El Canciller Solá se refirió a la falta de cumplimiento en la entrega como un problema de "falta de información". El Gobierno ya pagó más del 60% de las vacunas, continúa permitiendo la "fuga" de las dosis y cede ante el secretismo que imponen los grandes laboratorios.
Jueves 29 de abril de 2021 17:26
El ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, quien está a cargo de hacer contactos para conseguir contratos por vacunas, este jueves, habló en una entrevista para Radio El Destape sobre la polémica de los compromisos firmados con AstraZeneca.
Aunque el Gobierno ya pagó más de la mitad de las 22.000.000 de dosis que este laboratorio se comprometió a entregar: todavía no ha llegado una sola vacuna.
El Canciller dio un panorama sobre sobre el vergonzoso derrotero de la cadena de producción de esta vacuna, cuyo principio activo se fabricó por alrededor de 40.000.000 de dosis en la planta de mAbxience en provincia de Buenos Aires y que no pudo terminar su proceso de envasado en México, por trabas para la adquisición de insumos puestas por los EE. UU.
En el marco de esta estafa, Felipe Solá puso el eje del problema en la falta de información. "Nadie tiene una información precisa sobre qué pasó exactamente”.
El miércoles la ministra de Salud, Carla Vizzoti, se reunió con los representantes locales de AstraZeneca en el país, para conocer los tiempos en que Argentina comenzará a recibir las dosis que se esperaban para marzo. La compañía británica dijo que no tiene un cronograma armado y que lamenta "confirmar el retraso".
Por el lado del Ministerio de Salud, justifican el secretismo en los acuerdos que se firman con los grandes laboratorios, ya que estos podrían “dejar al país sin vacunas”.
Sin embargo cada vez son más los expertos y profesionales de la Salud que indican que en Argentina existe la capacidad para producir de principio a fin las dosis y que de esta manera se podría avanzar en el plan de vacunación.
El Gobierno se muestra cediendo ante estos chantajes y continúa sin tomar acciones para que se liberen las patentes. Además, retomó negociaciones con la yanki Pzifer que impone un acuerdo de cláusulas desfavorables para el país.
El Frente de Izquierda insiste con su proyecto de que se declare de utilidad pública el laboratorio mAbxience de Hugo Sigman, para frenar la fuga de las vacunas y que se avance con los demás laboratorios que estén en condiciones de aportar en esta producción, tan necesaria alcanzar la inmunidad de la población frente al coronavirus.