorganización. No será con los partidos de la clase dominante, ni con sus Estado capitalistas.
Existen quienes piensan que algo así sería imposible en EE.UU. Una vez más, no estamos ajenos a estas nociones. Nos llevó muchos años conseguir lo que hemos logrado. Comenzamos nuestro proyecto durante el apogeo de la supremacía neoliberal y el fatalismo, y planteamos una lucha política tras la aparición de gobiernos burgueses "progresistas" que nunca desafiaron realmente el statu-quo neoliberal de los años anteriores.
Como vimos durante la Gran Recesión, en tiempos de crisis, los partidos gobernantes como los demócratas rescatan a los capitalistas y hacen pagar a los trabajadores con medidas brutales como la austeridad. Si hay un momento para que los socialistas en los EE. UU. den un paso adelante y luchen, es ahora. Si no, el DSA sólo ayudará al establishment demócrata y a las burocracias alineadas con él a desviar las luchas que surgirán en respuesta a esta crisis del capitalismo. Una izquierda independiente, unida y revolucionaria en EE. UU. sería un faro de esperanza para los trabajadores de todo el mundo. Esa es la mejor manera en que los socialistas estadounidenses pueden mostrar su solidaridad con las luchas de los trabajadores de otros países.
La solidaridad no viene de apoyar a los demócratas o de tener charlas de invitados con ex presidentes latinoamericanos, como Dilma Rousseff (del Partido de Trabajadores de Brasil), como hizo la dirección de la DSA durante su última convención. Políticos como Dilma pueden complacer a la izquierda como hacen los demócratas en EE. UU., pero en realidad, no han cuestionado el dominio del imperialismo estadounidense, y en última instancia -a pesar de algunas fricciones- han servido a sus intereses. En cambio, la solidaridad surge cuando luchamos contra nuestros enemigos comunes, desde dentro de las entrañas de la bestia imperialista. La solidaridad pasa por convertir a la clase obrera estadounidense en enemiga de la clase capitalista imperialista y en aliada de los trabajadores del mundo. Por eso te invitamos a que firmes la resolución de Red Labor Caucus y Boise DSA.